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LA LATITUD DE LOS PASOS

Impresiones del Camino

LA LATITUDE DES PAS

Impressions du Chemin

Oleñka Carrasco

© La latitud de los pasos. Impresiones del Camino. Autora Oleñka

Carrasco, 2014

© Fotografías de interior: Oleñka Carrasco

© De esta edición, Ediciones Casiopea, 2018

Diseño de cubierta: Tábata Pardo Ruiz

Maquetación: Diana Fernández Tascón

Traducción al francés: Cédric Hernández y David Hernández

ISBN: 978-84-948482-4-7

Reservados todos los derechos

LA LATITUD DE LOS PASOS

Versión en castellano

INDICE

DIA 0: ¡EMPIEZA LA AVENTURA!

DÍA 1: De Saint Jean Pied de Port a Roncesvalles

DÍA 2: De Roncesvalles a ZubirI. 20 km. 7 horas

DIA 3: De Zubiri a Pamplona. 22 km. 7 horas y media

Dia 4: De Pamplona a Puente la Reina. 20 km. 8 horas

Dia 5: De Puente la Reina a Estella. 22,4 km. 7 horas

Dia 6: De Estella a Los Arcos. 22 km. 7 horas

Dia 7: De Los Arcos a Viana. 18 km. 4 horas

Dia 8: De Viana a Logroño. 11,5 km. 2 horas y media

Dia 9: De Logroño a Nájera. 31 km. 7 horas y media

Dia 10: De Nájera a Santo Domingo de la Calzada. 21,2 km. 5 horas y media

Dia 11: De Santo Domingo de la Calzada a Belorado. 23 km. 6 horas

Dia 12: De Belorado a San Juan de Ortega. 24,3 km. 7 horas

Dia 13: De San Juan de Ortega a Burgos. 27 km. 8 horas

Dia 14: Burgos. Día de descanso

Dia 15: De Burgos a Hornillos del Camino. 20 km. 5 horas

Dia 16:De Hornillos del Camino a Castrojeriz. 20,5 km. 5 horas

Dia 17: De Castrojeriz a Frómista. 25,5 km. 7 horas

Dia 18: De Frómista a Carrión de los Condes. 20 km. 5 horas

Dia 19: De Carrión de los Condes a Terradillos de los Templarios. 27 km. 8 horas

Dia 20: De Terradillos de los Templarios a Calzada del Coto. 18 km. 4 horas

Día 21: De Calzada del Coto a Reliegos. 27 km. 8 horas

Día 22: De Reliegos a León. 26 km. 6 horas

Dia 23:Día libre en León

Dia 24: De León a Villar de Mazarife, por la Ruta Verde. 22 km. 5 horas

Dia 25:De Villar de Mazarife a Villares de Órbigo. 17 km. 5 horas

Dia 26: De Villares de Órbigo a Astorga. 16 km. 4 horas

Dia 27: De Astorga a Foncebadón. 28 km. 7 horas y media

Dia 28: De Foncebadón a Molinaseca. 20 km. 6 horas

Dia 29: De Molinaseca a Cacabelos. 23 km. 5 horas

Día 30: De Cacabelos a Vega del Valcarce. 26 km. 6 horas

Día 31:De Vega del Valcarce a Hospital de la Condesa. 18,5 km. 5 horas

Dia 32:De Hospital de la Condesa a Samos. 26 km. 7 horas

Día 33: De Samos a Barbadelo. 18 km. 4 horas

Día 34: De Barbadelo a Gonzar. 23 km. 6 horas y media

Dia 35: De Gonzar a Ponte Campaña. 24 km. 7 horas

Dia 36: De Ponte Campaña a Ribadiso dA Baixo. 21 km. 6 horas y media

Dia 37: De Ribadiso da Baixo a O Pedrouzo. 22 km. 4 horas

Día 38:De O Pedrouzo a Santiago de Compostela. 20 km. 4 horas y media

La Latitud de los pasos

A esa fuerza abrazadora, arrolladora y sublime que no me desampara y que me llena de pasión por la vida; esa energía en la que decido creer desnuda de religiones, presente en los pequeños milagros de la naturaleza y dentro de mí misma.

Y a Cédric, por no ser Ítaca sino periplo, aventura, el mejor viaje de mi vida.

Día 0

¡Empieza la aventura!

8 de mayo de 2014

Hace poco, un apasionado de los aviones me dijo que volar no era más que desplegar las alas y dejar que el viento las acariciara..., caminar debe ser entonces poner los pies en marcha dejando que el Camino los abrace.

Hace poco leí que un apasionado partía tras los pasos de nuestros ancestros, siete años, 33 000 km a pie...

Pensé... que la vida no nos fue dada para «estar», para hacer acto de presencia, la vida, es el milagro para «ser». En cada momento, en cada lugar, volando, caminando... SER.

Mi aventura comienza.

Día 1

De Saint Jean Pied de Port a Roncesvalles. 27,1 km. 7 horas

Primer día de caminata:
9 de mayo de 2014

Avanzaste durante todo el día... entre serpenteantes cuestas que se volvían infinitas.

Cuando el cansancio y el dolor parecían ganarte, los enormes campos llenos de verde se abrían, te cantaban un ¡hurra!; entonces,te dejaste envolver por la nube para llegar hasta aquí...

Día 2

De Roncesvalles a ZubirI. 20 km. 7 horas

El cielo gritó: ¡Hasta el infinito y más allá! en la estela dejada por aquellos aeroplanos.

Los caminos transcurrieron hoy entre árboles diferentes. ¡Cuánta soledad! Caminar, escuchar, mirar...

Mis primeros 20 kilómetros completamente sola.

Día 3

De Zubiri a Pamplona. 22 km. 7 horas y media

Todos los pueblos duermen.

No saben que los espiamos y que cuando llegamos a ellos tenemos, quizás, más de una hora de ruta.

Solo nos reciben las bestias del campo, nos miran pasar como si nada, como si algo...

Todos los pueblos duermen, y en un suspiro, uno prosigue la marcha.

Día 4

De Pamplona a Puente la Reina. 20 km. 8 horas

Al finalizar mi etapa ayer en Pamplona, sentí que mis pies querían ponerse en huelga. Un fuerte dolor me atenazaba el tobillo derecho y pensé que lo mejor era tomarme un día de descanso.

En el albergue, conocí a un peregrino que me dijo: «Tu cuerpo tiene que doler, descansar los primeros días es un error, ve a tu ritmo».

Es así como decidí hacer la etapa. Clamé al cielo por un bálsamo que hiciera que mi tobillo me dejara caminar. Cuando me despedí de Pamplona, ella apenas se estaba levantando. Con un viento fresco, casi frío, me dejó ir.

Lo siguiente fueron pasos lentos pero seguros. Según caminaba, el dolor desaparecía, dando paso a una satisfacción tremenda.

Día 5

De Puente la Reina a Estella. 22,4 km. 7 horas

Caigo en la cuenta de que hoy he completado 114 kilómetros.

Nunca hubiera imaginado que podría andar tanto. ¿Cuántos años de mi vida tendría que juntar para que sumasen 114 kilómetros caminados?

Esto se merece una hermosa foto, como esa de los campos de amapolas por donde pasé, o los pueblos pequeños que se tienen en pie desde el medioevo; pero el peso de las heridas en mis pies me ha hecho festejar estos kilómetros en silencio, sentada en una pequeña colina pidiendo al sol que me caliente los huesos.


Los últimos dos kilómetros de hoy ya no sentía mis pasos, solo dolor en mis pies, quizás no soy tan valiente para acabar todo esto, me dije. Crucé el puente al llegar a Estella con los ojos llenos de lágrimas.

Cuando al fin solté la mochila en el albergue, los «hospitaleros» me dijeron:«has llegado muy pronto, apenas hemos reservado dos camas, ya no hace falta llorar, estás en casa». Me acercaron el plato de galletas, me cogieron la mochila y me dijeron «¡Bienvenida Peregrina!».

Día 6

De Estella a Los Arcos. 22 km. 7 horas

A medida que caminaba he descubierto que esto tiene su fórmula.

6 a.m. (o antes): Nos levantamos, imposible seguir durmiendo, así que ¡todos arriba!, a desayunar y a preparar mochilas.

Entre 7 a 7:30 a.m.: Partida. Salimos, mochilas al hombro, como si ayer no hubiéramos dicho ¡Dios mío, qué dolor!.

Entre 7:30 y 12:00 a.m.: Los kilómetros transcurren como si uno hubiera hecho esto toda su vida. A media mañana te dices: ¿en qué momento he hecho 13 kilómetros? Ni los he sentido. Todas las etapas tienen su complicación. Muchas veces la dificultad está al principio y se afronta con filosofía, otras está al final y no hace ninguna gracia. Lo cierto es que cuando quedan los últimos 8 kilómetros, es como si un peso te cayera encima, cuando ya solo restan 4 kilómetros sientes que no puedes moverte para nada, que te vas a desmayar, lloras, ríes, te quejas de las últimas indicaciones de distancia que leíste...

Sobre las 2, 3 ó 4 p.m.: Llegas al albergue, sueltas la mochila, te duchas y de pronto, todo se acabó. Llevas tu dolor con dignidad, te alivias, hablas con el resto de peregrinos, comes, vuelves a la vida. Haces caso a todos, te das friegas de alcohol de romero, radio salil, mentol, espichas las ampollas con una aguja, haces estiramientos.

A las 10 p.m.: El día se acaba, luchas para concentrarte y olvidarte de los ronquidos, o quizás seas tú quien ronque. Duermes.

A las 6 de la mañana, comienza un nuevo día, con sol o sin él. Y sin dilación, vuelves a empezar.

Día 7

De Los Arcos a Viana. 18 km. 4 horas

Hoy, mientras caminaba arrastrando mis pasos, cuando el rocío no había terminado de formarse, pasé por uno de esos pueblos desiertos que se acumulan en mi cabeza. Ahí, en esa soledad sempiterna de la mañana olvidada, me topé con esta casa. Ella también estaba sola y en sus ventanas se adivinaba la desnudez de su estructura ahora en ruinas, en clausura. Pensé en lo mucho que me atraen las casas como esta, los lugares como este. Ellos me permiten contarme historias sobre quién vivió ahí, cómo, cuándo. Cuántos años tiene su construcción, cuántas lluvias ha sobrellevado. Luego me he topado con una monumental catedral en ruinas, y me he dicho que quizás era el día de la comprensión de la soledad, de la «des-habitación» de estos lugares, y de la mía propia.

Aunque mi espíritu se conserve intacto, mis pies no paran de sufrir a cada paso. Siento que mi corazón avanza a miles de kilómetros y mis piernas no lo acompañan. Es por esto que he tenido que hacer una parada, y por primera vez, desde que comencé el Camino, no completé la etapa marcada. Sentí una mezcla de resignación y derrota. Una especie de autoconvencimiento, una suerte de tristeza frustrada.

Aunque el Camino debería hacerse sin marcas, ni tiempos, las etapas existen y te sientes débil al no completar los hitos diarios. En medio de la desazón, decidí que retomaría mi espíritu inicial para hacer esto: vivir el Camino con mi diario, mis fotos, sin tratar de quemar etapas a mansalva. Cuando emprendes el Camino, también comienzas una familia con todos aquellos que ves el primer día. Te sientes protegida, acompañada, conocida...

Al verlos partir hoy, al desearles un Buen Camino y una larga vida, no pude evitar sentirme «deshabitada», como la casa, como la iglesia. Llega el momento de «habitarme de mí» otra vez, y abrir las puertas a los que vendrán en los próximos kilómetros.

Viana, ha sido el lugar en el que todo esto ha ocurrido, y pese a que tuviera estos sentimientos, mi decisión no hizo sino confirmarse desde que entré. Al comenzar a subir las cuestas, las calles desprendían un olor a galletas dulces sin que hubiera ninguna pastelería cerca; las campanas redoblaban sin parar y al seguirlas llegué a la iglesia. En medio de la plaza me recibieron con vino y aceitunas «¡Hoy aquí estamos de fiesta!».

Uno de los mejores regalos que he recibido se presentó ante mí: Paulino Harina, 85 años y enamorado de una Venezuela que conoce mejor que yo. De joven su mamá le preguntó «¿Pero por qué te vas, qué te hace falta en casa? No es que aquí me falte nada mamá, es que quiero ver mundo». Nos cantamos muchas canciones a capela, bailamos, brindamos y prometimos no olvidarnos.

Día 8

De Viana a Logroño. 11,5 km. 2 horas y media

Hoy, el Camino no será una jornada de muchos kilómetros. Es el momento de descansar los pies. Esta etapa ha sido corta pero cargada de encuentros y celebraciones.