PLATÓN

APOLOGÍA DE SOCRATES

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Título: Apología de Socrates

Autor: Platón

Título Original: Απολογια Σωκρατους

Editorial: AMA Audiolibros

© De esta edición: 2019 AMA Audiolibros

 

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ÍNDICE

 

APOLOGÍA DE SOCRATES

ÍNDICE

PRÓLOGO

PRIMERA PARTE :Discurso Principal

CAPÍTULO I: Cualidades de Orador

CAPÍTULO II: Estilo del Alegato

CAPÍTULO III: Las Primeras Acusaciones

CAPÍTULO IV: Los Acusadores Anónimos

CAPÍTULO V: El Origen de la Mala Fama

CAPÍTULO VI: Referencia a los Sofistas

CAPÍTULO VII: La Sabiduría de Sócrates Es Simplemente Humana

CAPÍTULO VIII: El Testimonio del Dios de Delfos

CAPÍTULO IX: La Ignorancia de los Políticos

CAPÍTULO X: La Ignorancia de los Poetas

CAPÍTULO XI: La Ignorancia de los Artesanos

CAPÍTULO XII: La Verdad del Oráculo

CAPÍTULO XIII: Los Discípulos

CAPÍTULO XIV: El Origen de las Denuncias

CAPÍTULO XV: El Interrogatorio a Méleto

CAPÍTULO XVI: La Acusación de Corrupción

CAPÍTULO XVII: ¿Quién Hace Mejores a los Hombres?

CAPÍTULO XVIII: El Daño Hecho, ¿Fue Voluntario o Involuntario?

CAPÍTULO XIX: ¿Existen los Dioses?

CAPÍTULO XX: La Conducta de Sócrates

CAPÍTULO XXI: El Honor

CAPÍTULO XXII: El Temor a la Muerte

CAPÍTULO XXIII: Sócrates No Reniega de Su Conducta

CAPÍTULO XXIV: Sócrates Se Define Como el “Tábano”

CAPÍTULO XXV: La Prueba de Pobreza

CAPÍTULO XXVI: La Voz del “Daimon”

CAPÍTULO XXVII: El Apartamiento de la Política

CAPÍTULO XXVIII: El Caso de las Arginusas

CAPÍTULO XXIX: El Caso del León de Salamina

CAPÍTULO XXX: La Tarea Educativa

CAPÍTULO XXXI: Testimonio de los Familiares

CAPÍTULO XXXII: Sócrates Se Niega a Emplear Recursos Sentimentales

SEGUNDA PARTE: Sócrates Es Declarado Culpable

CAPÍTULO XXXIII: Comentario de la Sentencia

CAPÍTULO XXXIV: La Contrapropuesta

CAPÍTULO XXXV: Mantenimiento a Costa del Estado

CAPÍTULO XXXVI: ¿Cuál Sería el Castigo Justo?

CAPÍTULO XXXVII: Oferta de Una Multa

TERCERA PARTE: Sócrates Es Condenado a Muerte

CAPÍTULO XXXVIII: Valoración de la Sentencia

CAPÍTULO XXXIX: La Predicción

CAPÍTULO XL: El Último Mensaje

CAPÍTULO XLI: ¿Qué Es la Muerte?

CAPÍTULO XLII: Petición por los Hijos

 

PRÓLOGO

Sócrates nació en el año 469 antes de Cristo, era hijo de un escultor y una partera. Era ágrafo, es decir que nunca escribió nada, sin embargo sobre su vida y pensamiento filosófico podemos saber gracias a obras como los diálogos de Platón.

La Apología de Sócrates es uno de los diálogos platónicos que conforman el denominado ciclo de juventud, fue escrito entre los años 393 y 389 antes de Cristo y se trata de la defensa que de sí mismo hace Sócrates ante el jurado de la ciudad de Atenas después de ser acusado formalmente por Méleto, Ánito y Licón de lo siguiente: “Sócrates es culpable por buscar y rebuscar las cosas subterráneas y celestiales, enderezar en buenas las malas razones y enseñar esto mismo a otros”.

Es en la Apología de Sócrates donde Platón detalla los acontecimientos que rodearon los últimos días de Sócrates, específicamente el juicio por no reconocer los dioses de la ciudad y por pervertir a la juventud enseñando este tipo de ideas. Un jurado compuesto por 502 jueces, lo condenan culpable con mayoría de votos. La condena: pena de muerte.

Platón recogió lo esencial de la defensa que Sócrates hizo de sí mismo en su propio juicio y que se basó en una valiente reivindicación de toda su vida. En este diálogo Sócrates comienza dirigiéndose a los ciudadanos atenienses en su defensa, alegando minuciosamente la falsedad de los argumentos de quienes lo acusan, además propone exponer su declaración con palabras sencillas, contrario a como finalmente se desarrolló dando cuenta de un hermoso y correcto uso del lenguaje. A continuación identifica dos clases de acusadores, los acusadores populares y los que formalizaron la acusación por escrito ante un tribunal. Alega tener fama de ser sabio, así mismo explica que no posee más sabiduría que la humanamente posible, pero que ha comprendido y hecho saber que es más sabio que muchos que se jactan de serlo al reconocer su ignorancia; es quizá esta la razón para acarrearse la antipatía de quienes lo acusan.

El hombre en su dimensión ética es lo que ocupa el centro del pensamiento filosófico de Sócrates. Según la obra de Platón, Sócrates no sólo fue un gran filósofo, también fue registrado por la historia como un hombre de buen actuar y tomando en cuenta su decisión de nunca escribir nada es en la acción donde llevó a cabo su desempeño como educador. Aunque él no creía que hubiera quién fuera capaz de enseñar, dedicó su vida a la enseñanza sin otro interés que el filosofar mismo y fue con su propio ejemplo que incitó a otros al cultivo de las virtudes.

No se puede hacer el mal si hay conocimiento, el mal se hace por ignorancia. “Conócete a ti mismo” frase que podía leerse en el oráculo de Delfos y podría considerarse como punto de partida de la ética Socrática, con la cual se invita a conocernos sin pretender hacerlo más allá de la justa dimensión humana, pero sobre todo invita al reconocimiento de la propia ignorancia que es la razón del mal actuar, es este el primer paso para romper con ella y así modificarse a sí mismo; de igual forma advierte que es el conocimiento en lo que consiste la virtud, es decir que no se puede hacer el mal si se tiene conocimiento. La virtud es el conocimiento, en esa medida se podrá ser virtuoso, en el conocimiento reside el bien hacer, el bien es la felicidad.

Al parecer conocerse a si mismo según Sócrates tiene como resultado la felicidad. Llegó a la conclusión de que la sabiduría divina es infinita comparada con la de los hombres y por lo tanto ningún hombre es un sabio. De ahí viene la famosa frase: “Sólo sé que no se nada”.

Cuando Sócrates toma la decisión de quedarse en la ciudad y cumplir la condena que le fue impuesta queda demostrado el compromiso ético que debe existir entre los individuos que integran una ciudad y sus leyes, dado que el beneficio de saber gobernarse a si mismo conduce recíprocamente al bienestar o felicidad colectiva. Renuncia a la posibilidad de salir de la ciudad y acepta la determinación del jurado y asevera sobre la muerte: “El mal no se corrige haciendo el mal”.

Sus amigos planearon un plan de fuga, pero Sócrates prefirió acatar la ley y murió por ello. Pasó sus últimos días de vida con sus amigos y seguidores y durante la noche cumplió su sentencia, bebiendo una copa de cicuta, según el procedimiento habitual de ejecución.

PRIMERA PARTE
Discurso Principal

CAPÍTULO I
Cualidades de Orador

17a

¡Ciudadanos atenienses! Ignoro qué impresión habrá despertado en vosotros las palabras de mis acusadores. Han hablado de forma tan seductora que, al escucharlas, casi han conseguido deslumbrarme a mí mismo. Sin embargo, quiero demostraros que no han dicho ninguna cosa que se ajuste a la realidad. Aunque de todas las falsedades que han urdido, hay una que me deja lleno de asombro: la que dice que tenéis que precaveros de mí y no dejaros embaucar, porque soy una persona muy hábil en el arte de hablar.

 

17b