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Primera edición: abril de 2018

 

Edición a cargo de EcoPolítica

 

© Del prólogo, Florent Marcellesi, 2018

 

© De los textos, Lucía Baratech Sánchez ; José Bellver Soroa ; Luis Esteban Rubio; Jonathan Gómez Cantero; Carmen Madorrán Ayerra; Emilio Santiago Muiño; Paz Serra Portilla; Gabriela Vázquez Macías; Lucía Vicent Valverde; Angélica Velasco Sesma

 

© De esta edición, Clave Intelectual, 2018

Paseo de la Castellana 13, 5º D- 28046 Madrid – España

Tel. (34) 91 781 47 99

www.claveintelectual.com

info@claveintelectual.com

 

Derechos mundiales. Clave Intelectual fomenta la actividad creadora, y reconoce el trabajo de todas las personas que intervienen en las distintas fases del proceso de edición. Agradece que se respeten los derechos de autor y, por lo tanto, que no se reproduzca esta obra, parcial o totalmente, mediante cualquier procedimiento o medio, sin el permiso escrito de la editorial. Lo cual permitirá que sigamos publicando nuevas obras, y que los autores y las autoras sigan escribiéndolas.

 

ISBN: 978-84-947948-4-1

IBIC: JF (Sociedad y cultura en general)

 

Diseño de cubierta: Lucía Bajos, luciabajos@luciabajos.com

Ilustración de cubierta: Cosmos, © José Luis Alonso Coomonte, 2016

Índice

 

 

 

Portadilla

Créditos

Índice

Prólogo. ¿Es posible y deseable la Cuarta Revolución Industrial? Florent Marcellesi

¿Es deseable para el empleo?

¿Y para nuestra vida diaria?

¿Es sostenible?

¿Es posible que ocurra?

Introducción. El porqué de una mirada ecosocial sobre la Cuarta Revolución Industrial. Paz Serra

La Cuarta Revolución Industrial ante la crisis ecológica. José Bellver Soroa

Los límites biofísicos de la cornucopia

El mito inmaterial de la economía digital

¿Hacia una economía circular?

Apuntes finales sobre la Cuarta Revolución Industrial (4ri), la robotización y los límites biofísicos del planeta

Bibliografía

Desmantelar la megamáquina: de la Cuarta Revolución Industrial a la sociedad postindustrial sostenible. Emilio Santiago Muiño

Cuarta Revolución Industrial: ¿Un pasaje para el Enterprise o un pasaje para el Titanic?

La fuerza de levantamiento fallida de la Cuarta Revolución Industrial

Desafíos normativos de la Cuarta Revolución Industrial: Agenda pública

Desafíos normativos de la Cuarta Revolución Industrial: Agenda oculta

Suposiciones para pensar sociedades postindustriales sostenibles…

… Y suposiciones poscapitalistas

Bibliografía

Los efectos de la Cuarta Revolución Industrial en la economía y el empleo. Lucía Baratech y Lucía Vicent

Introducción

La innovación y el cambio tecnológicoO: Componentes básicos de la economía

La Cuarta Revolución Industrial y los retos de la economía mundial

Los impactos de la Cuarta Revolución en el empleo

Una revolución que ensancha la brecha social

La agenda del cambio

Bibliografía

El sistema alimentario y la Cuarta Revolución Industrial. Gabriela Vázquez Macías

Impactos del sistema alimentario sobre el medio ambiente

Nuestro sistema alimentario es fuertemente petrodependiente

¿Cómo sería un sistema alimentario menos dependiente de los combustibles fósiles?

Dos opciones de futuro: Agricultura climáticamente inteligente o agroecología

Conclusiones

Bibliografía

El cambio climático: Del origen a la solución del problema. Jonathan Gómez Cantero

Introducción

La Cuarta Revolución Industrial y el cambio climático

Conclusiones

Bibliografía

Una mirada ecosocial al transhumanismo tecnocientífico. Carmen Madorrán Ayerra

¿Transhumanismo tecnoqué…?

Dos versiones del transhumanismo tecnocientífico

Phronesis: una crítica ecosocial del transhumanismo tecnocientífico

Bibliografía

La filosofía ecofeminista ante los cambios científico-tecnológicos y culturales del siglo XXI. Angélica Velasco Sesma

Mujer/naturaleza y hombre/cultura: Dominación, sexismo y degradación ambiental

Del organismo a la máquina: la ciencia moderna como dominio de la naturaleza

Estableciendo vínculos, proponiendo soluciones: reflexiones ecofeministas

Hacia una visibilización de los componentes de dominio: La tecno-ciencia desde la perspectiva ecofeminista

Sobre cyborgs, diosas y vacas sagradas

Bibliografía

Un debate sobre democracia bajo la mirada de Apolo, Hermes y Atenea. Luis Esteban Rubio[112]

Introducción

El planteamiento del problema por Yuval Noah Harari: «La democracia podría incluso desaparecer»

«La gobernanza ágil» de Klaus Schwab

La democracia líquida de Jorge Francisco Aguirre Sala

El peligro del ecofascismo según Carlos Taibo

Hacia una paideia democrática

Bibliografía

Todo por la pasta: La privatización tecnológica de la seguridad. Paz Serra Portilla

El rearme

La privatización de la seguridad internacional

La necesaria adaptación del Derecho Internacional

La nueva configuración de la seguridad

Ejemplos prácticos

Hacia un nuevo ecopacifismo

Bibliografía

Han realizado este libro:

Notas

PRÓLOGO ¿ES POSIBLE Y DESEABLE LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL?

Florent Marcellesi

 

 

 

Eurodiputado de EQUO y miembro fundador de Ecopolítica

 

 

La Cuarta Revolución Industrial despierta grandes esperanzas. Frente al descenso estructural de las tasas de crecimiento, se abre el horizonte de una nueva era económica. Para los gurús de la nueva economía, la digitalización y la robotización son el santo grial que devolverá el crecimiento, es decir –en el pensamiento dominante– más empleo para los trabajadores y más beneficio para el capital. Además, esta ola industrial lleva consigo la promesa de un mundo nuevo, e incluso de un nuevo ser humano, donde la inteligencia artificial nos traerá felicidad, bienestar y salud eternas.

Ante este panorama idílico, las voces críticas se alzan. Los sindicatos alertan de la pérdida masiva de empleos por la robotización de la economía. ¿Se convertirán en inútiles para el sistema millones de personas? Los neoludistas alertan del peligro de la invasión de la tecnología en nuestras vidas, trabajos y sociedad. ¿No sería mejor aplicar el principio de precaución ante los avances tecnológicos desconocidos? Ciertos filósofos alertan de la pérdida de sentido de la vida humana frente a un nuevo ser humano modificado. ¿Sobrevivirá el homo sapiens frente a sus propios inventos? Mientras tanto, los legisladores nos volvemos locos para saber cómo encajar los robots en el marco legal y fiscal.

Ante un debate de tal calado tanto a nivel económico como ético, hagámonos tres preguntas simples. ¿Es deseable esta cuarta revolución Industrial? ¿Es sostenible? ¿Es posible?

 

 

¿ES DESEABLE PARA EL EMPLEO?

 

Uno de los grandes miedos de la digitalización y robotización de la economía es la pérdida masiva de empleos. Es cierto que el robot puede sustituir, y ya lo ha hecho, al ser humano en un número creciente de tareas productivas y reproductivas. La revolución industrial es de facto la historia de la mecanización del campo, la industria, los servicios y de nuestros hogares. Es muy probable que si seguimos robotizando la economía, seguirá adelante esta mutación en el conjunto de la economía y nuestra vida diaria. Por tanto, al igual que cualquier transición, seguirá teniendo un impacto sobre el empleo, su localización geográfica, su calidad y nuestra relación con el trabajo.

Pero, ¿tanto como hablar de pérdidas masivas de empleo? Si nos basamos en los análisis de Jean Gadrey[1], más allá de titulares catastróficos, éste no es el verdadero riesgo. Si bien la robotización destruye empleos, también los genera en otros sectores, por lo cual el balance final no ha sido en el pasado, ni tiene que ser en el futuro, negativo.

La pregunta es otra: si los robots se multiplican solo para producir más en menos tiempo, tendremos que plantearnos si nuestro único objetivo como sociedad es aumentar nuestra productividad y nuestro crecimiento material. ¿Es deseable una sociedad transformada en una gigantesca «fábrica para producir, vender y consumir» cada vez más? ¿No sería una vía más prometedora y emancipadora orientar nuestra capacidad de innovación hacia aumentos de calidad de vida y de trabajo? Esta reorientación de la economía desde la cantidad hacia la calidad podría crear empleos con sentido. Porque si bien es verdad que por ahora la robotización no ha significado el fin del empleo, sí que ha impedido la creación de millones de empleos ecológica y socialmente útiles y con sentido.

 

 

¿Y PARA NUESTRA VIDA DIARIA?

 

Además, en la vida diaria, nuestra relación con la tecnología sigue siendo ambigua. Por un lado, la tecnología ha supuesto una liberación, o al menos una promesa de liberación, de tareas arduas, penosas o poco agradables, empezando por el hogar y para las mujeres. Ha traído consigo un gran potencial para terminar con el hambre o las enfermedades en el mundo, gracias una producción agrícola récord y avances sanitarios fantásticos.

Al mismo tiempo, también ha acarreado nuevas brechas y servidumbres. La tecnología puede crear nuevas desigualdades: las clases digitalizadas, tanto las que ponen las bases del mundo del mañana como las que controlan el capital tecnológico, frente a las clases analógicas o menos digitalizadas. La tecnología puede ser utilizada como falsas soluciones (como los agrocombustibles, los transgénicos o la captura de carbono) a problemas que son más bien de índole política, de modelo productivo y de estilo de vida.

Además, la dependencia de la tecnología, como de las redes sociales, o su uso y control al estilo Big Brother[2] nos enfrenta a nuevos riesgos sociales y juegos de poder. Podría ser que Black Mirror no fuera una serie de anticipación sino más bien simplemente un reflejo de nuestra realidad presente y futuro cercano. Como bien analizó Iván Illich, pasado cierto umbral, la tecnología deja de ser emancipadora y pasa a ser contraproducente. Corremos el riesgo de pasar de controlarla para nuestro bienestar a ser sus esclavos y ser controlados por ella... y por las clases digitalizadas que la controlan[3].

Por tanto, la cuestión tecnológica es ante todo una cuestión política y democrática. ¿Para qué y por qué nos mecanizamos y utilizamos los robots? ¿Hasta qué punto queremos digitalizar la economía y nuestras vidas? Si alguien la hace, ¿quién controla los avances tecnológicos? Para responder a estas preguntas, necesitamos poner esta cuestión en el centro del debate político y democrático, y someterla a una constante evaluación y decisión ciudadana.

 

 

¿ES SOSTENIBLE?

 

Ahora bien, en la mayoría de los discursos dominantes, ya sean alarmistas (sobre el empleo) u optimistas (sobre el potencial de la tecnología), falta una reflexión fundamental: la sostenibilidad ecológica. Tengamos siempre presente que los robots, las tecnologías de la información y comunicación, nuestros móviles y ordenadores son grandes consumidores de energía, de materias primas y de minerales. La cloud de nuestras fotos y ficheros variopintos es todo menos una nube inmaterial: son miles de servidores necesitados de energía barata y continua. ¡Consumen el 2% de la electricidad mundial! Como analiza de forma tajante y en detalle Jose Halloy[4], «en términos de energía y materiales, las tecnologías informáticas actuales no son sostenibles a largo plazo», y aún menos generalizables, bien sea en la industria, bien sea en la vida corriente.

Sin embargo, la carrera tecnológica hacia adelante y sin freno nos lleva a enfrentarnos a agudas tensiones y conflictos geopolíticos, económicos y sociales por el control y el uso de la energía y la materia prima, cada vez más escasas y caras, que alimentan nuestra economía digital e hipermaterial.

 

 

¿ES POSIBLE QUE OCURRA?

 

No es que sea posible que ocurra la cuarta revolución industrial, es que ya está ocurriendo. Por tanto, mejor preguntémonos: ¿queremos que siga su curso? En caso negativo, ¿es posible reorientarla?

Por razones de sentido y de sostenibilidad, la cuarta revolución industrial tiene serios límites que es necesario ir resolviendo antes de llegar a conflictos de gran calado que perjudicarán a los menos poderosos y más vulnerables, hoy y mañana. Sacar la tecnología del ámbito de los expertos y volcarla en el ámbito democrático es una estrategia fundamental para volver a controlar nuestro porvenir común en base a lo ética, social y ecológicamente aceptable.

Sin embargo, ante la complejidad del sistema actual y por venir, asumamos una realidad difícil. Como dice, alto y claro, Yuval Noah Harari: «Nadie puede asimilar todos los descubrimientos científicos más recientes, nadie puede predecir cómo será la economía mundial dentro de diez años y nadie sabe hacia qué estamos yendo con tanta prisa»[5]. Dicho de otro modo, ya que nadie entiende realmente el sistema en su globalidad, nadie sabe exactamente dónde están los frenos y, si los hay, cómo se activan[6].

La cuarta revolución industrial hoy se asemeja a un tren lanzado a plena velocidad hacia un rumbo indefinido e incierto. Para que no descarrile o sacrifique a los pasajeros de segunda clase, sino más bien que transite y nos lleve a un destino solidario y ecológico, nos toca entre todas y todos, a través de un debate democrático, valorar su deseabilidad en base a su sostenibilidad, y decidir el rumbo, el itinerario, la velocidad y quién la conduce.

 

Febrero de 2018

INTRODUCCIÓN

EL PORQUÉ DE UNA MIRADA ECOSOCIAL SOBRE LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

Paz Serra

 

 

 

Se trata de una realidad tan potente, que no escapa a la percepción de nadie: mires donde mires, hay alguien alabando o criticando el impacto que la interconexión tecnológica está teniendo en nuestras vidas. Pero no se trata de casos aislados, o de adicción a las pantallas, sino de algo más grande. Estamos en un cambio civilizacional, que en 2016 fue bautizado por Klaus Schwab, presidente del Foro Económico Mundial como La Cuarta Revolución Industrial.

Como sus predecesoras, esta revolución industrial viene sin duda a alterar la escena económica. La industria, el trabajo, la agricultura se están viendo altamente afectadas por el uso de la tecnología. Hasta ahora, quizás haya sido el mundo laboral el que más atención ha recibido. Y ello porque, si bien la cifra no es unánime, un alto porcentaje de puestos de trabajo puede desaparecer, o verse alterado, por la implementación de nuevas tecnologías. Y, como ya ocurriera en pasadas revoluciones industriales, se espera que este reajuste del mercado laboral se cobre un peaje mayor en los sectores menos favorecidos de nuestras economías. La brecha digital no va a poder ser relegada ya a una simple cuestión de acceso a Internet, que seguirá siendo crucial, sino que van a entrar en juego muchas otras variables. Y ello en un contexto en el que la tecnología se utiliza cada vez más en sectores que pueden abrir grandes interrogantes de carácter moral y ético.

Nos vamos a tener que enfrentar a preguntas como ¿cuál va a ser nuestra relación con los robots?, ¿qué es lo que nos hace genuinamente humanos?, ¿puede ser la guerra buena si no causa víctimas inocentes? y sería ingenuo, e incluso irresponsable, pensar que esas preguntas se pueden responder de forma objetiva y aséptica. Como cualquier otra realidad social, la respuesta a estas preguntas parte de una determinada manera de entender el mundo. Es por ello que desde EcoPolítica nos propusimos arrojar interrogantes y respuestas desde una mirada ecosocial. Una mirada que tuviera en cuenta los límites del planeta y el bienestar de nuestras sociedades. Y es que es nuestra convicción que las respuestas que se den a los desafíos sociales, económicos y políticos ante los que nos encontramos tienen que tener en cuenta la variable ecologista, algo que hasta ahora no han hecho los principales autores que han escrito sobre la materia. Más allá, existe escasa literatura en castellano que aborde un tema que sin embargo ocupa páginas de las revistas económicas con mayor renombre a nivel internacional, y que ya es objeto de debate y regulación en casi todas las democracias europeas.

Frente al optimismo tecnológico, que muestra como un avance cualquier aplicación de la tecnología a nuestra vida cotidiana, en EcoPolítica hemos querido pararnos a analizar el cómo, el por qué, el con qué y el para qué de todos estos «avances»: no se trata aquí de hacer un alegato contra la tecnología. Por supuesto, Internet, el Internet de las cosas, la robotización y la automatización han entrado en nuestras vidas y parece que han venido para quedarse. Pero nos corresponde a nosotras establecer el marco de actuación de esta tecnología, de forma que los cambios se produzcan de la manera más armónica posible.

Así, el libro se estructura en 9 capítulos, escritos por 10 autoras y autores españoles menores de 35 años, en una apuesta por el relevo generacional también en el pensamiento ecologista. Los capítulos, a su vez, se podrían dividir en dos grupos: de una parte, los 3 primeros, escritos por José Bellver, Emilio Santiago Muiño, y Lucía Baratech y Lucía Vicent respectivamente, tienen una temática más económica, y las materias de las que se ocupan serían quizás las que antes nos vienen a la mente al hablar de Cuarta Revolución Industrial: la necesidad de recursos naturales para llevar a cabo la Cuarta Revolución Industrial y su disponibilidad, cuáles serán las características y los umbrales de posibilidad de la industria 4.0, qué implicaciones tendrá para el empleo y los sistemas de seguridad social y de redistribución de la renta heredados de la primera revolución industrial.

Partiendo de esa base económica y sin desprenderse de ella, los siguientes capítulos se irán adentrando en diferentes aspectos de nuestras sociedades, que a menudo se interpretan como separadas de la industria, pero que, en la opinión de EcoPolítica, forman parte fundamental de la configuración de nuestros sistemas sociales. Qué comemos y cómo lo producimos, cómo nos relacionamos con el territorio –en el capítulo sobre agricultura de Gabriela Vázquez–; cómo nos vamos a adaptar al cambio climático –quizás, el capítulo más optimista de este libro, escrito por Jonathan Gómez Cantero–, cómo nos vamos a relacionar con las máquinas, y cuál va a ser la posición de la humanidad –es el transhumanismo del que habla Carmen Madorrán–, las implicaciones que esas relaciones tienen desde una perspectiva ecofeminista –de acuerdo con Angélica Velasco–, cómo va a afectar esta Cuarta Revolución Industrial a nuestros sistemas políticos y la idea de democracia –vistas por Luis Esteban Rubio–y, por último, las implicaciones y fronteras de la aplicación de la Cuarta Revolución Industrial a la Seguridad Internacional –escrito por mí, Paz Serra Portilla.

Es evidente que estos capítulos no agotan las dimensiones de la Cuarta Revolución Industrial, pero creemos que constituyen un buen punto de partida desde el que lanzar el debate público. Un debate que llega con cierto retraso a España con respecto a otros países de nuestro entorno.

Por último, en el capítulo de agradecimientos, no nos queríamos olvidar, en primer lugar, de agradecer el cariño con el que el eurodiputado Florent Marcellesi, socio fundador de EcoPolítica ha acogido este proyecto. No sólo por haberlo hecho posible desde el punto de vista económico, sino por el diálogo y disponibilidad constante durante estos meses. Agradecer también la buena disposición de las autoras, que han contribuido a enriquecer nuestra visión de esta realidad compleja; así como a otros autores, como los miembros de Etopia, la fundación del partido verde belga Ecolo, que nos han permitido utilizar sus artículos como base para este proyecto. Al escultor José Luis Coomonte, –y el estudio de fotografía MYNT– por cedernos su Cosmos para la portada de este libro, y, aportar así, la perspectiva artística de la tecnología. Y, por supuesto, a Lourdes Lucía y la editorial Clave Intelectual por la confianza depositada en nosotras.

Permítanme, además, agradecer, en el plano personal, a todos y cada uno de los integrantes de EcoPolítica, por estar ahí siempre que he necesitado apoyo en la coordinación de esta publicación. Gracias, por la ternura, y también por la subversión.

 

Paz Serra Portilla, Madrid, marzo de 2018