ASOCIACIÓN DE FILOSOFÍA Y CIENCIA CONTEMPORÁNEA
OBRAS COMPLETAS DE ANTONIO MILLÁN-PUELLES
Comité editorial:
Alejandro Llano, Juan Arana, Lourdes Flamarique
Adjunto al Comité:
Javier García Clavel
Consejo Editorial:
Rafael Alvira, José María Barrio, José Juan Escandell, Juan José García Norro, José Antonio Ibáñez-Martín, Tomás Melendo, José Antonio Millán, Julián Morales, Ángel d’Ors (†), Juan Miguel Palacios, Ramón Rodríguez, Rogelio Rovira
Comité editorial
Portadilla
Índice
Antonio Millán-Puelles Obras Completas, Volumen IX
La libre afirmación de nuestro ser (1994)
Prólogo
Introducción
I. La auto-referencia práctica del yo humano
II. El realismo en la ética
Primera parte. Las condiciones de la posibilidad de la moral realista
III. Experiencia moral y ética filosófica
IV. Naturaleza y libertad del ser humano
V. Adecuación a las condiciones necesarias de nuestra libre conducta
Segunda parte. El deber como exigencia absoluta por su forma
VI. Análisis descriptivo del deber
VII. El relativismo ético
VIII. El fundamento último del imperativo moral
Tercera parte. La relatividad de la materia del imperativo moral
IX. Teoría general de la materia del imperativo moral
X. La determinación de la materia de la ley natural
XI. La constitución de la materia de los imperativos prudenciales
Ética y realismo (1996)
Introducción
I. El realismo práctico
II. ¿Qué significa «deber»?
III. ¿Cuáles son «nuestros deberes»?
Coloquios
Créditos
La libre afirmación de nuestro ser
(1994)
Ética y realismo
(1996)
Edición a cargo de Alejandro Llano
«L'homme est la seule créature qui refuse d'être ce qu'elle est». A. Camus, en L'homme révolté.
La doble posibilidad de que, en el uso de su libertad de opción, el hombre actúe en consonancia con su propio ser específico o, por el contrario, en oposición a él, abre el camino para una interpretación del obrar éticamente recto como la forma práctica de asumir libremente nuestra sustancial naturaleza. Si consideramos inhumano, por ejemplo, el libre actuar de un hombre que maltrata a otro hombre, ello se debe a que en definitiva concebimos cualquier manifestación de la conducta éticamente recta como algo exigido por la conformidad o concordancia con nuestro modo específico de ser.
El despliegue analítico de esta interpretación de la bondad moral de la conducta es el objetivo esencial de la presente obra. Indisolublemente unido a él —e inspirándolo en su raíz— está el concepto de la «ética realista», cuya tesis central estriba en que el fundamento general e inmediato de todos nuestros deberes lo constituye —con independencia de los deseos y las imaginaciones de cada individuo humano— la realidad que es propia de nuestro ser específico de hombres. Con ello la rectitud moral se hace presente como el único modo positivo de la auto-referencia práctica del yo humano, la cual es solamente uno de los aspectos de la índole auto-referencial del ser del yo. (Sobre esta índole versa, dentro del Cap. I, el § 1, cuya lectura no es imprescindible. El haberlo incluido responde a su estrecho enlace con algunas de las ideas expuestas en mi libro La estructura de la subjetividad, donde el deber aparece como un modo de lo que allí denomino la «reflexividad originaria»).
Finalmente, quiero expresar aquí de mi gratitud a los profesores Gilberto Gutiérrez, Juan Miguel Palacios y José Juan Escandell por su valiosa ayuda en la determinación de varios datos bibliográficos de especial interés.
A. M.-P.