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SER DE LUZ

José Francisco Olivares

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PRIMERA EDICIÓN
Enero 2020
Editado por Aguja Literaria
Noruega 6633, depto. 132
Las Condes - Santiago - Chile
Fono fijo: +56 227896753
E-Mail: contacto@agujaliteraria.com
Sitio web: www.agujaliteraria.com
Facebook: Aguja Literaria
Instagram: @agujaliteraria

ISBN: 9789566039365

DERECHOS RESERVADOS
Nº inscripción: 301.789 
José Francisco Olivares
Ser de luz

Queda rigurosamente prohibida sin la autorización escrita del autor, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático

TAPAS
Imagen: GooKingSword en Pixabay
Diseño: Josefina Gaete Silva

 


ÍNDICE


Introducción

PRÓLOGO

Amor

Miedo

Ego

Ser

Karma

Vibraciones

Espejos

Conocimiento, experimentación y sabiduría

Percepción y relaciones

Ciclos

Apegos

Sociedad egoica

Creencias, paradigmas, realidades

Vuelta a casa: el sentido de existir

Seres multidimensionales, vibrar alto, aquí y ahora

Métodos para estar en el aquí y el ahora
Acciones normales para estar en el aquí y el ahora
Ejercicios o actividades físicas conscientes
Alimentación consciente

Ayuno

Auto observación

Amor incondicional

Virtudes

Intención

Auto observarnos, sentir, aceptar y transmutar

Las cuatro frases mágicas en la práctica
Ejercicios de visualización para realizar

Transmutando egos

GLOSARIO

BIBLIOGRAFÍA

PETICIÓN ACTIVA


INTRODUCCIÓN
Ser de luz: ¿en realidad quieres encarnar en la Tierra?


Esta pregunta nos fue formulada hace eones, cuando pertenecíamos a Luz en dimensiones divinas, obedientes al Amor. Cuando éramos seres de muy alta vibración, andrógenos; ángeles experimentando el éxtasis eterno del Amor, sin dualidad ni Egos, al lado de Dios.
Respondimos un sí rotundo a este gran desafío y decidimos ser parte de la materia en algún Planeta para experimentar. 
En un inicio era necesario crear la materia, pues en ese entonces, literalmente no existía el sistema solar en que vivimos, solo el espacio infinito que más tarde sería ocupado por el Sol y los Planetas sobre los que tenemos conocimiento. Los primeros seres de Luz llegaron viajando a través de este infinito únicamente con su energía, pues sus almas no estaban limitadas por un cuerpo material que los contuviera; ellos eran los Elohim, los encargados de crear la materia y dar forma al sistema solar.
Génesis 1: “Y las tinieblas cubrían la superficie del abismo y el espíritu de Dios se movía sobre la superficie del agua”.
Una vez creada la materia, muchos de ellos se marcharon, pero otros decidieron bajar y densificarse, todo en perfecto libre albedrío. En aquel momento comenzó la transición de la segunda raza con cuerpos de luz hacia la tercera, donde comenzaron a aparecer los cuerpos físicos con músculos, tendones, huesos, etc. La Tierra albergaría entonces a siete razas. Para dar los primeros pasos en la densidad Dios creó las Virtudes, para así permitir el paso a las dos primeras razas con cuerpos protoplasmáticos, luego estas crearían los primeros Egos y desde ahí se desprendería la materia con el fin de involucionar hacia el Miedo, hacia la densidad, construyendo la dualidad. Luego, la tercera y la mitad de la cuarta raza bajarían a lo más denso cometiendo los más atroces pecados en contra de Dios y la creación. En realidad, esa fue la orden: experimentar en la materia lo que un Ser de Luz no podría ni siquiera imaginar en aquellas altas dimensiones.
Cuando escuchamos preguntas como: “¿Dónde está Dios?, ¿no ve la maldad que existe en este Planeta?, ¿cómo puede ser tan ciego ante tanta pobreza y miseria?".
Podemos decir que para Dios todo está bien, todo es perfecto y ecuánime. No hay error, miseria ni dolor, ya que todo responde a Leyes Universales dictadas por el Padre. 
Solo podemos ver lo que tenemos en nuestro interior; Dios, en su interior, solo tiene Amor. No ve sufrimiento porque eso no existe en su Ser.
Nosotros podemos ver el dolor, el sufrimiento y la miseria, ya que en nuestro interior existen debido a que decidimos experimentar cada una de esas emociones amparándonos en el Ego.
Ahora estamos terminando la quinta raza y ya comienzan los preparativos para volver a casa; es hora de subir y evolucionar en dirección al Amor haciendo lo contrario que nos hizo bajar, dejando de lado las cargas autoimpuestas proporcionadas por los egos, apegos a lo material, Miedos, creencias y paradigmas. Estamos en el tránsito hacia la sexta evolución; ¿han sentido los cambios?, ¿parece ir todo más rápido? Estamos siendo invitados a ascender con nuestro Planeta hacia la raza que sigue. Las postulaciones ya están abiertas; obviamente, el Universo completo puede postular otra vez para ser parte de la vuelta a casa, con vibraciones más elevadas, acciones más nobles y cuerpos puros y virtuosos que contendrán mayores potenciales que recién ahora apenas vislumbramos.
El Planeta y el Universo esperan nuestro cambio para brindarnos el regalo. Pero para que nuestra postulación sea aceptada, debemos hacer algunos cambios en nuestros paradigmas y creencias, cambios internos para que podamos volver a ser quienes realmente somos. Solo tenemos que pedir ayuda a nuestros corazones para recordar nuestra verdadera Esencia.
En un acto de Amor voluntario, decidimos ser parte de la materia; bajamos desde las altas dimensiones, donde solo se brinda obediencia al Amor, a esta dimensión gobernada por leyes que estamos obligados a obedecer en estos cuerpos densos que nos alejan del uno, de la unicidad del todo. Decidimos densificarnos y experimentar en la materia. 
Somos parte de esta divina comedia donde interpretamos roles, encarnación tras encarnación, con el fin de experimentar en este Planeta, que es una Universidad de gran prestigio, donde participamos seres venidos de muchas galaxias con el único objetivo de contribuir a la constante evolución del Universo, es decir, al Amor.
Hoy en día se está haciendo muy normal que muchos sientan la necesidad imperiosa de hacer algo distinto, es tiempo de transmutar las cargas, culpas y aprendizajes no resueltos. Nada se pierde, todo se transforma. Nuestro corazón nos ayudará con dicha tarea.
Todo es perfecto. Podremos volver a casa cuando despertemos, somos 100% responsables de todo los que nos sucede. Toda nuestra realidad es nuestra creación, ya que somos los cocreadores de esta, de nuestros infiernos o paraísos, alegrías o tristezas, salud o enfermedades, abundancia o carencias que están aquí con el único propósito de hacernos evolucionar. 
Causa y efecto: yo decido, yo sufro la consecuencia; si dejo que decidan por mí, entrego el poder de la decisión, pero sigo siendo quien sufrirá la consecuencia. Somos más que un cuerpo físico, somos también divinidad y, como divinidad, fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, con libre albedrío. Contamos con la potestad de hacer lo que nos dé la real gana, pero sufrimos las consecuencias de nuestras acciones.
Somos creadores de nuestras vidas.
La pregunta es: ¿Estamos creando desde nuestro Ser o desde nuestro Ego?

PRÓLOGO


Entré a este “mundo” espiritual de terapias alternativas y despertar de la consciencia, hace aproximadamente diez años. Siempre tuve la inquietud y las ganas de investigar, siempre existió dentro de mí una vocecita que me instaba a desarrollarme interiormente. En mi niñez tuve amigos imaginarios, al igual que muchos niños, seres que podía ver o sentir y con los cuales conversaba y jugaba. No obstante, después de un trauma sufrido a temprana edad (la incredulidad del entorno por lo que veía), dejé de “ver” y fui un niño “normal”, es decir, dejé atrás la conexión con el todo y me desconecté de mi Esencia. Mi voz interior ya no se escuchaba tan claramente y comencé a obedecer a voces que no correspondían a la mía. 
Mi pequeña voz se mantuvo como un susurro en mi juventud, pero se vio acallada por mis estudios y quehaceres. Comencé a ir a fiestas, beber alcohol y a “pasarlo bien”, a costa del deterioro que me permití darle a mi cuerpo. 
A los treinta y cinco años, me encontraba felizmente casado con una bella mujer con la que había formado una familia. Tenía casa, auto, vacaciones una vez al año y un trabajo con muy buena remuneración y beneficios. Gozaba de éxito profesional, desarrollándome en la profesión que estudié en una prestigiosa universidad de mi país. Sin embargo, algo no estaba bien; padecía diversas dolencias: gastritis, una hernia hiatal, jaquecas que duraban de dos a tres días y me azotaban al menos dos veces al mes, y malestares constantes. Acudí a la medicina tradicional y me dieron a entender que la jaqueca o migraña no tenía cura, que la única forma de sobrellevarla era evitando consumir ciertos alimentos y tomando medicamentos paliativos.
En ese tiempo me sometí también a una operación de una HNP L5S1 (hernia discal lumbar entre la L5 y S1 o quinta vértebra lumbar y el sacro).
Según la sociedad occidental, las enfermedades nos son heredadas por factores genéticos o gatillos externos, de los cuales somos meras víctimas, y dependemos en un 100% de algún fármaco, tratamientos, exámenes o cirugías para que hagan el milagro de curar el síntoma expresado. Cuando pasamos por todos estos procedimientos y no logramos alcanzar el bienestar, aceptamos nuestro magro destino o nos desesperamos y tendemos a buscar alguna alternativa. Luego investigamos un poco y comenzamos a ser conscientes de que somos menos víctimas y más victimarios de nosotros mismos. 
En aquella misma época, mi hija mayor me pasó el libro “El Secreto”, en el que se explica la ley de la atracción. Yo conocía las siete leyes universales de Hermes Trismegisto, pero en ese momento, resoné con el concepto de aquel libro. Luego siguieron llegando otros y las personas exactas en el momento preciso, entonces el enfoque de mi vida comenzó a cambiar paulatinamente. Empecé a realizarme terapias alternativas, se fueron los síntomas de las enfermedades en un gran porcentaje, comencé a hacerme cargo de mi vida y mi salud.
Al fin entendí por qué mi cuerpo reclamaba si, según yo, era feliz con mi vida y había hecho todo lo que me dijeron que debía hacer para ser exitoso, por eso no entendía o realmente no me cuestionaba cuál era el motivo por el que mi salud cada día empeoraba más, lo que veo ahora como una gran falta de consciencia, de responsabilidad y, sobre todo, una gran falta de Amor hacia mí.
Es sorprendente la forma en la que no nos cuestionamos nada de esto, no cuestionamos nuestro estado de salud física, mental o emocional, ya que estamos dormidos, profundamente dormidos, somnolientos todo el día, viviendo en piloto automático. Estamos dentro del promedio del entorno, de lo aceptado o de lo que nos dijeron en la niñez amparados por estadísticas serias y científicas, las cuales obedecemos a cabalidad. Solo nos interesa rendir y cumplir expectativas externas laborales, sociales o familiares.
Hoy en día, me dedico a realizar las llamadas “terapias alternativas” y hago talleres sobre diferentes técnicas de sanación o de “consciencia”, los que han ido cambiando mi vida de forma paulatina y radical. A la fecha, ya son cientos los que han acudido a los talleres, cada uno con diferentes historias y realidades. 
Este libro trata principalmente de una recopilación de conceptos y conocimientos que he adquirido producto de las vivencias y aprendizajes que me dejaron las realizaciones de terapias, talleres y experiencias de vida lo cual ha sido integrado con la ayuda de grandes maestras y maestros de diferentes edades y nacionalidades, muchos de los cuales se transformaron en amistades muy cercanas que han generado sinergias, muchas veces traumatizantes en el buen sentido de la palabra, por lo fuerte y explícito de los aprendizajes obtenidos, donde he tenido la experiencia de conocer o, mejor dicho, reconocer bellas almas con las cuales trabajé en vidas anteriores.
Como ya mencioné, han sido muchos los pacientes o “estudiantes” que han llegado con diferentes dolencias y aprendizajes en esta década de despertar. Antes pensaba que solo ayudaba a sanar a mis pacientes, pero estaba equivocado; cada paciente me ha permitido sanar aspectos de mí que no estaba dispuesto a reconocer. Ahora comprendo que, cada consejo o sugerencia que di siempre fue para mí, puesto que cada persona que ayudaba a sanar era un amoroso espejo mostrándome mi propio reflejo al permitirme reflejarme en él.
Los primeros pacientes venían con jaquecas, hernias en la columna y gastritis. ¿Coincidencias? No, solo sincronías que llegaban para mostrarme algo. Con el paso del tiempo dejaron de aparecer personas con esos síntomas y empezaron a llegar espejos que vivían y experimentaban lo mismo que yo el día de hoy. ¿Pacientes? No, maestros con los cuales hemos sanado en conjunto.
En este libro, todos estos procesos se trasuntan en conceptos que van armando de a poco este rompe cabezas hasta poder entregar una visión más amplia de lo que estamos haciendo en este bello Planeta.
Los invito a permitirse despojarse de creencias y paradigmas, a dejar los títulos universitarios y convicciones de lado, a rescatar lo que sientan que deben rescatar de esta lectura utilizando su discernimiento, donde su corazón los guiará.



Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primer y gran mandamiento. El segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos pende toda la ley y los profetas. 
(Mateo 22:37-40)

Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.
(Mateo 5:44)

AMOR


Se entiende por Amor la única y absoluta verdad, es la única gran ley. El Amor es la vibración más alta del Universo, lo que todo sana y acepta. Todo se constituye de Amor, incluso la materia y los Egos.
El Amor es incondicional, no requiere condicionamiento. El Amor no juzga, es neutro, es el equilibrio entre el bien y el mal, entre la Luz y la oscuridad, es el centro del huracán, es la nada, es el vacío donde ninguna fuerza puede ejercer supremacía sobre otra y lo contiene todo, donde todo es equilibrado y no existe roce o movimiento, solo paz. No hay resistencia; por ende, no existe cabida para el sufrimiento o cualquier otra emoción que se ampare en el Miedo.
Una Madre amamanta a su bebé a pesar del dolor físico que esto le pueda generar, simplemente porque lo ama; es un acto que solo es, el Amor es. Ese Amor que reside en el corazón de la Madre se puede ver en la conexión que se genera entre ella y su hijo mediante un cordón de energía que une los Haras medios y Chakras cardíacos de ambos, que reemplaza o suple la conexión física y energética del cordón umbilical. Es decir, el niño fue alimentado durante el embarazo desde el Hara inferior de la Madre que contiene la energía original, la Esencia de nuestra vida, energía de nuestros Padres y la fuerza de vida universal. Al momento en que el bebé sube al pecho para ser amamantado, comienza a alimentarse no solo de leche, sino también del lazo más fuerte que existe: el Amor.
El Amor libera y sana.
Le preguntaron a Jesús cuál era el mandamiento más importante, Él solo habló de Amor. Amar a Dios, al prójimo y a uno mismo. Incluso dijo que amáramos a nuestro enemigo, que ofreciéramos la otra mejilla si éramos abofeteados. El enemigo puede ser un problema, una enfermedad, una situación complicada, el trabajo, los jefes, los vecinos, etc.
Amor, solo Amor, y como todos somos uno, al amar a Dios nos amamos a nosotros mismos; si amamos al prójimo, amamos a Dios y si amamos a Dios, amamos al prójimo y a nosotros mismos otra vez. Somos consciencia que se replica en cada uno de los seres que existen y decidieron experimentar en diferentes planos o reinos de evolución.
El Amor no es un sentimiento, no es una emoción, 
es un estado de consciencia, un eterno presente,
 conexión directa con nuestra divinidad.
(José Francisco Olivares)

Amor: energía intuitiva, inteligente. 
Gustavo Delgado (Maestro Sulueco) 



El hombre que tiene miedo busca refugio en los montes, en los bosques sagrados o en los templos; 
sin embargo, tales refugios no sirven,
 pues allí donde vaya, 
sus pasiones y sus sufrimientos lo acompañarán.
(Dhammapada)



Si una persona conoce su propio valor, no tiene que preocuparse de lo que piensen los demás, 
por eso es importante conocerse, 
porque el Ego depende de las opiniones de los otros,
 tiene que tranzar para quedar bien. 
El verdadero Ser, no.
(Osho)

Cada vez que dejas explotar tu Ira, das un golpe de martillo al clavo que crucifica a tu Cristo interno.
(Gustavo Delgado, Maestro Sulueco)
 

EGO


Corresponde a la mente, al raciocinio, al cuestionamiento, a la duda, al control, al querer saber. Corresponde al conocimiento desde la separación con el todo.
Como el cerebro tiene dos hemisferios: izquierdo y derecho (masculino y femenino), genera confusión, provoca la acción de pensar y repensar, dejando de lado el Ser, la conexión divina que se encuentra en el Corazón. Aparece entonces la separación y la posesión desde los celos y la avaricia, decimos “mi señora”, “mis hijos”, “mi idea”, “mi trabajo”, etc. Siempre queremos más y consideramos todo aquello como “mío”. Aparece el orgullo por una tarea bien hecha, la ira o la rabia por no obtener el resultado que se esperaba, la culpa por ocuparse de uno y no del resto, y nos llenamos de apegos y cargas. Aparece la individualidad impulsada por la vanidad y la soberbia. Pensamos que todos somos distintos, que estamos separados, lo que trae consigo el racismo, las religiones y las corrientes políticas. Aparecen las competencias en las que debemos ser mejores que el otro porque así se nos ha inculcado desde la niñez, tanto en la educación como en el deporte, por nombrar algunos ejemplos. También la pereza dice: “Tú, levanta mi basura, me siento cansado”, o confunde el Amor con pasión o deseo lujurioso que termina siendo solo un instinto “animal” que ni siquiera es para preservar la especie y solo para satisfacer los impulsos del cuerpo.
Nos alejamos de la fuente, nos desconectamos de los ritmos naturales del Universo, comienza la resistencia, el sufrimiento y el Miedo. Dudamos de nuestro sentir, desconfiamos de nuestro Ser, dejamos de ser y, sobre todo, comenzamos a creer.
El Ego es quien nos saca del presente, nos aleja del ser conscientes, de estar presentes con nuestro Ser, nos aparta del estado natural del Amor y la abundancia, nos duerme, anhela el pasado y teme del futuro. Con él aparece la sensación de angustia, sufrimiento, tristeza, abandono, ira, rabia, soledad. Aparece también la necesidad de querer más, de controlar, competir, agredir, de sentirnos víctimas, de hacer por hacer. Se hacen presentes el orgullo, el egoísmo, la intranquilidad, la sensación de insuficiencia y de inseguridad, comienza la búsqueda de la validación externa, etc. 
En la actualidad, el Ego (o agregado psicológico) se manifiesta frente al entorno como un mecanismo de defensa para sobrevivir en esta sociedad construida en base al Ego, lo que nos aleja de nuestro Ser. Mientras vamos avanzando en edad, nos llenamos de caretas o máscaras para poder ser aceptados y encajar. Así generamos críticas, resistencias, Miedos a los cambios o a salir de nuestra zona de confort, a la muerte o a lo desconocido. Llega un momento en la vida en el que nos miramos al espejo y ya no nos reconocemos; son tantas las caretas adoptadas que se siente un gran vacío y la tremenda necesidad de querer más: otra casa, otro auto, otro celular, otra validación, otro título, etc. El Ego siempre exige más, siempre quiere más, ya que nunca se satisface. Nos engaña queriendo llenar ese vacío interno con cosas o situaciones externas. El Ego justifica y se justifica, negocia, convence, dice: “mañana comienzo la dieta”; “yo no sabía, a mí no me dijeron nada”; “él fue”. El Ego quiere atención, se cree importante, piensa que el mundo gira en torno a él. 
Hasta aquí una “definición o argumento” medianamente conocido del Ego. Ahora viene lo complejo o difícil de tragar, atención: 
El Ego, fundamentalmente, aunque nos cueste creerlo, es una entidad externa a nuestro Ser que se alimenta de nuestra energía vital. Carlos Castaneda se refiere a él en su libro “El lado activo del infinito”, donde le llama “Los Voladores” a aquellas entidades inorgánicas que nos acechan constantemente para absorber nuestra energía vital. Don Juan Matus le contaba a Carlos que vivimos en un Universo depredador y que estos “Voladores o Predadores” vienen desde el confín del Universo y en este Planeta encontraron una gran cantidad de energía (alimento) disponible, “como una granja donde se tienen gallinas en un gallinero, acá a los humanos nos tienen en humaneros”, sobre todo cuando estallamos en emociones a las cuales nos sometemos. Estas emociones son el alimento del que se nutren estas entidades, emociones enriquecidas por nuestra energía vital, de la cual nos despojamos. Matus también decía que nuestra mente es foránea, no es nuestra, y que Los Voladores nos dieron su mente en una jugada estratégica para alimentarse de nuestra energía. 
Cuando dice que la mente es foránea, ratifica que los Seres de Luz que éramos en un comienzo, no tenían mente, solo eran Amor. Fuera de la dualidad, fuera de las polaridades, acción y reacción.

Parlamento entre Morfeo y Neo en la película “Matrix”:

Morfeo: El cuerpo genera más bioelectricidad que una batería de 120 Volts y como unos 25000 BTU de calor corporal, eso, combinado con una forma de fusión dio a las máquinas la electricidad necesaria para subsistir. Hay campos, Neo, donde los humanos ya no nacen, son cultivados…
Neo: ¿Qué es la Matrix?
Morfeo: Control… con el fin de convertir al humano en esto (le muestra una batería).
Una alegoría interesante y muy similar respecto a lo que señala Castaneda.
Por su parte, nuestro amigo, don Gustavo Delgado, Maestro Sulueco, dice:
“El Ego es energía que adopta formas humanoides casi atómicas, que adquiere inteligencia e independencia. Es un ente sin la Esencia divina del Ser. El Ego no tiene Luz, necesita de nuestras energías para funcionar. Nuestro Ego fue creado por nosotros mismos en un largo proceso durante eones, cuando decidimos bajar desde las altas dimensiones para crear la materia y la densidad.
»Los Egos son siete y corresponden a los siete pecados capitales: Pereza, Gula, Orgullo, Envidia, Ira, Avaricia y Lujuria. Cuando caemos en estos estados de manifestación Egoica, el control de nuestra personalidad lo toma el Ego o entidad de turno, comprometiendo nuestras energías”.