BREVE HISTORIA
DE LOS FENICIOS

BREVE HISTORIA
DE LOS FENICIOS

José Luis Córdoba de la Cruz

Colección: Breve Historia

www.brevehistoria.com

Título: Breve historia de los fenicios

Autor: © José Luis Córdoba de la Cruz

Director de colección: Luis E. Íñigo Fernández

Copyright de la presente edición: © 2017 Ediciones Nowtilus, S.L.

Doña Juana I de Castilla, 44, 3º C, 28027 Madrid

www.nowtilus.com

Elaboración de textos: Santos Rodríguez

Diseño y realización de cubierta: Universo Cultura y Ocio

Imagen de portada: Barco fenicio

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).

ISBN edición digital: 978-84-9967-873-3

Fecha de edición: Octubre 2017

Depósito legal: M-25055-2017

Introducción

La historia está salpicada de innumerables personas y momentos que han cambiado las generaciones y, tanto para bien como para mal, somos fruto y reflejo de un pasado del que nunca nos podemos reponer. Mirar hacia atrás siempre es una lección de lo que fuimos, de lo que queremos ser y de lo que no queremos repetir. La historia es eso, una lección donde todos los pasos dados son imborrables y solo podemos mirar hacia atrás para saber dónde tenemos que pisar cuando avancemos hacia delante.

Cuando se estudia la historia siempre se ve como una mera narración de hechos y sucesos consecutivos que aparentemente alteran la sociedad y provocan sus transformaciones, pero siempre quedan de ella los nombres propios, las fechas, los momentos trascendentes que suponen un hito a tener muy en cuenta. Pero la historia no solo es eso, sino que todas las personas que han poblado la Tierra son historia; en su medida y consideración, todas han aportado algo, sean reyes, nobles, esclavos, marineros, militares, estadistas, sastres o jornaleros. Cada uno tiene sus historias y el conjunto de estas historias forman la memoria colectiva de una sociedad. Que una sociedad no haya protagonizado guerras, conquistas, o no haya tenido personajes que hayan quedado para los libros de texto no implica que sea menos importante o destacable, porque esa sociedad está en la memoria colectiva de todo lo que somos actualmente.

Este libro no habla sobre destacados líderes que han llevado sobre sus hombros un Estado, o de grandes batallas militares que provocaron tratados internacionales, sino que hablará de una civilización menos destacada por la historiografía pero sin la cual muchos de nuestros esquemas actuales pisarían con pies de barro. Los fenicios no fueron unos simples marineros que surcaron las costas mediterráneas para vender sus productos, eran mucho más que esa idea moderna de una sociedad que se movía solamente para vender cerámica a sociedades culturalmente más atrasadas.

Los fenicios fueron una sociedad que implantó una estructura comercial de la que bebieron posteriormente los poderes marítimos más importantes del Mediterráneo. Instauraron una serie de rutas comerciales que conectaron lugares alejados entre sí y que no tenían contacto directo antes de su intervención, creando de este modo una especie de «globalización» de la Edad del Hierro en la que los intercambios culturales y comerciales se expandieron por todo el arco mediterráneo gracias al flujo comercial de los barcos semíticos. Sus naves fueron la vanguardia de la tecnología naval de su época, y el sistema de la vela cuadra, el más usado por los fenicios, estuvo vigente hasta la invención de las velas latinas y de cuchillo ya en siglos posteriores. Su dominio del medio marino les llevó a realizar un hito histórico que no se volvió a llevar a cabo hasta veinticuatro siglos más tarde: la circunnavegación de África.

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Figura 1: Jeroglífico egipcio. La fuerte influencia cultural, política y económica de potencias territoriales como Egipto, el Imperio hitita o el asirio moldearon la cultura y la vida diaria de los fenicios, ya que la región de Canaán se vio inmersa en pugnas de poder por parte de estas potencias para controlar su territorio.

En pocas grandes guerras encontrarás el nombre de los fenicios, y no muchos personajes históricos de los más destacados de la historia tienen nombre fenicio, pero sus aportaciones culturales siguen siendo básicas en el mundo actual sin que apenas seamos conscientes de su importancia, su antigüedad y su origen. Las propias palabras que lees son prueba de ello, ya que el sistema alfabético tal y como lo conocemos tiene un origen fenicio, y el primer alfabeto como tal fue inventado por estos para hacer más fácil su uso de cara a las transacciones comerciales. De él nacerán los alfabetos hebreo, árabe, latino y griego, por lo que medio mundo escribe actualmente como escribe gracias a que unos anónimos fenicios inventaron un sistema más fácil de aprendizaje y de representación de los sonidos fonéticos. Otra de las aportaciones más destacadas fue la expansión del uso del torno en la producción alfarera con todo lo que ello implicaba, un cambio sustancial para la industria cerámica que permitió una mayor producción y un aumento en la calidad de los objetos.

El cultivo de la vid y el olivo también fue propagado por sus barcos allí donde instalaban colonias comerciales, y el vino y el aceite se convertirán en un producto alimenticio básico que supondrá una base económica importante para las zonas de producción, sin pararnos a hablar del papel de estos dos ingredientes en la dieta mediterránea. Estos dos productos siguen siendo básicos para la economía de muchas regiones, y la presencia del vino y el aceite en el comercio internacional a lo largo de la historia es el indicio del significativo papel de su cultivo.

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Figura 2: Mapa de la situación de Oriente Próximo con las ciudades fenicias más importantes y Chipre. La importante situación estratégica de estas ciudades como centros distribuidores del comercio en la región llevó al interés por esta zona de potencias como Egipto y el Imperio hitita.

En este libro por tanto se quiere reflejar el papel de los fenicios en la historia desde una manera global y destacando sus facetas más importantes y que más han contribuido a la sociedad actual. La dificultad de estudiar y describir una civilización como la fenicia radica en el problema de que la mayoría de testimonios y pruebas que hacen referencia a ellos no tienen un origen fenicio, ya que la mayor parte de sus escritos, fuentes y literatura se han perdido para siempre, privándonos de una abundante información sobre estas gentes. Las fuentes que más información nos aportan son las de otras potencias o culturas que, conviviendo o no con los fenicios, hacen referencia a ellos a través de historias, tradiciones, escritos más antiguos o paralelos. La arqueología es la segunda fuente que nos aporta actualmente datos gracias a las excavaciones de ciudades fenicias y al hallazgo de materiales y utensilios de uso, así como a la similitud en muchos aspectos con otras culturas vecinas. En definitiva, el libro recoge de modo general algunos aspectos sobre la civilización fenicia, como su economía, su administración político-administrativa, su sociedad o su religión, basándose para ello en la bibliografía especializada y en fuentes antiguas.

Fenicia ni siquiera se llamaba así para los fenicios, ya que es un nombre dado por la historiografía antigua a partir de que las fuentes griegas llamaran a esta región y sus gentes de esta manera en referencia al phoinix, un tinte de color púrpura extraído de crustáceos que era muy famoso en su época y cuya producción era realizada por las gentes que habitaban la actual costa líbano-israelí. Por tanto, se denomina Fenicia a la cultura y civilización que protagonizaron las gentes de la costa sirio-palestina desde aproximadamente el momento posterior a la crisis de los pueblos del mar (siglo XII a. C.) hasta un período de inestabilidad provocada por la conquista de los babilonios en el siglo VI a. C., con su período de esplendor entre los siglos X y VII a. C.

Esta obra comienza con un breve repaso al contexto histórico previo a la formación de la civilización fenicia como tal, analizando los antecedentes más directos y describiendo los hechos que llevaron a la creación de una situación geopolítica que favoreció el auge de las ciudades-Estado fenicias. Para ello se tendrá en consideración la situación justo anterior a la conocida como crisis de los pueblos del mar, una serie de elementos sociales que cambiaron los esquemas de equilibrio de poder asentados anteriormente en las grandes potencias territoriales del momento: Egipto y Hatti. Para ello nos servirán como ejemplo la caída de la ciudad de Ugarit, esplendorosa urbe comercial que se vio atacada por estas invasiones, y Egipto, que tuvo un importante punto de inflexión en su dominio territorial asiático a partir de este episodio. También se analizará la situación inmediatamente posterior a estos momentos, con la dispersión de los diferentes pueblos y la situación de vacío de poder creada en la costa levantina.

El segundo capítulo versará sobre las ciudades fenicias, auténticos centros de poder y protagonistas de una civilización que no dispuso de un aparato estatal como tal. Para ello se detallarán las ciudades más importantes y que promovieron auténticos movimientos políticos en la región, dejando fuera de este capítulo enclaves menores o más secundarios que por razones de espacio no han podido entrar en el análisis. Se destaca su historia, su evolución, sus principales medios de vida e incluso el territorio dependiente que pudieron llegar a explotar.

El tercer capítulo estará destinado a hacer un pequeño recorrido por cómo fue la sociedad fenicia y quiénes fueron sus actores principales. Desde el rey o gobernante hasta los esclavos, pasando por los cargos jurídicos y los sacerdotes, todos ellos eran miembros de una sociedad dinámica heredera de una tradición social compleja, e hicieron de la cultura fenicia una de las más punteras de su época.

Después se señalizará cuáles fueron los medios de vida que desarrollaron los fenicios para sobrevivir, detallando los sectores económicos más importantes y que hicieron de esta civilización una cultura predominantemente comercial. Es cierto que los intercambios de productos fueron la producción económica más importante, pero para comerciar con objetos primero hay que fabricarlos, por lo que daremos importancia a sectores económicos más secundarios pero vitales para mantener el alto flujo comercial que llevó a cabo esta civilización. Sectores como la agricultura, la industria alfarera o la explotación de los tintes tuvieron un papel muy destacado y activo en el desarrollo económico.

Sin embargo, los fenicios siempre quedarán para la historia como esos grandes navegantes que surcaron las costas del mar Mediterráneo llevando de aquí para allá objetos de diversa índole, y ese es precisamente el tema que tratará el quinto capítulo, el desarrollo de las importantes rutas comerciales establecidas por los barcos semitas. El dominio del medio marítimo no es una atribución actual, sino que ya las antiguas potencias territoriales reconocían a los fenicios como los mejores marineros de la época, e incluso el faraón egipcio Necao II les encargó una aventura sin precedentes, la circunnavegación de África, que supuso un auténtico acontecimiento histórico y al que quizás la historia no ha otorgado el reconocimiento que se merece. En este apartado veremos cómo fue el desarrollo naval de esta cultura a través de los barcos que construyeron y las rutas que surcaron para llegar allende los mares.

Una de las consecuencias más directas de toda esta expansión comercial y colonial se plantea en el sexto capítulo, con la transformación de sociedades indígenas como resultado de los intercambios culturales, poniendo el caso de Tartessos como ejemplo. La sociedad local instalada en el sudoeste de la península ibérica vivió una serie de cambios originados con la llegada del elemento social semítico a sus costas, y los contactos e intercambios entre las élites locales y coloniales cambiaron paulatinamente los esquemas sociales anteriores. Aspectos como la construcción de las casas, los ajuares funerarios, los estamentos sociales o el alfabeto se vieron alterados e influenciados por las corrientes orientales en un período que la historiografía ha calificado como orientalizante. La legendaria Tartessos siempre será fuente de inspiración para los secretos mejor guardados de la arqueología, pero quizás los fenicios tengan aún guardadas muchas respuestas a esas preguntas.

Tras esto se examinará una de las aportaciones culturales fenicias más importantes que han llegado hasta nuestros días: el alfabeto. La instauración de un sistema gráfico de representación de los sonidos fonéticos a través de veintidós grafemas fue uno de los aspectos culturales más destacados de este pueblo, ya que su facilidad de uso y aprendizaje permitió su expansión por las distintas regiones donde se instalaron. El alfabeto supuso un antes y un después para la escritura, pues los sistemas pictográficos —como el cuneiforme o el egipcio— solo eran capaces de mostrar conceptos palpables y visibles pero no aspectos abstractos, algo que sí fue posible gracias a la creación de letras que representasen sonidos. Con ello se ayudó a que más gente tuviera acceso a los textos y a la capacidad de leer y escribir, y la sencillez de uso de este sistema sirvió para que varias sociedades diferentes a la fenicia lo acogieran para representar sus idiomas. Multitud de alfabetos actuales derivan directa o indirectamente del fenicio, lo que es una prueba más que palpable de la relevancia de una creación de este tipo. Los fenicios firman aquí su lugar en la historia con la invención de un sistema a través del cual todos nos podemos comunicar, un sistema inventado por protagonistas anónimos que también son parte de nuestra memoria colectiva.

Pero como todos los seres, individuos o colectividades, los fenicios nacen, viven y, tras una vida de circunstancias diversas, mueren. Es este mundo el que cierra los aspectos más importantes mostrados en este libro-tratado a través de la religión. En este capítulo los protagonistas son los dioses y sus mitos, que explican cultos que dieron origen y fueron semilla de algunos que actualmente no son muy lejanos en nuestra ideología. Un mundo trascendental donde los fenicios, como nosotros, pensaban en la muerte y en sus consecuencias, tanto para los que se quedan como para los que se van.

Y para terminar este libro se señalarán algunos de los puntos geográficos donde la arqueología ha permitido extraer información y restos sobre estas gentes, mostrándonos unas vidas más allá de los muros, las ánforas, los recipientes cerámicos y las necrópolis.

Esperemos que el lector disfrute de una obra que pretende acercarlo a un mundo eclipsado por civilizaciones vecinas más prósperas y famosas, pero que dio innumerables contribuciones a la historia y al momento que le tocó vivir. Los fenicios fueron un pueblo lleno de esplendor y vitalidad que llenó de manufacturas y artesanía buena parte de las costas del Mediterráneo con el único objetivo de tener una dedicación profesional. Los avatares históricos anteriores y el contexto de la región obligaron a estas gentes a dedicarse al mar, y en la profundidad de sus aguas aún quedan sus antiguos barcos como perennes testigos del medio que les dio de comer.