PALABRAS RELLENAS

 

 

 

Miguel Ángel Martínez López

 

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 Ediciones Trébedes

 

© Miguel Ángel Martínez, 2013.

© Ediciones Trébedes, 2013

Rda. Buenavista 24, bloque 6, 3º D – 45005 – Toledo (España)

www.edicionestrebedes.com

ISBN DIGITAL: 978-84-940981-7-8

 

 

 

 

 

A los que nunca pierden las ganas de

explorar nuevos territorios.

Contenido

Portadilla

Créditos

Dedicatoria

 

Prólogo

Introducción

1. La poesía no hay quien la entienda

2. El tiqui-taca

3. Poesía impresionista

4. Poesía decorativa o aromática

5. La chispa de la amistad

6. Bailar pegados

7. A ritmo de soneto

8. Los francotiradores

9. Sabiduría

10. Malabares del tiempo

11. Collage

12. Juegos de palabras

13. Poema de aventuras

14. Conjuros

15. Para tus ojos

16. El ejemplo perfecto

17. Para amantes de los jeroglíficos

18. Los best-sellers

Conclusión

Prólogo

La poesía es un género literario en el que hay muchos más escritores que lectores, es, por tanto, incomprensible, la escasez de iniciativas por parte de los autores para ampliar el número de lectores. Está claro que éste es un mercado desequilibrado. Es una conocida ley de la economía que si la demanda es menor que la oferta, la devaluación del bien está asegurada.

La reducción del número de escritores se plantea complicada. La afición a la poesía está muy extendida y, a pesar de la modernidad mecanicista, la seducción de la técnica y otras amenazas para la lírica, esta afición no se reduce. Las facilidades de publicación, sea gracias a internet o a la constelación de pequeñas editoriales con tiradas de bajo volumen, son cada día mayores.

Si no se puede reducir la oferta, no queda otra alternativa que fomentar la demanda. Este pequeño libro es un grano de arena para construir esa playa en la que los nuevos bañistas puedan meter sus pies tranquilamente en las olas, sin necesidad de conocimientos en la natación ni en la marinería. Una pizca de mar para no marineros, un poquito de agua para gente de secano, un sorbo de poesía para no poetas. Éste es el sentido de este libro.

Otra opción sería pedir a los poetas que expliquen su poesía. Muy pocos lo han hecho, normalmente con escaso éxito. San Juan de la Cruz es una de las excepciones en este aspecto, aunque es difícil saber si la prosa explica el poema o el poema ilustra la prosa. T.S. Eliot incluyó notas a pie de página en uno de sus poemas más emblemáticos y la crítica no se lo perdonó; además, las notas explicaban bastante poco. Este mismo autor comentó que no se puede pedir a un poeta que se explique, bastante ha hecho ya con expresarse. De momento, ese camino no parece tener gran recorrido.

Este pequeño libro no pretende explicar poesía, sino ayudar a leer poesía.

Es un libro breve para leer a sorbos. No necesita orden ni memoria. Todo son facilidades. Si a alguien le ayuda, habrá cumplido su destino.

Miguel Ángel Martínez

Diciembre, 2012.

Introducción

“Me gusta la poesía, pero me cansa porque no la entiendo”.

“No soy capaz de leer poesía. Me gusta, pero no aguanto más de un poema seguido”.

“Intento leer poesía pero me aburre”.

Comentarios como éstos son habituales, incluso entre lectores avezados, consumidores de literatura, gente formada y culta. ¿Es usted uno de ellos? ¿Se siente usted torpe con la poesía? ¿Le atrae la poesía pero, al mismo tiempo, no es capaz de abordarla? No se preocupe, su caso es muy común. Además, si ha contestado afirmativamente a las preguntas anteriores, no lo dude, este libro es para usted.

A leer poesía se aprende, como a otras muchas cosas. No puede pretender leer poesía sin cierto aprendizaje. Por supuesto, no falta gente naturalmente dotada que realice ese aprendizaje sin esfuerzo o sin darse ni cuenta, pero no es lo habitual. El resto de los mortales necesitamos una mano amiga que nos guíe. Este es mi propósito, ofrecerle esa mano solícita.

Vamos a leer poemas juntos y a degustarlos, porque la poesía tiene mucha analogía con el arte culinario. No le voy a explicar cómo cocinar, sino cómo apreciar la comida.

Para este camino voy a utilizar en primer lugar mis propios poemas. No son seguramente los mejores, estoy convencido, pero como el tema de los derechos de autor admite pocas bromas últimamente, he optado por el camino autárquico por ser el más sencillo de defender, aunque no deje de resultarme incómodo. Además, yo soy el único poeta del que conozco completamente su proceso creativo, sus motivaciones y sus dificultades. No obstante, no me he resistido a incluir otros poemas de autores plenamente consagrados, como citas que me han parecido oportunas para animar al lector a horizontes más altos. Aprovecho para apuntar que todos mis poemas recogidos en este libro son inéditos.

También tengo que advertir que he huido expresamente de todo tecnicismo formal. Voy a evitar hablar de metáforas, aliteraciones, hipérboles, etc. No vamos a analizar los ingredientes, ni vamos a revelar el nombre latino de las especias utilizadas con mano precisa por el cocinero. Vamos a disfrutar de la buena mesa. ¿Se anima?