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Presentación. Cuando el diálogo se hace cuerpo (Ana Maria Araújo Freire)

Biografía por el biografiado

El método dialógico

El hombre público

Ideario libertario

Paulo Freire, el andariego de lo obvio (Edson Passetti)

Paulo Freire

Edson Passetti

LA VOZ DEL MAESTRO

Conversaciones acerca de vivir, enseñar y transformar el mundo

Presentación de
Ana Maria Araújo Freire

Traducción de
Laura Granero

Freire, Paulo

© 2018, Editora Villa das Letras

© 2018, Siglo Veintiuno Editores Argentina S.A.

Presentación

Cuando el diálogo se hace cuerpo

Ana Maria Araújo Freire

El que ahora tiene entre sus manos el lector es un libro dialógico de Paulo Freire. Un libro hablado, como a él le gustaba decir. De hecho no lo creó en soledad, “a la sombra del árbol de mango” (es decir, en su escritorio), inspirándose y reflexionando como en su primera infancia, cuando aprendía a escribir con sus padres en el jardín de su casa natal, bajo la tupida sombra de este árbol tan nordestino.

Los libros que Paulo, sin coautores o compañeros, escribió solo, y a la sombra de ese perfumado árbol que daba a su cuarto de estudio, eran resultado de su reflexión sobre lo que su cuerpo consciente le dictaba para ser discutido en un proceso gnoseológico. No dejaba de tener en mente una nueva epistemología, su propia teoría del conocimiento. Ese es un ciclo que “casi se cierra” sobre sí mismo, pues agudiza su curiosidad para conocer el objeto que, como autor, él quiere o precisa conocer y socializar. Digo “casi se cierra” porque en esa búsqueda entran y circulan por todo su cuerpo los conocimientos acumulados durante años de estudio. Además, muchas veces la curiosidad misma tiene como punto de partida el sentido común, se va convirtiendo en curiosidad epistemológica y de este modo se consolida como un cuerpo científico, histórico, antropológico, “en cierta comprensión crítica de la educación”, como decía Paulo sobre su teoría educativa.

En los libros hablados como este, se suma otro componente: un segundo sujeto presente y, desde luego, pensante que se mezcla con el autor en el tema que se está tratando (ya que Paulo nunca “habló” ningún libro con personas opuestas a sus ideas). Además, Edson Passetti y él transitan juntos el pensamiento de los autores que poco a poco acuden a la cita y enriquecen o iluminan puntos importantes de la búsqueda (en este caso de a dos), de algo que se proponen radicalizar o discutir. O más adelante pueden enunciar una suerte de conclusión.

A diferencia de Paulo Freire, en el diálogo Edson Passetti instiga y provoca una reflexión que surge del cuerpo físico de Paulo para hacerse cuerpo científico con el otro (Passetti mismo), cuando, en lo sucesivo, lo pronuncian como Verdad.

Paulo Freire es bien conocido en la Argentina –donde Siglo XXI Editores publica esta obra, con los cuidados serios y exigentes de Carlos Díaz, como toda producción de un libro requiere--, y también en España y los países de habla española de América Latina.

A lo largo de todos estos años y en los ámbitos iberoamericanos –así como en su país, Brasil–, se conoce a Paulo como al pedagogo de lo obvio, del sustantivo, del pronombre. De la preposición. Al escribir un texto, Paulo se esmeraba para lograr una redacción muy clara, concisa y bella, que no generase dudas en la persona que lo leyese. Además invitaba a entrar en su trama, en la seria aventura del acto de conocer. Para eso consultaba diversos diccionarios, en busca de adecuar lo máximo posible el concepto a la idea que intentaba transmitir. Diccionarios que atesoraban otros tantos sustantivos, verbos, pronombres y preposiciones.

Paulo hizo teoría al develar científicamente cosas que tienen que ver con lo cotidiano, la práctica, lo que el sentido común repite sin explicación crítica (precisamente lo que llamamos “obvio”). Paulo hizo teoría al radicalizar sus hipótesis intuitivas, yendo a las raíces de las cosas, a la sustantividad de los objetos, tal como se ve el sustantivo al desplegar el análisis gramatical de la lengua portuguesa. Sí, así se muestra y se confirma como herramienta central del pensamiento de la frase. Paulo hizo teoría diferenciando y enfatizando el con, el para y el sin, como marcas de acciones desde puntos de vista ideológico-antropológicos diferentes (si no antagónicos). Paulo hizo teoría al colocar los pronombres en su lugar justo, dentro de enunciados que identifican el acto singular, individual, y el acto colectivo, comunitario social.

En todos estos años Paulo también contó con gran reconocimiento mundial como el pedagogo de la liberación de hombres y mujeres, como un hombre que dedicó su vida entera a crear una pedagogía del oprimido capaz de transformar el mundo en un mundo auténticamente democrático “donde sea más fácil amar”.

Paulo hizo teoría preguntándose, incentivándonos siempre a preguntarnos. ¿Qué? ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Para qué? ¿Por quién? ¿Para quién? ¿Contra quién? ¿Contra qué? ¿A favor de quién? ¿A favor de qué? Y estas son preguntas que surcan el diálogo freireano incitándonos a conocer, radicalmente, la sustantividad de las cosas, su razón de ser, sus finalidades, el modo en que se hacen, a no perder nuestra curiosidad.

De esta manera, él partió de lo cotidiano, de lo dicho, de lo que se daba por sentado en el mundo diario de las personas oprimidas en relación dialéctica con quien las oprimía, y allí estableció las bases que permiten obtener el sentido y crear las raíces concretas necesarias para superar las creencias y los mitos de muchas de ellas, que necesitan el beneficio de esa manera renovadora de comprender la educación, esencialmente política, ética y humana. Creó raíces no para fijar doctrinas e imponer prescripciones ideológicas, sino para que, apoyándose en ellas, hombres y mujeres se concienticen, se alfabeticen y tengan la posibilidad de transformar la realidad al decodificar el mundo cotidiano codificado. Para que esas personas puedan discutir lo cotidiano radicalizándolo y, así, hacer historia. Con los resultados de ese proceso, de ese cotidiano discutido, estarán en condiciones de transformar el mundo, hacer otra historia completamente nueva.

Los actos sin sentido, si son temas generadores de discusiones, pueden tornarse, a conciencia, actos plenos de sentido transformador. Eso hizo Paulo en su modo de comprender la educación: tomó lo obvio de lo cotidiano como punto de partida del sinsentido y lo carente de legitimidad, superándolos, como un inédito viable, concretable en el campo de lo real, lo prudente, lo coherente para la vida de millones de mujeres y hombres en Brasil que tan sólo repetían su pequeño mundo. No se daban cuenta de que en los hechos, los sueños, las aspiraciones, las necesidades, las decepciones y frustraciones de la vida estaba la fuerza capaz de sacarlos de ese mundo de la repetición alienada y dramática para llevarlos al mundo abierto, de risas y alegrías, lleno de las posibilidades de sueños y proyectos que la cotidianidad contradictoriamente ofrece.

Y precisamente en lo cotidiano se crean los tiempos-espacios del miedo, de la osadía, de la militancia política, de lo que estudiamos y aprendimos, del disfrute o del aburrimiento. Tiempo para convertirnos en seres lo más auténticamente humanos posible y para rehacernos en el proceso eterno e ininterrumpido de construirnos como existencia. Al vivir en lo cotidiano todo lo que esta dimensión nos ofrece, vivimos la cotidianidad plena, aprendemos, podemos reflexionar sobre esa práctica. Que se torna consciente, y ya no acumula meros actos repetitivos, mecánicos. Con lo cotidiano se forja el mejor humor, en lo cotidiano sufrimos el dolor y la tristeza, pero también tenemos las alegrías, las esperanzas, y construimos nuestras utopías.

En 1995, cuando junto con Paulo “habló” este libro, Edson Passetti integraba el departamento de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica de San Pablo (PUC-SP), donde Paulo enseñaba. En esa importante universidad brasileña Passetti se graduó, hizo su maestría y el doctorado. En 2000 ganó un concurso y obtuvo una cátedra. Actualmente es profesor asociado e investigador en Ciencia Política, especializado en Teoría Política; específicamente investiga poder, resistencia y liberaciones. Tiene varios libros publicados sobre anarquismo, abolicionismo penal, sociedad de control y Estado.

Considero este libro hablado uno de los mejores del género (“hablado” con coautor) trabajado por Paulo. Además de un amplio y profundo conocimiento sobre anarquismo, Passetti posee una inteligencia viva, curiosa, que acicateó el pensar reflexivo de Paulo. Su posfacio al libro es prueba de esto. En ese texto, Passetti usó la expresión “andariego de lo obvio” en el sentido exacto, el de un hombre que caminó seria y apasionadamente casi todo el mundo llevando su pensamiento filosófico-científico que entraña las premisas, los sueños, las imposibilidades, las amarguras, las manifestaciones culturales de todo tipo y toda suerte: los sueños de un mundo mejor, verdaderamente democrático.

Paulo y Passetti frecuentan temas como la historia de vida del entrevistado, su infancia en Recife y su adolescencia en Jaboatão dos Guararapes, en el estado nordestino de Pernambuco junto con sus hermanos y amigos de barrio. Vemos como lo afectó la muerte de su padre. Cómo su madre consiguió una beca de estudios en el Ginásio Oswaldo Cruz, el colegio propiedad de mis padres, Genove y Aluízio Araújo, en Recife. En su diálogo, recuerdan las dificultades económicas de su primera familia, que fue perdiendo bienes materiales: apenas quedó un moño de traje que había pertenecido a su padre y el piano de su tía Lourdes, cosas que se llevaron a Jaboatão, como símbolos de la condición de la clase media que los suyos habían integrado hasta ese momento.[1] También analizan la gestión de Paulo en la Secretaría Municipal de Educación de San Pablo. Discuten sobre la epistemología político-ético-histórico-pedagógica de Paulo. El suyo es un coloquio sobre la vocación ontológica de los seres humanos, como una posibilidad, como un inédito-viable (lo veíamos recién), un sueño posible por el cual Paulo luchó, durante toda su vida; todos y todas deben ser escuchados.

Me gustaría concluir esta presentación del libro de Paulo Freire con Edson Passetti citando un pasaje en que este describió la personalidad de Paulo con bastante delicadeza, candor y respeto, de una forma poética:

Podía ser un hombre paciente como los de las novelas de Jorge Amado, capaz de entender el significado de la autoridad patriarcal redimensionada por la anarquía de los deseos. Era un poeta recifense como Manuel Bandeira o un embajador como el también poeta João Cabral de Melo Neto.

Los invito a introducirse en ese mundo que denuncia la dura realidad de la condición humana, pero también anuncia sueños posibles de una vida feliz cuando preparamos en la lucha del hoy el mañana que puede sonreírnos.

Nita

San Pablo, 29 de diciembre de 2017, mientras recuerdo con inmensa nostalgia a Paulo, y también a mi padre –y maestro de Paulo– Aluízio Araújo, que nació en este día en 1897.

[1] Véase Paulo Freire, Cartas a Cristina. Reflexiones sobre mi vida y mi trabajo, México, Siglo XXI, 2005.