Derechos exclusivos de edición para todo el mundo
ISBN: 978-84-9910-599-4
ISBN EPUB: 978-84-9910-683-0
IBIC: WS, WSJR2
Editorial Paidotribo agradece la colaboración en esta obra del Dr. Víctor Götzens García, profesor titular de Anatomía Humana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, como revisor científico. Asimismo, agradece la participación de Ariadna Mora, Ferran Montes, Lorena Marmaneu, Marc Serra y Adrià Mas, como modelos fotográficos deportivos.
Proyecto y realización: Editorial Paidotribo
Dirección editorial: María Fernanda Canal
Textos: Guillermo Seijas
Revisión científica: Prof. Víctor Götzens
Corrección: Ana Lorenzo, Roser Pérez
Diseño gráfico de la obra: Toni Inglès
Ilustraciones: Myriam Ferrón
Fotografías: Nos i Soto, Thinkstock y Getty Images
Maquetación: Estudi Toni Inglès
Primera edición
© 2017 Editorial Paidotribo
Les Guixeres
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Preimpresión: Estudi Genís
Prefacio
Es probable que su primera experiencia con los deportes de raqueta y pala la tuviera de muy pequeño. La mayoría de nosotros jugó a palas en la playa, en el parque o en el colegio, sujetando un implemento rudimentario, quizá de plástico o de madera macizo, que nos permitía golpear una pelota y que saliera disparada.
Puede que más adelante olvidara esa sensación y dejara este tipo de deportes, hasta que un día, sin saber cómo, empezó a aficionarse de nuevo al tenis, al bádminton, al frontenis, al pádel u otros. O quizá nunca abandonó su deporte de raqueta, y ahora ya es un jugador avanzado o incluso veterano, que empieza a sentir los efectos de tantas horas de juego.
Sea como fuere, aún hay camino por recorrer, ya sea para mejorar su juego, para librarse de las molestias que pueden derivarse de su práctica, o para ambas cosas. La cuestión es poder seguir disfrutando de uno o varios de estos deportes, de compartir ese rato con los compañeros y, sobre todo, de hacerlo en plenitud.
Para ello es conveniente conocer los distintos factores que van a determinar su capacidad para enfrentar y deleitarse con el juego. Estos incluyen desde el material, que debe ser seleccionado con arreglo a sus capacidades y características como jugador, hasta la preparación adecuada para afrontar los partidos con garantías físicas y técnicas, pasando por las lesiones que haya padecido con anterioridad o que quiere prevenir. Manejar estos factores acertadamente obrará, sin duda, en su favor, y le hará un jugador más competente en la pista, con mayor conocimiento sobre su afición y menor riesgo de sufrir molestias por la práctica deportiva que puedan afectar a su vida diaria.
Nada debe separar a un deportista, ya sea ocasional o regular, de su afición, y cualquier oportunidad de profundizar en su conocimiento debe verse como una ventana a la mejora, como un reto que superar en el disfrute del ocio activo y saludable.
Estas páginas le ofrecen respuestas a muchas de las preguntas que alguna vez se habrá planteado sobre su deporte; le mostrarán los efectos que este tiene sobre su cuerpo, y métodos para prepararlo. Y todo de una forma clara e intuitiva, así que véalo usted mismo, y empiece a sacarle partido.
Sumario
Cómo usar este libro
Atlas anatómico, localización de los músculos
Planos de movimiento
Breve historia de los deportes de raqueta
Equipamiento
Golpes y su biomecánica
Lesiones
ESTIRAMIENTOS DINÁMICOS
Fundamentos de los estiramientos dinámicos
1 Molinillo bilateral
2 Movimiento de brazo alterno
3 Tijeras
4 Volteo con raqueta
5 Inclinación lateral
6 Rotación del tronco
7 Slalom
8 Péndulo
9 Péndulo lateral
10 Skipping alto
11 Skipping por detrás
12 Escaleras en posición de flexión
ESTIRAMIENTOS ESTÁTICOS
Fundamentos de los estiramientos estáticos
Estiramientos de tronco y cuello
ROMBOIDES
13 Tracción posterior del brazo
14 Tracción de piernas sentado
TRAPECIO
15 Inclinación lateral del cuello autoasistida
16 Inclinación lateral del cuello con raqueta
EXTENSORES DE LA COLUMNA CERVICAL
17 Flexión autoasistida del cuello
18 Flexión y rotación del cuello
EXTENSORES DE LA COLUMNA TORÁCICA
19 Flexión de tronco sobre taburete
20 Posición de gato
21 Flexión de tronco en bipedestación
22 Flexión del tronco
EXTENSORES DE LA COLUMNA LUMBAR
23 Flexión de tronco sentado
24 Posición de encogido
25 Rotación de tronco en cuadrupedia
RECTO DEL ABDOMEN
26 Posición de cobra
27 Extensión de tronco sobre fitball
OBLICUOS DEL ABDOMEN
28 Rotación de tronco con raqueta
29 Rotación de tronco con sujeción fija
30 Rotación de tronco tumbado boca abajo
Estiramientos de hombro y tórax
DELTOIDES
31 Retropulsión con raqueta
32 Doble tracción posterior con raqueta
33 Retropulsión unilateral con soporte
34 Posterior con brazo por delante
ROTADORES EXTERNOS DEL HOMBRO
35 Tracción anterior del codo
36 Posición de manivela invertida
ROTADORES INTERNOS DEL HOMBRO
37 Apoyo con pivote de codo
38 Posición de manivela
PECTORAL MAYOR
39 Tracción asistida sentado
40 Apoyo unilateral en soporte vertical
41 Apoyo con flexión de codo
42 Apoyo con flexión de codo y compañero
SERRATO ANTERIOR
43 Posición de plancha
DORSAL ANCHO
44 Tracción bilateral con compañero
45 Inclinación lateral con tracción del codo
46 Inclinación lateral con tracción asistida
Estiramientos de brazo y mano
BÍCEPS BRAQUIAL
47 Tracción desde posterior
48 Retropulsión asistida
49 Extensión de hombros sentado
TRÍCEPS BRAQUIAL
50 Tracción posterior del codo
51 Tracción posterior con raqueta
52 Tracción posterior bilateral
EPITROCLEARES
53 Tracción con extensión de muñeca
54 Bilateral en apoyo invertido
EPICONDÍLEOS
55 Tracción con flexión de muñeca
56 Apoyo de dorso y flexión de muñeca
FLEXORES DE LA MUÑECA Y LOS DEDOS
57 Extensión de los dedos
58 Posición de rezo invertida
FLEXORES Y ADUCTORES DEL PULGAR
59 Tracción del pulgar
60 Posición de rombo invertida
EXTENSORES DE LA MUÑECA Y LOS DEDOS
61 Posición de directo
62 Flexión de muñeca y dedos
Estiramientos de cadera
PSOAS MAYOR E ILÍACO
63 Posición de caballero
64 Extensión de cadera con fitball
65 Zancada baja
GLÚTEOS
66 Tracción de pierna cruzada
67 Tracción de rodilla tumbado
68 Tracción al pecho tumbado
69 Tracción al pecho unilateral tumbado
ADUCTORES
70 Mariposa tumbado
71 Abducción de cadera con fitball
72 Mariposa estática
TENSOR DE LA FASCIA LATA
73 Cruce posterior de pie con compañero
74 Aducción posterior de cadera tumbado
75 Posición de caballero con aducción de cadera
PIRIFORME
76 Tumbado cruzado
77 Tracción al pecho tumbado II
78 La silla con soporte
Estiramientos de pierna y pie
CUÁDRICEPS FEMORAL
79 Posición de flamenco con soporte
80 Posición de caballero con fitball
81 Extensión de cadera y flexión de rodilla asistida
82 Tracción de empeine con goma
ISQUIOTIBIALES
83 Flexión de cadera asistida de pie
84 Tracción del pie con elástico
85 Agachado con pierna adelantada
86 Flexión bilateral de cadera sentado
GASTROCNEMIO
87 Zancada con flexión dorsal del tobillo
88 Tracción unilateral con elástico
89 Bilateral en escalón
90 Flexión dorsal del tobillo asistida
SÓLEO
91 Tracción del pie sobre escalón
92 Descenso con pelota
93 Apoyo sobre escalón y flexión de rodilla
TIBIAL ANTERIOR
94 Cuadrupedia atrasada
95 Paso de danza
96 Sentado con la pierna sobre el muslo
PERONEOS
97 Soporte en inversión
98 Inversión del tobillo sentado
APONEUROSIS PLANTAR
99 Rodamientos con pelota
100 Tracción de los dedos del pie
Índice alfabético de los músculos
Bibliografía
Cómo usar este libro
Atlas anatómico
localización de los músculos
Planos de movimiento
Antes de empezar, es conveniente aclarar una serie de términos referentes al movimiento corporal que aparecerán de forma recurrente a lo largo del libro. Sin conocer la nomenclatura básica de los movimientos será difícil comprender la descripción detallada de los ejercicios. Algunos de estos términos, como los de flexión o extensión, son de uso común, pero otros, como los de inversión, eversión, aducción o supinación, acostumbran a utilizarse en ámbitos más restringidos, por lo que repasar su significado puede ser de gran ayuda.
Lo primero que debemos saber es que los movimientos corporales se producen en tres planos distintos, que son el plano frontal, el sagital y el transverso. A cada uno de estos planos corresponde un grupo determinado de movimientos, como veremos a continuación. Podemos partir de la posición anatómica básica, que aparece en la imagen, para comprenderlos.
PLANO FRONTAL
Divide el cuerpo en una parte ventral y una dorsal, esto es, anterior y posterior; el pecho y el vientre quedan en la parte ventral, mientras que la nuca, la espalda y las nalgas quedan en la parte dorsal. Los movimientos del plano frontal son:
Abducción. Movimiento mediante el cual alejamos un miembro del eje central del cuerpo. Se percibe fácilmente desde delante o detrás del individuo, dado que la variación en la silueta desde esa perspectiva es notable. Para colocar los brazos en cruz realizamos la abducción de los hombros.
Aducción. Movimiento mediante el cual acercamos un miembro al eje central del cuerpo (el movimiento opuesto a la abducción). Si estamos con los brazos en cruz y los bajamos para que queden junto al cuerpo, efectuaremos una aducción de los hombros.
Inclinación lateral. Movimiento mediante el cual ladeamos la cabeza, el cuello o el tronco. Si nos dormimos sentados, por lo general, la cabeza y el cuello terminan venciéndose hacia un lado mediante su inclinación lateral.
Inversión. Aunque este movimiento no pertenece únicamente al planto frontal, es en el que predomina. La inversión del pie se produce cuando la punta y la planta se colocan hacia dentro, al tiempo que se produce la flexión plantar.
Eversión. Movimiento de giro hacia fuera; por ejemplo, la punta y la planta del pie miran hacia fuera, al tiempo que se produce la flexión dorsal de este.
PLANO SAGITAL
Divide el cuerpo en dos mitades: derecha e izquierda. Los movimientos de este plano se perciben mejor desde un lado del individuo, viéndolo de perfil. En este plano destacan los siguientes movimientos:
Flexión. Movimiento mediante el cual adelantamos una parte del cuerpo respecto al eje central. Por ejemplo, si flexionamos el codo, adelantamos el antebrazo respecto al eje central. Hay excepciones a esta definición, como la flexión de la rodilla o la flexión plantar del tobillo.
Extensión. Movimiento mediante el cual retrasamos una parte del cuerpo respecto al eje central o lo alineamos con él. Por ejemplo, si estando de pie miramos al cielo, tendremos que realizar necesariamente una extensión de la columna cervical. De nuevo, la rodilla es una excepción.
Antepulsión. Es equivalente a la flexión, pero aplicable únicamente al movimiento del hombro.
Retropulsión. Es equivalente a la extensión, pero aplicable solo al movimiento del hombro.
Flexión dorsal. Movimiento de flexión, aplicable únicamente a la articulación del tobillo.
Flexión plantar. Término con que se designa el movimiento del tobillo equivalente a la extensión.
PLANO TRANSVERSO
Divide el cuerpo en una parte superior y una inferior. Los movimientos de este plano se perciben fácilmente desde cualquier punto, aunque un poco mejor desde arriba o desde debajo del individuo, y son los siguientes:
Rotación externa. Movimiento mediante el que realizamos un giro, hacia fuera y sobre su propio eje, de una parte del cuerpo. Si estamos sentados a la mesa y el comensal que está junto a nosotros nos dirige la palabra, realizaremos una rotación externa del cuello para mirarle mientras habla.
Rotación interna. Movimiento opuesto al anterior, ya que implica un giro de una parte del cuerpo hacia dentro y sobre su propio eje. Al finalizar la conversación con el comensal que está sentado junto a nosotros, realizaremos una rotación interna del cuello para dirigir de nuevo nuestra mirada al frente.
Pronación. Movimiento de rotación del antebrazo, mediante el cual colocamos el dorso de la mano hacia arriba y la palma hacia abajo. Cuando usamos un cuchillo o un tenedor para manipular los alimentos que hay en un plato, las manos se encuentran en pronación.
Supinación. Movimiento opuesto al anterior que implica la rotación del antebrazo, mediante la que colocamos las palmas de las manos hacia arriba. Si alguien nos da, por ejemplo, un puñado de pipas, colocaremos las manos con las palmas hacia arriba, en supinación, a modo de cazoleta, para que no se nos caigan.
Breve historia de los deportes de raqueta
Determinar el origen último de los deportes de pala y raqueta no es tarea fácil. en la historia del deporte se cruzan, mezclan e incluso terminan por desaparecer o constituirse como disciplinas reconocidas toda clase de juegos y actividades físico-deportivas.
Algunos de los juegos de pelota de los que se tiene constancia se practicaban hace miles de años. Por los grabados de las tumbas de Beni Hassan, de unos cuatro mil años de antigüedad, se sabe que en el antiguo Egipto se empleaban pelotas de pequeño tamaño para realizar prácticas físicas de distinta naturaleza, entre ellas los malabares. Asimismo, del templo de Ramsés III se conservan grabados relacionados con los juegos de pelota y otras modalidades, que podían practicarse como ocio o como entrenamiento militar.
Bajo relieve en mármol de la Grecia clásica, en el que se representa un juego con pelota.
En la Grecia clásica los juegos de pelota también tuvieron un papel destacado, como parte fundamental de la formación de niños y jóvenes y como entretenimiento para hombres y mujeres adultos. Formaron parte de su cultura, y ya se hace referencia a ellos en la Odisea, de Homero. A pesar de ello, los antiguos griegos no dieron a estas prácticas la importancia que concedieron a las disciplinas atléticas o de lucha, y no formaban parte de las grandes competiciones, como los originales Juegos Olímpicos. De algunos de estos juegos nos han llegado grabados, pero lo limitado de su rastro no nos permite conocer a fondo su desarrollo. Con todo, sabemos que existían juegos como el apórraxis, en el que había que lanzar la pelota con fuerza contra el suelo; el episkyros, en el que se lanzaba la pelota al terreno del adversario para tratar de arrebatarle espacio; el trigon, en el que se pasaban una pelota tres jugadores, colocados sobre el terreno de forma que su situación marcara los tres vértices de un triángulo, y el uranía, en el que los jugadores rivalizaban por alcanzar una pelota lanzada al aire. Existen evidencias de juegos que podrían guardar cierto parecido con el actual frontón y el frontenis, ya que su objetivo era hacer rebotar la pelota contra una pared.
Durante el Imperio romano también se practicaron juegos con pelota de diversos tipos. Aunque no exclusivamente, las prácticas físico-deportivas en esta época estaban a menudo relacionadas con celebraciones religiosas. Algunos de los juegos provenían de la Grecia clásica, como el trigon o el uranía, y su desarrollo era muy similar. En otros casos, como el del harpastum, el juego original había experimentado cambios notables, y se permitía el contacto físico, convirtiéndose en un juego duro, similar al actual rugby, por lo que su práctica se consideraba a menudo parte del entrenamiento militar. Además, y aunque los romanos no empleaban palas, raquetas ni elementos de naturaleza similar, el golpeo con la mano para evitar la caída de la pelota al suelo empezaba a ser una acción que se repetía en algunos juegos, entre ellos el ludus pilae cum palma.
En diversas culturas de la América precolombina se practicaron también juegos con pelota con motivo de celebraciones religiosas. Hace más de 3.000 años, en Mesoamérica se realizaron los primeros rituales que incluían competiciones con pelota de los que se tiene constancia en esta zona del mundo. Se conocen más de 12 variantes de estos juegos, la mayoría de los cuales se practicaban con pelotas de hule, fabricadas con caucho, procedente de un árbol que abunda en América Central y del Sur. En general, dos equipos se enfrentaban con el objetivo de enviar la pelota hacia el campo rival. Esta debía permanecer en el aire el mayor tiempo posible y, en función de la variante del juego, podía golpearse con las rodillas, las caderas, los codos o incluso los antebrazos, manoplas o implementos varios. Se cree que se daba a la pelota un sentido astrológico: quizá representara al sol o a la luna, y sus movimientos en el aire imitaban sus recorridos en el cielo. El más conocido de estos juegos es el tlatchtli, en el que se empleaba una cancha con muros laterales inclinados o verticales y dos aros de piedra que la pelota debía atravesar o tocar. Se conservan varios espacios construidos específicamente para la práctica de estos juegos rituales, entre ellos el de Chichén-Itzá, construido por los mayas. Se sabe que estas prácticas estaban estrechamente relacionadas con los sacrificios humanos, pero se mantiene la controversia acerca de si el sacrificio era un castigo para los perdedores o un honor para los vencedores.
Representación del tradicional juego japonés hanetsuki.
En el siglo iv a.C., los persas ya practicaban el tchigan, el primer juego del que se tiene constancia que implicara el uso de un instrumento al que podría denominarse raqueta. Esta raqueta primitiva era de madera y tenía ya un cordaje, elaborado probablemente con tripas u otros materiales de origen vegetal que le conferían una resistencia suficiente para el golpeo de la pelota. Este juego se extendió con variaciones por Asia, y tenemos referencias de juegos de raqueta en China, Japón e India, aunque no se puede establecer una relación clara entre ellos.
Se practicaron en la antigüedad otros muchos juegos que guardan relación con los actuales juegos de raqueta y pala, pero resultaría imposible esbozarlos en un solo libro. La mención de todos los que alcanzaron cierta relevancia social llenaría cientos de páginas, por no hablar de las miles de prácticas populares locales, que bien pudieran ser los verdaderos ancestros del tenis, squash o bádminton actuales. Por ello, nos centraremos en encontrar un origen más moderno y del que dispongamos de más referencias sobre nuestros actuales deportes de raqueta y pala.
Juego de pelota mesoamericano conocido como tlatchtli.
Grabado en el que se representa un partido de jeu de paume.
Si hay un juego que no se puede ignorar por su indiscutible influencia en los deportes de raqueta y pala actuales es el jeu de paume, que tiene unos mil años de historia. Su origen es, sin duda, europeo, y aunque se jugaba ya una versión parecida en algunas comunidades religiosas francesas en el siglo xi, lo cierto es que París fue la ciudad en la que este juego alcanzó mayor repercusión. En el jeu de paume, dos o más contendientes, divididos en dos equipos, golpeaban con la palma de la mano una pequeña pelota de piel haciéndola pasar por encima de una cinta, cuerda o cordel suspendida, que marcaba la separación entre las zonas de juego de cada equipo o contendiente. En un principio existían dos modalidades: el loungue paume, que se practicaba al aire libre, y el courte paume, que se desarrollaba en espacios cerrados. Esta última modalidad se jugaba en salas, delimitadas con paredes en las que se permitía el rebote de la pelota. Este hecho permitía un juego más continuo, dado que la pelota no se perdía por el fondo ni los laterales de la pista, y los jugadores tenían más posibilidades de devolverla. A esto se sumaba un pavimento generalmente más regular y, en consecuencia, mayor certidumbre en el bote, así como la posibilidad de jugar sin depender de factores meteorológicos.
Poco a poco aparecieron modificaciones, entre las que destaca el abandono progresivo del uso de la mano, debido principalmente a la dureza del juego, para pasar a utilizar un tipo de manoplas que protegían la mano, después palas y finalmente raquetas.
A medida que el juego ganó notoriedad y aumentó el número de practicantes, el movimiento de dinero en torno a él también aumentó: aparecieron las apuestas, los jugadores profesionales, se construyeron salas específicas y algunos artesanos se especializaron en la fabricación de raquetas y pelotas, entre otros. En París, a finales del siglo xvi había registradas 250 salas de jeu de paume y más de una decena de artesanos fabricantes de pelotas, cuya fama trascendió más allá de las fronteras francesas por su calidad.
En Inglaterra, este mismo juego se conoció con el nombre de royal tennis y se extendió por el resto de Europa, aunque con nombres distintos y variaciones diversas en su reglamentación.
Este juego es, sin duda, el precursor del tenis actual y, probablemente, de otras actividades como el pádel, el squash o el frontenis, aunque, como veremos a continuación, hay otros momentos en la historia que nos aproximan más a cada uno de estos deportes.
Una de las hipótesis valora la posibilidad de que fuese el reverendo Frank Peer Beal quien, hacia finales del siglo xix, en su afán por adaptar el tenis a los practicantes más pequeños, modificase las dimensiones de la pista, sustituyera la raqueta por una pala y emplease pelotas con menor presión para acortar el bote, lo que daría lugar al actual paddle tennis, juego que, a su vez, podría ser el precursor del platform tennis y el pádel.
Por su parte, la Federación Internacional de Pádel sostiene que el inventor de este deporte fue el empresario Enrique Corcuera, quien, aprovechando un terreno de su casa de Acapulco e inspirado en el paddle tennis, al que había jugado, construyó una pista con muros de 3 metros en los extremos y ligeramente más bajos en los laterales y empezó a practicar en ella un juego con pala, que terminaría por convertirse en el actual pádel.
También nació en México el frontenis, fruto de la unión de algunos elementos del tenis y la pelota vasca, a principios del siglo xx.
En cuanto al squash, parece ser que muy a principios del siglo xix y debido al auge de los deportes de raqueta, los presos de la prisión de Fleet, en Londres, empezaron a jugar golpeando la pelota y haciéndola rebotar contra los muros de la prisión. A pesar de su curioso lugar de nacimiento, este juego no tardó en saltar los muros que lo encerraban, y pronto empezó a practicarse en escuelas inglesas, entre ellas Harrow, donde recibió el nombre de rackets. Aquí ganó popularidad y empezaron a utilizarse pelotas con menos bote, para hacer el juego más intenso y obligar a los jugadores a correr tras la pelota en vez de esperar a que esta regresara a ellos después de rebotar en la pared. Nació así una nueva y popular modalidad que se convertiría en el squash actual.
Representación del juego de rackets en la prisión londinense de Fleet, a principios del siglo xix.
Comentaremos, por último, los posibles orígenes del bádminton. Al parecer, ya en la Edad Media se practicaba en Inglaterra el battledore and shuttlecock, y en el norte de Francia el jeu du volant. Estos juegos consistían en golpear con una pala o raqueta un objeto, probablemente un trozo de corcho con unas plumas clavadas, con el fin de mantenerlo en el aire. Hay registros de juegos similares en toda Asia, por lo que no se puede determinar un origen único de este tipo de práctica. En el siglo xix, varios oficiales ingleses aprendieron en la India el juego del poona, muy similar al battledore and shuttlecock de su Inglaterra natal, al que posteriormente se añadiría una red. En torno a 1870, el duque de Beaufort determinó un reglamento de juego, y comenzó a organizar partidos de este nuevo deporte en su casa de campo, Badminton House, de donde se cree que proviene el nombre que actualmente ostenta esta disciplina.
Tenista y grabado de un partido de tenis. Siglo xix.
Equipamiento
Al empezar a practicar deportes de raqueta o pala debemos tener en cuenta la necesidad de emplear un equipamiento básico que, excepto por unas características técnicas determinadas, no requiere una excesiva especialización, solo deberá estar adaptado a la práctica deportiva concreta a la que vayamos a dedicar nuestro tiempo.
LA VESTIMENTA
Empezaremos por describir el equipamiento básico que todo jugador de deportes de raqueta o pala debería emplear, independientemente de la disciplina que vaya a practicar.
Camiseta o polo: es conveniente vestir una camiseta o polo de tejido transpirable, que sea cómoda, holgada y ligera. Si bien solían emplearse prendas de algodón, hoy día se utilizan tejidos más finos y livianos, que permiten una mayor transpiración y refrigeración de la piel, al tiempo que eliminan la humedad del sudor más rápido. Esto aporta al jugador la posibilidad de desarrollar un juego más libre y evita las abrasiones por el rozamiento constante en las zonas húmedas. Para las disciplinas al aire libre se recomiendan las prendas de colores muy claros, que evitan la absorción del calor solar y mantienen al jugador fresco. Aunque es preferible que sean holgadas, muchas jugadoras optan por camisetas de tirantes ajustadas y sostén deportivo, con el que obtener mejor soporte del pecho y una mayor facilidad de juego en cualquier tipo de movimiento.
Pantalones y faldas: se acostumbran a usar pantalones cortos y anchos de tejidos ligeros, de modo que los movimientos no se vean limitados, atendiendo a la gran variedad de desplazamientos y extensiones forzadas de las piernas que se dan en los deportes de raqueta y pala. En las mujeres, también es habitual el uso de faldas cortas con culote incorporado, por la libertad de movimiento que proporcionan.
Calcetines: esta prenda determina en gran medida nuestra capacidad de juego, debido a la elevada movilidad que se requiere y los largos tiempos que duran los partidos. Deben tener un mayor grosor del habitual para proteger el pie del deportista del roce continuo con la zapatilla, que se produce en las arrancadas y frenadas bruscas. Es recomendable elegir unos calcetines sin costuras en las zonas de especial fricción, como son el talón y la punta del pie. Existen modelos especialmente fabricados para deportes de raqueta y pala, con material reforzado y antirrozadura en estas zonas e incluso hilo elástico en el tobillo y la zona media del pie, para mejorar la adaptación y evitar que se escurran dentro de la zapatilla durante el juego.
Otros elementos de seguridad y comodidad:squash