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Educar
las emociones
y los sentimientos

INTRODUCCIÓN PRÁCTICA
AL COMPLEJO MUNDO DE LOS SENTIMIENTOS

Manuel Segura Morales
Margarita Arcas Cuenca

NARCEA, S. A. DE EDICIONES
MADRID

Ser persona y relacionarse. Habilidades cognitivas y sociales, y crecimiento moral.

Relacionarnos bien. Programa de Competencia Social para niñas y niños de 4 a 12 años.

Jóvenes y adultos con problemas de conducta. Desarrollo de competencias sociales.

 

 

 

 

© NARCEA, S. A. DE EDICIONES

www.narceaediciones.es

Cubierta: Fernando García de Miguel

ISBN papel: 978-84-277-1417-5

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Indice

Introducción

1. ¿Por qué nos alegramos y por qué nos entristecemos?

Sentimientos y emociones

La alegría, sus afines y sus contrarios

Identificar emociones

2. La esperanza, el desengaño y la sorpresa

Comunicación no verbal

La esperanza, sus afines y sus contrarios

Patología emocional

Expresar y adivinar los sentimientos

3. El miedo y la vergüenza nos hacen sufrir

Historias de vergüenza y de miedo

El miedo y la vergüenza, sus afines y contrarios

Para vencer el miedo y las fobias

Sentimientos agradables y desagradables adecuados e inadecuados

4. Del deseo al aburrimiento

Sentimientos múltiples simultáneos

El deseo, sus afines y sus contrarios

5. La envidia y los celos son destructivos

La envidia, los celos y la solidaridad

Cómo ocultar los propios sentimientos

Otelo y los celos

Patinaje sobre hielo y envidia

6. Ira y ansiedad. Sentimientos y pensamientos

Un «dominó» de emociones y sentimientos

Técnicas para el control de la ira

La ira y la intranquilidad: sus afines y contrarios

Dominó de emociones y sentimientos

7. Los sentimientos a veces crean problemas, pero también ayudan a resolverlos. El orgullo

Problemas y sentimientos

El orgullo, sus afines y sus contrarios

Problemas y soluciones

8. ¿Quién entiende el amor?

Amor y sexo

El amor, sus afines y sus contrarios

Miedo a la «separatidad», a la soledad, a la libertad

Los elementos del amor

El amor según Neruda

Glosario: sentimientos y emociones

Bibliografía

Introducción

Durante muchos años, hemos relegado el estudio de las emociones y los sentimientos al campo de la literatura y del arte. En ese tiempo, tiempo muy largo, hubiera parecido una frivolidad introducir, en la Psicología o en las Ciencias de la Educación, el estudio del enamoramiento, la nostalgia o los celos.

En la práctica educativa, tanto en casa como en la escuela o en el instituto, si teníamos en cuenta las emociones era, sobre todo, para reprimirlas, para recordar la importancia del dominio de sí mismo, sin dejarse llevar de las pasiones ni de emociones incontroladas. «Los hombres no lloran», hemos enseñado, y demostrar indignación, aunque fuera ante una injusticia, nos parecía como una falta de pudor.

Pero en estos tiempos ya no es recomendable, ni siquiera aceptable, el «analfabetismo emocional». Esa expresión, acuñada por Salovey y hecha popular por Goleman, tiene relación con el subdesarrollo de las dos inteligencias llamadas «personales» por Gardner: la inteligencia intrapersonal, que es la capacidad de conocerse, controlarse y motivarse a sí mismo, y la inteligencia interpersonal, que es la capacidad de ponerse empáticamente en el lugar de otros y relacionarse con ellos.

El analfabetismo emocional abarca:

No conocer la variadísima gama de los sentimientos y las emociones humanas. Hay personas, incluso con amplia cultura en otros campos, que no saben expresar sus sentimien tos sino con fórmulas generales e imprecisas, como «estoy bien» o «estoy mal».

No reconocer esos sentimientos y emociones en sí mismo (aunque se supiera el nombre teórico).

No reconocer en otros, ni entender el lenguaje verbal o no verbal con que esas personas intentan manifestarnos sus sentimientos.

No saber encauzar esos sentimientos y emociones hacia el desarrollo de uno mismo como persona, hacia la consecución de una motivación dinamizadora y hacia el establecimiento de mejores relaciones con los demás.

Este libro está concebido para ayudar a la «alfabetización emocional» de nuestras generaciones jóvenes. Presentamos a padres, profesores y profesionales, un programa en ocho capítulos, que puede realizarse en otras tantas sesiones de cuarenta a sesenta minutos cada una.

Este programa puede ser complemento de un entrenamiento en competencia social o en habilidades sociales, pero también tiene valor y eficacia en sí mismo, para educar en ese campo complejo e interesantísimo de las emociones y sentimientos.

La teoría y las actividades están pensadas para personas que, al menos, han cumplido ya los catorce años, pero pueden resultar de gran utilidad incluso en la edad adulta.

Es un programa especialmente participativo en el que se proponen muchas actividades distintas, para practicarlas en diálogo permanente del grupo. Tiene también muchas ilustraciones, con fotos modernas y de obras clásicas, para facilitar el conocimiento y reconocimiento de las principales emociones.

El libro, presenta además, de forma clara y elemental, las técnicas básicas de control emocional. No se trata de suplir la intervención del profesional de la psicología o de la psiquiatría, cuando ésta sea necesaria, sino de ayudar a los jóvenes y enseñarles a ayudarse a sí mismos, en los casos normales de la vida de cada día. Se habla, por ejemplo, de cómo vencer las fobias y el miedo, por medio de la desensibilización sistemática. Se exponen las líneas fundamentales de la terapia cognitiva de Beck, para luchar contra la depresión. Se presentan técnicas sencillas de solución de problemas. Y otras más.

En este libro definimos y discutimos más de sesenta sentimientos humanos. Parecen muchos, pero son sólo los fundamentales. Hay que evitar que nuestros jóvenes, e incluso muchos adultos, reduzcan la vida emocional a la alegría, la tristeza y el enfado.

Finalmente, y para facilitar la tarea del monitor o profesor, se incluye en el texto un Glosario, con la definición de los sentimientos y emociones.

Estamos seguros de que el programa será de enorme utilidad a quienes lo pongan en práctica.

1.

¿Por qué nos alegramos y por qué nos entristecemos?

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Murillo
«Muchacho riendo»

¿Qué estaría viendo este niño
para sentirse tan contento?

1. ¿Por qué nos alegramos y por qué nos entristecemos?

Sentimientos y emociones

Como introducción del profesor, o mejor aún en diálogo con el grupo de alumnos, se deben aclarar estos conceptos:

1. Qué son sentimientos o emociones

Nos adentramos en un campo que no es ni el de la realidad externa, ni el de las ideas o el conocimiento, sino el del impacto interior producido por las personas, las palabras, las cosas, los recuerdos y las ideas. Muchos autores hablan de emociones y sentimientos como si fueran la misma cosa. Se los puede distinguir, para mayor exactitud, diciendo que las emociones son impulsos que comportan reacciones automáticas y constituyen un conjunto innato de sistemas de adaptación al medio. En cambio los sentimientos son bloques de información integrada, síntesis de datos de experiencias anteriores, de deseos y proyectos, del propio sistema de valores y de la realidad. En la práctica educativa no es necesario estar haciendo constantemente esta distinción entre emociones y sentimientos; lo que nos interesa es que los jóvenes aprendan a conocer, controlar y aprovechar unas y otros.

2. Cómo saber distinguir entre emoción, estado de ánimo y modo de ser

La emoción suele ser intensa y su duración no muy larga. El estado de ánimo es una situación más apagada y difusa, que es como el rescoldo de la emoción y suele ser mucho más duradera, puede permanecer desde unas horas hasta días e incluso semanas. El modo de ser es algo estable, constituido por lo genético y por toda la experiencia vivida; lleva consigo una mayor propensión a unas emociones que a otras; se puede modificar, pero hay un núcleo que permanece, como genio y figura, hasta la sepultura.

3. Los mismos sentimientos pueden tener varios nombres

Hay sentimientos, que siendo distintos y teniendo nombres diferentes, son parecidos a otros, como si fueran «de la misma familia».

4. Los sentimientos suelen también tener contrarios

Por ejemplo, la alegría y la tristeza son dos sentimientos contrarios entre sí.

La alegría, sus afínes y sus contrarios