Portada
Contraportada

SECCIÓN DE OBRAS DE HISTORIA

Serie
Historia Crítica de las Modernizaciones en México

La Revolución mexicana, 1908-1932

Historia Crítica de las Modernizaciones en México

Coordinadores generales de la serie

CLARA GARCÍA AYLUARDO,
División de Historia, CIDE

IGNACIO MARVÁN LABORDE,
División de Estudios Políticos, CIDE


Coordinadora administrativa
PAOLA VILLERS BARRIGA, CIDE

Asistentes editoriales
ANA LAURA VÁZQUEZ MARTÍNEZ, CIDE
ADRIANA VÁZQUEZ MARÍN, CIDE

La Revolución
mexicana, 1908-1932

Coordinador
IGNACIO MARVÁN LABORDE

4

Fondo de Cultura Económica

Primera edición, 2010
Primera edición electrónica (ePub), 2018

Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio. Todos los contenidos que se incluyen tales como características tipográficas y de diagramación, textos, gráficos, logotipos, iconos, imágenes, etc. son propiedad exclusiva del Fondo de Cultura Económica y están protegidos por las leyes mexicana e internacionales del copyright o derecho de autor.

Índice

Siglas

Introducción. Revolución mexicana y modernización: 1908-1932
Ignacio Marván Laborde

Campesinos y obreros en la Revolución mexicana. Entre la tradición y los afanes modernizadores
Anna Ribera Carbó

El proyecto económico de la Revolución mexicana: tierra, trabajo y dinero
Sergio Silva Castañeda

La “modernización” revolucionaria del discurso político liberal: el problema agrario entre 1895 y 1929
Luis Barrón

Constitución, Revolución y reformas. Derechos individuales y derechos sociales
María del Refugio González

La inmigración: el ocaso de una utopía modernizadora
Pablo Yankelevich

La Revolución mexicana y la organización política de México: la cuestión del equilibrio de poderes (1908-1932)
Ignacio Marván Laborde

Bibliografía

Siglas

AALyP: Archivo Personal de Andrés Landa y Piña.

AGN: Archivo General de la Nación.

AHDSRE: Archivo Histórico Diplomático de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

AHINM: Archivo Histórico del Instituto Nacional de Migración.

AHSSA: Archivo Histórico de la Secretaría de Salud y Asistencia Pública.

BUAP: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

CEE: Centro de Estudios Económicos, Colmex.

CEHAM: Centro de Estudios Históricos sobre el Agrarismo en México.

CIDE: Centro de Investigación y Docencia Económicas.

CIESAS: Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social.

Colef: El Colegio de la Frontera Norte.

Colmex: El Colegio de México.

Colmich: El Colegio de Michoacán.

Colsan: El Colegio de San Luis.

Conaculta: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

ENAH: Escuela Nacional de Antropología e Historia.

FCE: Fondo de Cultura Económica.

IIH: Instituto de Investigaciones Históricas, UNAM.

IIJ: Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM.

INAH: Instituto Nacional de Antropología e Historia.

INEHRM: Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México.

INM: Instituto Nacional de Migración.

Instituto Mora: Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora.

PGR: Procuraduría General de la República.

PNR: Partido Nacional Revolucionario.

PRI: Partido Revolucionario Institucional.

SCJN: Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Segob: Secretaría de Gobernación.

SRA: Secretaría de la Reforma Agraria.

SRE: Secretaría de Relaciones Exteriores.

UAM: Universidad Autónoma Metropolitana.

UNAM: Universidad Nacional Autónoma de México.

Introducción
REVOLUCIÓN MEXICANA
Y MODERNIZACIÓN: 1908-1932

IGNACIO MARVÁN LABORDE*

Con rigor, el término moderno nos remite a una era de la historia del mundo occidental que se inicia en el siglo XVIII, a la Ilustración, a la explicación del mundo a partir del individuo y la razón, así como a una idea de progreso continuo. Sin embargo, la idea de modernización, como categoría de análisis histórico de los procesos de cambio, nos ubica de inmediato en un momento y en un lugar determinado, y está vinculada a la noción de poner al día o actualizar un determinado estado de cosas con respecto a cambios o tendencias de reforma que están sucediendo o están presentes en el mundo.

El objetivo de este libro es examinar la Revolución mexicana desde esta perspectiva, es decir analizando las ideas y los procesos de cambio que se plantearon en el periodo 1908-1932; sin anacronismos, ubicando el significado que el término tenía en ese lapso que abarca tanto los antecedentes inmediatos y el hecho mismo de la Revolución como la llamada reconstrucción y su agotamiento.

Debo destacar que, sin tratarse de un libro sobre la Constitución de 1917, de manera involuntaria o quizá inevitable ésta quedó como una referencia central. En los seis ensayos que los autores presentamos en este tomo de la Historia Crítica de las Modernizaciones en México, en los que se abordan los temas del surgimiento de nuevos actores sociales, la economía, el proyecto agrario y sus nociones de justicia, la tensión que se vivió en los años inmediatamente posteriores a la Revolución entre garantías individuales y garantías sociales, el asunto del lugar de los extranjeros en el nuevo Estado y, por último, la cuestión de la organización política de México, en cada uno, se da cuenta de las ideas y procesos que nos explican cómo llegaron esos temas al Constituyente de 1916-1917, qué fue lo que ahí se resolvió y cuál fue la evolución posterior de los mismos hasta el punto en que, a principios de la década de los años treinta, los acontecimientos de México y del mundo llevaron a la crisis y un replanteamiento sustancial de enfoques y del curso que llevaba el país. Me explico un poco más: la movilización campesina que imprimió el carácter social a la Revolución entró en una fase de organización en la década de los años veinte, no logró grandes avances y a fines de esa década aparecieron nuevos movimientos agrarios que revitalizaron la demanda de tierras, hicieron que se incrementara la intranquilidad en el campo mexicano y se lograron reformas sustanciales a las leyes e instituciones encargadas de la materia, que modificaron el contenido del concepto de justicia social para llevar a cabo la reforma agraria. En lo que respecta a las organizaciones obreras, el arreglo con los sonorenses se agotó en menos de una década, el movimiento obrero entró en crisis, sufrió divisiones y se radicalizó, al mismo tiempo que se hicieron reformas al artículo 123 para consolidar a las juntas de conciliación y el amparo en materia laboral y, después de años de discusión, emitir en 1931 una ley federal del trabajo que daría cauce a la movilización y reorganización del movimiento obrero mexicano en la década de los años treinta. El rechazo a los extranjeros expresado en la Constitución de 1917 se tradujo en leyes migratorias restrictivas en la década de los años veinte que, en los años posteriores, se endurecerían aún más. Y, por último, en lo que se refiere al equilibrio de poderes establecido en 1917, fue cuestionado casi de inmediato, no funcionó y en 1928 y 1932 se hicieron sendas reformas a la Constitución de 1917 para hacer efectivo el fortalecimiento del Ejecutivo, en menoscabo de la independencia de los poderes Legislativo y Judicial.

Quiero destacar que, desde una perspectiva comparada, lo que sucedió con la modernización en México durante ese periodo tiene por supuesto sus especificidades pero que, como tendencia general de los cambios que se estaban dando en el mundo, no fue algo único ni original. Coincidió, primero, con las transformaciones que introdujeron en el liberalismo la cuestión social en Europa y el movimiento progresista en los Estados Unidos a fines del siglo XIX y principios del XX hasta antes de la primera Guerra Mundial y, después, fue algo en cierta medida paralelo al replanteamiento de políticas que trajeron consigo el paso de las reformas legales y políticas para hacer frente a la cuestión social, a los planteamientos radicales de transformación social a partir de 1918, así como a la crisis de las instituciones liberales y el crack del paradigma mercado y democracia que siguió a la Gran Depresión de 1929. Como escribió Luis Cabrera, el 20 de noviembre de 1935:

En la situación actual del mundo la Revolución mexicana no puede ir más que por uno de estos dos caminos:

O el comunismo.

O el nacionalismo.

¿Quiénes son los verdaderos revolucionarios?

¿Los que nos aconsejan imitar a Rusia, o los que nos ponen a Italia como ejemplo?

Ecco il problema!1

La validez y el derrotero que siguió la disyuntiva que se planteaba Luis Cabrera, ya es materia de otro momento de las diferentes ideas y procesos de modernización que ha habido en México.


* División de Estudios Políticos, CIDE.

1 “La Revolución. Sus hombres y sus ideas”, en Luis Cabrera, Obras completas, t. III, Obra política, Oasis, México, 1975, p. 777.