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BREVE ORIENTACIÓN BIBLIOGRÁFICA

EDICIONES:

Las primeras ediciones de obras lulianas son incunables raros de obras sueltas. Lo mismo se puede decir del siglo XVI en el que se imprimieron numerosas obras en diferentes imprentas europeas. La primera antología de obras latinas, Raimundi Lulli opera…”, en dos volúmenes, fue publicada el año 1598 en Estrasburgo, en la imprenta de LAZARUS ZETZNER. Reimpresa tres veces en el siglo XVII (1609, 1617 y 1651, además de una edición facsímil en 1996), tuvo esta edición una enorme difusión, como lo demuestra su constante presencia en antiguas bibliotecas. Esta antología incluye también algunas obras apócrifas y comentarios de figuras importantes de la época como Giordano Bruno, Agrippa von Nettesheim y Valerio de Valeriis.

El primer gran proyecto de una edición completa de obras latinas la emprendió IVO SALZINGER (1669-1728) a principios del siglo XVIII gracias al generoso mecenazgo del príncipe elector palatino y obispo de Maguncia L. F. VON SCHÖNBORN. Después de la muerte prematura de I. Salzinger la continuó F. PH. WOLFF († 1767), llegándose a publicar entre 1721 y 1742 ocho impresionantes volúmenes en folio. La edición moguntina (MOG) es un monumento tipográfico de primer rango, testimonio impresionante de la calidad de los impresores de la patria de Gutenberg. El curioso destino de esta edición fue su falta absoluta de difusión, es decir, después de impresa, no hubo distribución y venta en librerías, por lo cual se ignoró su publicación en los círculos eruditos y no tuvo recensión alguna en las revistas de la época; los fondos almacenados en Maguncia desaparecieron años después (probablemente en un incendio) y, por ello, sólo se conservan unos cuantos ejemplares en contadas bibliotecas europeas. En 1965, por iniciativa del Raimundus-Lullus-Institut de la Universidad de Freiburg, se hizo en Frankfurt una edición facsímil de tamaño reducido que hizo posible una postrera difusión de la misma. La calidad del texto de la MOG publicado es excelente, considerando los criterios de edición crítica de la época.

En 1959 se inició la edición de las Raimundi Lulli opera latina (ROL) bajo la dirección de FRIEDRICH STEGMÜLLER, profesor en la Facultad de Teología de la Universidad de Freiburg i. Br. (Alemania). Para ello se fundó, bajo los auspicios de dicha Facultad, el Raimundus-Lullus-Institut, referencia mundial y centro especializado en el estudio de Ramon Llull (http://www.theol.uni-freiburg.de/disciplinae/qtm). Allí se han publicado hasta la fecha 37 volúmenes de la serie. La edición de los primeros cinco tomos (1959-1965) fueron financiados por la ‘Fundación Juan March’ y publicados por la Maioricensis Schola Lullistica en Palma de Mallorca pero, común destino de ediciones lulianas, casi no tuvieron difusión. A partir de 1975 (vol. VI y ss.) se publica en la Continuatio mediaevalis de la prestigiosa serie Corpus Christianorum de la editorial Brepols (Turnhout/Bélgica), una colección de textos críticos latinos accesible en las mejores bibliotecas del mundo. De esa serie se han publicado ya 37 volúmenes de los 60 previstos. Estos volúmenes, no sólo contienen el texto crítico y seguro, fiel a los manuscritos medievales, sino que en la introducción de los mismos se incluyen estudios decisivos y valiosos para el conocimiento de la(s) obra(s) luliana(s) editada(s) en cada volumen.

La edición de la obra catalana comenzó con GERÓNIMO ROSSELLÓ, Obras rimadas de Ramon Lull, escritas en idioma catalán-proven-zal…, Palma 1859. El mismo autor comenzó una edición, Obras de Ramon Lull, vol. 1-3, Palma de Mallorca 1901-1903, labor pionera de mucho mérito pero sin criterio crítico. La gran edición crítica de las obras catalanas Obres de Ramon Lull (ORL) fue una empresa iniciada el año 1906 en Mallorca por MATEU OBRADOR Y BENNASSAR, y continuada por SALVADOR GALMÉS en la que intervinieron también MIQUEL FERRÁ y MIQUEL TOUS GAYÀ. Se publicaron 21 volúmenes, el último en 1950. La difusión fue escasa a pesar de ser una edición crítica de gran calidad técnica en la forma y en el contenido.

En 1957 y 1960 publicó la Editorial Selecta en Barcelona dos gruesos volúmenes en papel biblia, RAMON LLULL, Obres essencials (OE). También son dignas de tener en cuenta las ediciones publicadas en la colección “Els nostres clàssics” (ENC) de la editorial Barcino. A partir de los años sesenta del pasado siglo se vienen publicando, en distinto formato y diferente calidad, numerosas obras lulianas. Digna de resaltar es una colección de obras lulianas en dos volúmenes publicadas el año 1987 por ANTHONY BONNER en Mallorca (OS).

En 1990 comenzó a publicarse en Palma de Mallorca una Nova edició de les obres de Ramon Llull (NEORL) que ofrece ediciones críticas de las obras catalanas que están todavía inéditas o que habían sido publicadas sin un satisfactorio criterio científico, cuyo fin primordial es completar y actualizar los 21 volúmenes de las ORL homologándolas a la edición latina ROL. Se han publicado hasta la fecha 13 volúmenes.

La traducción de las obras de Raimundo Lulio al castellano tiene una larga e interesante historia. Es considerable e importante el número de manuscritos con traducciones al castellano. Su obra y su memoria fue siempre cuidada y promovida por la casa real de Aragón y fue ésta la que después de la unión de las dos coronas extendió esta preferencia en el ámbito lingüístico castellano. Entre los manuscritos más interesantes y valiosos figura una traducción del Félix (op. 41) al castellano procedente de la biblioteca privada de Isabel I de Castilla que se conserva en El Escorial. Es famoso y notorio el interés del franciscano Cardenal Cisneros y del rey Felipe II por Raimundo y su obra. Las primeras ediciones impresas en castellano tienen su origen en ambos regentes. Actualmente son de destacar la edición de las Obras Literarias (OL) y la Obra escogida (OEsc), además de diversas ediciones sueltas. Es importante hacer notar que las ediciones de las obras lulianas (no sólo en castellano) se limita a las llamadas obras literarias, obras de contenido filosófico o teológico son difíciles de hallar en nuestras librerías.

La edición MOG y las ORL están digitalizadas y disponibles en la red.

BIBLIOGRAFÍA:

Después de una excepcional presencia en volúmenes manuscritos en la Edad Media, con la aparición de la imprenta se multiplicaron las ediciones y estudios sobre su persona y obra. Disponemos de un excepcional y completo instrumento de información bibliográfica:

Hasta 1870: ELÍES ROGENT I ESTANISLAU DURÀN, Bibliografía de les impressions lul.lianes, Barcelona 1927 (RD)

De 1870 a 1973: Rudolf BRUMMER, Bibliografia Lulliana: Ramon-Llull-Schrifttum 1870-1973, Hildesheim 1976.

De 1974 a 1985: MARCEL SALLERAS I CAROLA, “Bibliografia lulṢliana (1974-1985)”, en: Randa 19 (1986) 153-198.

La revista Estudios lulianos/Studia lulliana (EL/SL) incluye desde 1957 en cada número un repertorio y recensión de la bibliografía más reciente.

La era digital nos ha abierto la posibilidad de un acceso a fuentes y literatura secundaria en cualquier disciplina y de cualquier autor. En el caso de Ramon Llull las posibilidades de acercarse a leer y/o estudiar su obra son hoy enormes.

Un primer instrumento a destacar es la LlullDataBase (http://orbita.bib.ub.edu/llull/index.asp), una excelente oferta de la Universidad de Barcelona que nos brinda una información completa, segura y actualizada de datos y recursos bibliográficos. En su inicio, esta DB recogió y digitalizó todos los materiales reunidos en el Raimundus-Lullus-Institut de la Universidad de Freiburg, que fue ampliando y que día a día sigue actualizando. A través de este sitio se puede acceder a todo el material bibliográfico digitalizado, sobre todo a la revista que, desde 1957, se dedica exclusivamente al estudio de Ramon Llull (EL/SL).

BREVE APUNTE CRONOLÓGICO

1229

(31 diciembre) el ejército de Jaime I de Aragón entra en la ciudad de Mallorca.

1232 Nace Ramon Llull en la Ciudad de Mallorca (Palma de Mallorca).
1257? RL se casa con Blanca Picany. El matrimonio tendrá dos hijos, Domingo y Magdalena.
1259 RL nombra procuradores para recuperar un esclavo.
1262 El infante Jaime, hijo de Jaime I de Aragón, toma posesión del nuevo reino de Mallorca.
1263 Conversión de RL. Peregrinación a Rocamadour (Francia) y Santiago de Compostela. Entrevista con Ramon de Penyafort en Barcelona.
1263 Disputa de Barcelona entre el judío Moses ben Nahman y el dominico Pablo Cristiano en presencia de Jaime I de Aragón.
1264 Documento en el que RL figura como testigo de reconocimiento de deuda.
1270 Fracaso de la octava cruzada. El rey San Luis IX de Francia muere en Túnez.
1271 (10 noviembre) RL y su esposa actúan como arrendatarios.
1274 Muerte de santo Tomás de Aquino y san Buenaventura.
1275 RL va a Montpellier por orden del infante Jaime de Mallorca para revisar sus primeros escritos.
1276

(13 marzo) Sentencia por la que se atiende a las quejas de la esposa de RL sobre el abandono de éste del domicilio familiar y se nombra un procurador de los bienes.

Poco antes de su muerte (27 julio) Jaime I de Aragón abdica de sus territorios. Su hijo Jaime II se proclama rey en Mallorca.

Jaime II adquiere los terrenos de Miramar para la fundación de un monasterio. El papa Juan XXI confirma la fundación (17 octubre) para que en Miramar trece frailes franciscanos “estudien árabe” y se preparen para ir “a tierras de paganos”. Miramar se cerrará entre 1292-95.

1278

(mayo) RL actúa en Mallorca como testigo de un documento de compraventa.

Ramon Martí: Pugio fidei contra mauros et judaeos.

1282 Vísperas sicilianas. Pedro III de Aragón es proclamado rey de Sicilia.
1283 En Montpellier: Blaquerna.
1284 RL recibe 30 libras de Jaime II de Aragón.
Muere Ramon Martí.
1285 Jaime II de Mallorca es desposeido de su reino por su sobrino
Alfonso de Aragón (le será restituido en 1298). 1287 Primera visita de RL a Roma.
1288-89 Primer viaje de RL a París. Conoce a Pierre de Limoges y Thomas Le Myésier.
1289-90 En Montpellier: Ars inventiva veritatis; Ars amativa.
1290 (26 octubre) El maestro general de los franciscanos, Ramon Gaufredi, entrega a Llull una carta de recomendación para los conventos de Apulia, Génova y Siria.
1290-92 Viaje a Roma.
1291 (18 mayo) Caída de San Juan de Acre, último bastión de la cristiandad latina en Palestina.
1292 En Génova RL sufre una grave crisis religiosa.
1293 Viaje a Túnez.
1294 (enero) En Nápoles: Tabula generalis.
(1 febrero) Con autorización de Carlos II de Nápoles, predica a los musulmanes en Lucera y en la cárcel de Nápoles.
Regresa a Nápoles durante la elección (5 julio) del papa Celestino V. Probablemente en Nápoles: Arbor philosophiae desideratae. Obra dedicada a su hijo en la que se habla del fallecimiento de Blanca Picany, la esposa de RL.
1295 En Roma: Arbor scientiae (29 septiembre 1295 - 1 abril 1296); Desconhort.
1297-99 Larga estancia en París. Intenso contacto con su discípulo Thomas le Myésier.
Canonización del rey Luis IX de Francia (1297) y exhumación de sus restos (agosto 1298).
1298 RL entrega una copia del Liber contemplationis a la cartuja de Vauvert.
1299 (octubre) Pasa por Barcelona, de camino hacia Mallorca; Jaime II de Aragón le concede licencia para predicar en las mezquitas y sinagogas.
1300-01 En Mallorca. Intensa actividad literaria y probable predicación a musulmanes y judíos.
1301 Viaje al Oriente: Chipre, Asia Menor y Jerusalén. Entrevista con Jacques de Mollay, gran maestre de la Orden del Temple.
1303 En Génova: Logica nova.
1304-
1305
Nueva estancia en Montpellier.
1305 En Montpellier: Liber de fine.
Probable breve visita a Paris.
1307 Viaje a Bugía, larga prisión y expulsión. Naufragio en las costas de Pisa.
1308 En Pisa: Ars brevis; Ars generalis ultima; Liber disputationis Raimundi christiani et Homeri saraceni.
(4 septiembre) RL es mencionado en una carta del genovés Cristiano Spinola a Jaime II de Aragón.
1309-11 Estancia en París. 40 maestros y bachilleres de Arte y Medicina firman un documento de aprobación del Ars brevis. Recibe esa aprobación oficial del canciller de la Universidad.
1311 Desde París, RL se dirige a Vienne, donde se celebra el Concilio Ecuménico y para el que redacta una lista de propuestas. Algunas de ellas se reflejan en las decisiones conciliares: fundación de colegios de lenguas y unificación de las órdenes militares.
1312-
1313
Estancia en Montpellier.
1313 Angelo Clareno visita Mallorca.
1313-
1314
Viaje y estancia en Sicilia. Reside en Mesina.
1314-
1316
Viaje y estancia en Túnez.
1316 Muere Ramon Llull en la nave de regreso a Mallorca o poco después de su llegada.

CATÁLOGO DE LAS OBRAS DE RAMON LLULL

Este catálogo se ha establecido en el Raimundus-Lullus-Institut, de la universidad de Freiburg, Alemania, como base de la edición crítica de las obras latinas de Ramon Llull (ROL).

N. ROL Título Fecha Edición 1 Logica Algazelis / Lògica del Gatzel 1265-1272 1271(?) ed. Ch. Lohr, Freiburg 1967 ORL XIX 2 Libre de contemplació en Déu / Liber contemplationis in Deum 1271-1273 ORL II-VIII MOG IX & X 3 Ars compendiosa inveniendi veritatem ca.1274 MOG I, Int. VII 4 Lectura compendiosa super Artem inventivam veritatem ca. 1274-1283 MOG I, Int. VII 5 Ars notatoria 1274 ed. J. Gayà, Madrid, 1978 6 Libre de demostracions 1274 ORL XV 7 Libre de l’orde de cavalleria 1274-1276 ENC A 127 8 Doctrina pueril 1274-1276 NEORL VII
9 Oracions e contemplacions de l’enteniment 1274-1276 ORL XVIII ROL XXXIII 10 Liber contra Antichristum 1274-1276 NEORL III ROL XXXVI 11 Libre del gentil e dels tres savis / Liber de gentili et tribus sapientibus 1274-1283 NEORL II ROL XXXVI 12 Liber principiorum theologiae 1274-1283 ROL XXXI 13 Liber principiorum philosophiae 1274-1283 ROL XXXI 14 Liber principiorum iuris 1274-1283 ROL XXXI 15 Liber principiorum medicinae 1274-1283 ROL XXXI NEORL V 16 Ars universalis 1274-1283 MOG I, Int. VIII 17 Artificium electionis personarum 1274-1283 Ed. Hägele & Pukelsheim Augsburg 2000 18 Liber de sancto Spiritu 1274-1283 MOG II, Int. III 19 Libre d’intenció / Liber de prima et secunda intentione 1274-1283 NEORL XII MOG VI, Int. IX 20 De adventu Messiae 1274-1283 INÉDITA 21 21a 21b Romanç d’Evast e Blaquerna Libre d’Ave Maria Libre d’amic e amat 1276-1283 NEORL VIII 22 Libre dels àngels 1276-1283 ORL XXI 23 Lo peccat d’Adam 1274-1283 ORL XIX C
24 De arte retentiva PERDIDA 25 Liber de petitionibus, principiis et definitionibus PERDIDA 26 Liber de doctrina principum PERDIDA 27 Ars demonstrativa ca. 1283 ORL XVI ROL XXXII 28 Liber de quattuordecim articulis fidei 1283-1285 MOG II, Int.VI 29 Introductoria Artis demonstrativae 1283-1285 MOG III, Int. II 30 Regulae introductoriae in practicam Artis demonstrativae 1283-1285 ORL XVI MOG IV, Int. II 31 Ars inveniendi particularia in universalibus 1283 MOG III, Int. VII 32 Liber propositionum secundum Artem demonstrativam compilatus 1283-1287 MOG III, Int. VIII 33 Liber de quaestionibus, per quem modus Artis demonstrativae patefit 1283-1287 INÉDITA 34 Ars iuris 1285-1287 RD 63 (1516) RD 331 (1745) 35 Ars compendiosa medicinae 1285-1287 RD 363 (1752) 36 36a Lectura super figuras Artis demonstrativae Liber chaos 1285-1287 MOG III, Int. IV 37 Liber exponens figuram elementalem Artis demonstrativae 1285 MOG IV, Int. I 38 Cent noms de Déu 1288 ORL XIX 39 Liber Tartari et Christiani (= Liber super Psalmum ‘Quicumque vult’) 1288 MOG IV, Int. V 40 Disputatio fidelis et infidelis 1288-1289 MOG IV, Int. VI 41 Fèlix o Libre de meravelles 1288-1289 NEORL X & XIII
42 Epistola dedicatoria ad ducem Venetorum 1289 (?) Diplomatari, n. 26 43 Compendium seu commentum Artis demonstrativae 1289 MOG III, Int. VI 44 Ars inventiva veritatis 1290 ROL XXXVII 45 Quaestiones per Artem demonstrativam seu inventivam solubiles 1289 MOG IV, Int. III 46 47 Ars amativa boni Tabula huius artis 1290 1290 ORL XVII ROL XXIX 48 Quaestiones quas quaesivit quidam frater minor 1290 ROL XXIX 49 Liber de sancta Maria 1290 ORL X ROL XXVIII 50 Hores de nostra Dona santa Maria 1290-1293 NEORL XI 51 De la passió e lo desconhort de nostra Dona 1290-1293 NEORL XI 52 Liber de passagio 1292 ROL XXVIII 53 Tabula generalis 1293-1294 ROL XXVII MOG V, Int. II ORL XVI 54 Lectura compendiosa Tabulae generalis 1295 ROL XXXV 55 Lectura super tertiam Figuram Tabulae generalis 1294-1296 ROL XXXV 56 Liber de sexto sensu i. e. De affatu / Lo sisè seny, lo qual apellam efatus 1294 ROL XXXV 57 Flores amoris et intelligentiae / Flors d’amors e flors d’intelligència 1294 ORL XVIII ROL XXXV MOG VI, Int. VI
58 Disputatio quinque hominum sapientium 1294 ROL XXXV Ed. cat. Perarnau, ATCA 5 (1986) 59 Petició de Raimundo al papa Celestí V per la conversió dels infidels / Petitio Raymundi pro conversione infidelium ad Coelestinum V papam 1294 ROL XXXV Ed. Perarnau, ATCA 1 (1982) 60 Petitio Raymundi pro conversione infidelium ad Bonifatium VIII papam 1295 ROL XXXV 61 Arbor philosophiae desideratae 1295 ORL XVII ROL XXXIV 62 De levitate et ponderositate elementorum 1294 ROL XXXIV 63 Lo desconhort 1295 ORL XIX 64 Ars ad faciendum et ad solvendum sermones /Art de fer e solre questions 1296 MOG V, Int. V 65 Arbor scientiae 1295 ORL XI-XIII ROL XXIVXXVI 66 Liber de articulis fidei et Apostrophe ad summum pontificem 1296 NEORL III MOG IV, Int. IX 67 Libre novus de anima rationali 1296 ORL XXI MOG VI, Int. VII 68 Liber de potentia, objecto et actu 1296 Ed. Lohr, Traditio 59 (2004) & Gómez Llauger, Barcelona 2009 69 Proverbis de Ramon / Liber proverbiorum 1296 ORL XIV MOG VI, Int. VI 70 Contemplatio Raymundi 1297 ROL XVII, [:76] 71 De raptu 1297 ROL XVII, [:77] 72 De gradibus conscientiae 1297 ROL XVII, [:78]
73 Tractatus novus de astronomia 1297 ROL XVII, [:79] NEORL V 74 Declaratio Raymundi, per modum dialogi edita contra ali quorum philosophorum et eorum sequacium opiniones erroneas et damnatas a venerabile patre domino Episcopo parisiensi 1298 ROL XVII, [:80] 75 Investigatio generalium mixtionum secundum Artem generalem 1298 ROL XVII 76 Disputatio eremitae et Raymundi super aliquibus dubiis quaestionibus Sententiarum Magistri Petri Lombardi 1298 MOG IV, Int. IV 77 Arbre de filosofia d’amor / Arbor philosophiae amoris 1298 ORL XVIII ENC A 117 MOG VI, Int. III 78 Consolatio Venetorum et totius gentis desolatae 1298 Ed. Friedlein, Tübingen 2000 & Rigobon, Padova 2008 79 Cant de Ramon 1300 ORL XIX, 255-260 80 Brevis practiva tabulae generalis seu Ars compendiosa 1299 Ed. Ottaviano, Et. Phil. Med 12, 1930 81 Quaestio de congruo adducto ad necessariam probationem> 1299 Ed. Platzeck, Mün. Theol. Zeits. 8 (1957) 82 De quadratura et triangulatura circuli sive De principiis theologiae 1299 INÉDITA 83 Ars electionis 1299 Ed. Hägele & Pukelsheim, Augsburg 2000 84 Liber de geometria nova et compendiosa 1299 INÉDITA 85 Liber super quaestiones Magistri Thomae Attrabatensis 1299 RD 18, 38, 334 C
86 Principia philosophiae / Commençaments de filosofia 1299 ROL XIX NEORL VI 87-88 Dictatum Raimundi et eius commentum 1299 ROL XIX 89 Oracions de Ramon 1299 ORL XVIII 90 Medicina de pecat 1300 ORL XX ROL XIX 91 Tractatus compendiosus de articulis fidei 1300 ROL XIX 92 Liber de Est Dei 1300 ROL XXI NEORL IX 93 Liber de cognitione Dei 1300 ROL XXI NEORL IX 94 Liber de homine 1300 ORL XXI ROL XXI 95 Liber de Deo 1300 ROL XXI NEORL IX 96 L’aplicació de l’Art general 1301 ORL XX 97 Rhetorica nova 1301 ROL XXX 98 Liber de natura 1301 ROL XXX 99 Libre què deu hom creure de Déu / Liber quid debet homo de Deo credere 1302 NEORL III ROL XXX 100 Mil proverbis / Mille proverbia 1302 ORL XIV ROL XXX 101 Logica nova 1303 ROL XXIII NEORL IV 102 Liber de modo applicandi logicam novam ad scientiam juris et medicinae 1303 ROL XXIII 103 De aeternitate PERDIDA 104 De syllogismis PERDIDA
105 Disputatio fidei et intellectus 1303 ROL XXIII 106 Liber de lumine 1303 ROL XX 107 Liber de regionibus sanitatis et infirmitatis 1303 ROL XX 108 Ars de iure 1304 ROL XX 109 Liber de intellectu 1304 ROL XX 110 Liber de voluntate 1304 ROL XX 111 Liber de memoria 1304 ROL XX 112 Lectura Artis, quae intitulata est Brevis practica Tabulae generalis 1304 ROL XX 113 Liber ad probandum aliquos articulos fidei catholicae per syllogisticas rationes 1304 ROL XX 114 Liber de significatione 1304 ROL X 115 Liber de consilio 1304 ROL X 116 De investigatione actuum divinarum rationum 1304 ROL X 117 Liber de praedestinatione et libero arbitrio 1304 ROL X 118 Liber de praedicatione 1304 ROL III-IV 119 Liber de motu PERDIDA 120 Liber de ascensu et descensu intellectus 1305 ROL IX 121 Liber de demonstratione per aequiparantiam 1305 ROL IX 122 Liber de fine 1305 ROL IX 123 Liber praedicationis contra Iudaeos 1305 ROL XII 124 Liber de Trinitate et Incarnatione 1305 ROL XII 125 Introductorium magnae Artis generalis seu Liber de universalibus 1306 ROL XII 126 Ars brevis 1308 ROL XII 127 Ars brevis, quae est de inventione iuris 1308 ROL XII 128 Ars generalis ultima 1307 ROL XIV 129 Liber ad memoriam confirmandam> ESPURIA
130 De venatione substantiae, accidentis et compositi 1308 ROL XXII 131 Liber disputationis Raymundi christiani et Homeri saraceni 1307 ROL XXII 132 De centum signis Dei 1307 ROL XXII 133 Liber clericorum 1307 ROL XXII 134 Ars compendiosa Dei 1308 ROL XIII 135 Liber de novis fallaciis 1308 ROL XI 136 Liber de aequalitate actuum potentiarum animae in beatitudine 1308 ROL XI 137 Liber de investigatione vestigiorum productionis divinarum personarum 1308 ROL XI 138 Liber de experientia realitatis Artis ipsius generalis 1308 ROL XI 139 Liber de refugio intellectus 1308 ROL XI 140 Liber de conversione syllogismi opinativi in demonstrativum cum vicesima fallacia 1308 ROL XI 141 Excusatio Raymundi 1309 ROL XI 142 142a Epistola Raymundi ad regem Aragoniae Proverbis d’ensenyament 1309 1309 (?) ROL XXXVIII ed. Obrador, BSAL 11 (1905) 98-99 143 Liber de maiori agentia Dei 1309 ROL XXXVIII 144 Liber de convenientia fidei et intellectus in objecto 1309 MOG IV ROL XXXVIII 145 Liber de duodecim syllogismis concludentibus duos actus finales unum intrinsecumm alium extrinsecum 1309 ROL XXXVIII 146 Liber de acquisitione Terrae sanctae 1309 ROL XXXVIII 147 Liber de propriis et communibus actibus divinarum dignitatum, 1309 ROL XXXVIII 148 Liber de potestate divinarum rationum 1309 ROL XXXVIII
149 Liber de nominibus divinarum personarumi 1309 ROL XXXVIII 150 Liber de probatione quod in Deo sunt tres personae divinae, et non plures neque pauciores 1309 ROL XXXVIII 151 Epistola ad Universitatem parisiensem 1288 (?) ROL XXXVIII 152 Epistola ad regem Francorum 1288(?) ROL XXXVIII 153 Epistola ad quendam praelatum consiliarum regis Francorum 1288 (?) ROL XXXVIII 154 Ars mystica theologiae et philosophiae 1309 ROL V 155 Liber de perversione entis removenda 1309 ROL V 156 Metaphysica nova et compendiosa 1310 ROL VI 157 Liber novus physicorum et compendiosus 1310 ROL VI 158 Liber de ente infinito 1310 ROL VI 159 Liber correlativorum innatorum 1310 ROL VI 160 Liber de praedestinatione et praescientia 1310 ROL VI 161 Liber de modo naturali intelligendi 1310 ROL VI 162 Supplicatio Raymundi venerabilibus et sublimis sacratissimae theologiae professoribus ac baccalariis studii Parisiensis 1310 ROL VI 163 De conversione subjecti et praedicati et medii 1310 ROL VI 164 Liber reprobationis aliquorum errorum Averrois, quos contra Christi fidem sanctam catholicam aliqui nituntur inducere 1310 ROL VI 165 Liber in quo declaratur, quod fides sancta catholica est magis probabilis quam improbabilis 1310 ROL VI 166 Liber de possibili et impossibili 1310 ROL VI C
167 De fallaciis, quas non credunt facere aliqui, qui credunt esse philosophantes, contra purissimum actum Dei verissimum et perfectissimum 1310 ROL VI 168 Disputatio Raymundi et Averroistae 1310 ROL VII 169 Liber natalis pueri parvuli Christi Jesu 1311 ROL VII 170 Liber lamentationis Philosophiae seu De duodecim pricipiis philosophiae 1311 ROL VII 171 Liber contradictionis 1311 ROL VII 172 Liber de syllogismis contradictoriis 1311 ROL VII 173 Liber de divina unitate et pluralitate 1311 ROL VII 174 Sermones contra errores Averrois 1311 ROL VII 175 Liber de efficiente et effectu 1311 ROL VII 176 Liber facilis scientiae 1311 ROL VII 177 Quaestiones factae supra Librum facilis scientiae 1311 ROL VII 178 Liber de Deo ignoto et de mundo ignoto 1311 ROL VIII 179 Liber de forma Dei 1311 ROL VIII 180 Liber de divina existentia et agentia 1311 ROL VIII 181 Liber de quaestione valde alta et profunda 1311 ROL VIII 182 Liber de beatitudine PERDIDA 183 Liber de articulis rationum divinarum PERDIDA 184 Liber de maiestate divina et individua PERDIDA 185 Liber de proprietatibus Dei PERDIDA 186 Liber intellectus PERDIDA 187 Ars navigandi PERDIDA 188 188a Liber de ente quod simpliciter est per se et propter se existens et agens De erroribus Averrois et Aristotelis 1311 1309-1311 ROL VIII ROL VIII 189 Vita coetanea 1311 ROL VIII
189a Del concili 1311 ORL XX 190 Disputatio Petri clerici et Raymundi phantastici 1311 ROL XVI 191 Liber de ente reali et rationis 1311 ROL XVI 192 Liber de divina habentia 1311 ROL XVI 193 Liber de ente simpliciter absoluto 1312 ROL XVI 194 Liber de locutione angelorum 1312 ROL XVI 195 Liber de participatione christianorum et sarracenorum 1312 ROL XVI 196 Liber de differentia correlativorum divinarum dignitatum 1312 ROL XVI 197 Liber de quinque principiis quae sunt in omni eo quod est 1312 ROL XVI 198 De secretis sacratissimae Trinitatis et Incarnationis 1312 ROL XVI 199 Liber de novo modo demonstrandi 1312 ROL XVI 200 Liber, qui continent confessionem 1312 ROL XVI 201 Sermones de sermonibus factis de decem praeceptis 1312 ROL XV 202 Liber de septem sacramentis sanctae Ecclesiae 1312 ROL XV 203 Liber de Pater noster 1312 ROL XV 204 Liber de Ave Maria 1312 ROL XV 205 Liber de virtutibus et peccatis sive Ars maior praedicationis 1313 ROL XV NEORL I 206 Liber de septem donis Spiritus sancti 1313 ROL XV 207 De operibus misericordiae sermones 1313 ROL XV 208 Ars abbreviate praedicandi 1313 ROL XVIII 209 Liber per quem poterit cognosci quae lex sit magis bona, magis magna et etiam magis vera 1313 ROL XVIII 210 Ars infusa 1313 ROL XVIII
211 De virtute veniali et vitali, insuper de peccato veniali et mortali 1313 ROL XVIII 212 Testamentum Raymundi 1313 ROL XVIII 213 Liber de compendiosa contemplatione 1313 ROL I, 69-86 214 Liber de consolatione eremitae 1313 ROL I, 107-120 215 Liber de definitionibus Dei 1313 ROL I, 125-132 216 Liber de accidente et substantia 1313 ROL I, 138-147 217 Liber de ente absoluto 1313 ROL I, 153-159 218 Liber de actu majori 1313 ROL I, 165-171 219 Liber de divinis dignitatibus infinitis et benedictis 1313 ROL I, 177-184 220 Liber propter bene intelligere, diligere et possificare 1313 ROL I, 189-199 221 Liber e medio naturali 1313 ROL I, 205-217 222 Liber de scientia perfecta 1313 ROL I, 223-232 223 Liber de infinita et ordinata potestate 1313 ROL I, 237-262 224 Liber de minori loco ad majorem 1313 ROL I, 267-275 225 Liber de infinito esse 1313 ROL I, 281-286 226 Liber de Trinitate trinitissima 1313 ROL I, 291-295 227 Liber de sanctitate Dei 1313 ROL I, 300-308 228 Liber de divina unitate 1313 ROL I, 312-317 229 Liber de inventione Dei 1313 ROL I, 322-327 230 Liber de quinque praedicabilibus et decem praedicamentis 1313 ROL I, 333-345 231 Liber de divina natura 1313 ROL I, 351-356 232 Liber de essentia et esse Dei 1313 ROL I, 361-375 233 Liber de creatione 1313 ROL I, 381-387 234 Liber de concordantia et contrarietate 1313 ROL I, 393-401 235 Liber de potestate pura 1314 ROL I, 407-435 236 Liber de intelligere Dei 1314 ROL I, 441-451 237 Liber de sapientia Dei absoluta et ordinata PERDIDA
238 Liber de divina voluntate infinita et ordinata 1314/ROL I, 461-483 239 Liber de Deo majore et Deo minore 1314 ROL I, 489-503 240 Liber de affirmatione et negatione 1314 ROL II, 21-40 241 Liber de justitia Dei 1314 ROL II, 45-58 242 Liber de fine et majoritate 1314 ROL II, 62-69 243 Liber de vita divina 1314 ROL II, 75-79 244 Liber de perfecto esse 1314 ROL II, 84-95 245 Liber de objecto finito et infinito 1314 ROL II, 101-116 246 Liber de memoria Dei 1314 ROL II, 121-130 247 Liber de multiplicatione quae fit in essentia Dei per divinam Trinitatem 1314 ROL II, 135-146 248 Liber de perseitate Dei 1314 ROL II, 151-160 249 De ostentione per quam fides catholica est probabilis atque demonstrabilis 1314 ROL II, 165-167 250 Liber de civitate mundi 1314 ROL II, 173-201 251 Epistola ad iuratos civitatis maioricarum> 1314 ROL II, 206-208 252 Epistola Raymundi ad Regem Aragoniae PERDIDA 253 Ars consilii 1315 ROL II, 217-269 254 Liber de Deo et suis propriis qualitatibus infinitis 1315 ROL II, 275-288 255 PERDIDA 256 PERDIDA 257 PERDIDA 258 PERDIDA 259 PERDIDA 260 PERDIDA 261 PERDIDA 262 PERDIDA 263 PERDIDA 264 PERDIDA
265 PERDIDA 266 PERDIDA 267 PERDIDA 268 PERDIDA 269 Epistola Raymundi ad Regem Aragoniae PERDIDA 270 Liber de inventione majore 1315 ROL II,300-302 271 Liber de agentia majore 1315 ROL II, 306-307 272 Liber de bono et malo 1315 ROL II, 312-317 273 Liber de unitate majori PERDIDA 274 Liber de essentia majori PERDIDA 275 Liber de pertinentia majori PERDIDA 276 Liber de objectatione majori PERDIDA 277 Liber de majori fine intellectus, amoris et honoris 1315 ROL II, 327-335 278 Liber de Deo et de mundo 1315 ROL II, 341-377 279 De exemplo unissimae unitatis et volissimae voluntatis 1309(?) ROL II, 383-386 280 Liber de esse Dei 1309 (?) ROL II, 391-396

NOTA PRELIMINAR SOBRE EL NOMBRE DE RAMON LLULL Y LAS DISTINTAS FORMAS DE ESCRIBIRLO

Esta nota es puramente informativa y tiene como objetivo llamar la atención sobre la evidente variedad de nombres con que aparece escrito el nombre de nuestro personaje a lo largo de los siglos. Es interesante hacer notar la temprana y constante traducción de su nombre, hasta hoy día, a otras lenguas: Raymond Lulle (en francés), Raymundo o Raimundo Lulio (en castellano), Raimondo Lullo (en italiano), etc. Una cualidad que comparte con muchos otros autores medievales (por ejemplo, Aegidius Romanus como Gil de Roma, Gilles de Rome, Egidio Romano…). Estas diversas formas de escribir su nombre son, sin duda, una expresión palpable de la universalidad del personaje.

En la escritura del catalán moderno, aplicando la normativa del Diccionari general de la llengua catalana (1932), culminación de la reforma ortográfica comenzada unos cuarenta años antes, se vino a sustituir poco a poco el centenario nombre Lull por Llull. Todavía la excelente y clásica edición crítica de sus obras catalanas, comenzada a principios del siglo XX, se titula Obres de Ramon Lull (ORL) y la excelente bibliografía RD de 1927 también lo escribe así. Las nuevas normas ortográficas exigieron escribir con doble ele la ele palatalizada al principio de una palabra. Sorprende, sin embargo, que esta norma se aplique, también, de manera tan consecuente y radical a los nombres propios. Es evidente que en todos los documentos medievales y durante más de seiscientos años se escribió siempre ‘Lul’, ‘Luyl’ o ‘Lull’, amén de otras muchas y variadas formas en catalán, latín y en otras lenguas. En los códices que contienen obras latinas se encuentran también distintas transcripciones, aunque la más común es Raymundus/Raimundus Lullus/Lullius. No tenemos certeza de la exacta pronunciación de ese apellido en el siglo XIV: es posible que, al ser el origen de ese patronímico un apodo (¿L’ull?, el ojo) no exigiese necesariamente la palatalización.

Utilizamos en este volumen la forma Ramon Llull, tal y como se viene utilizando en las últimas décadas también en el ámbito de la lengua castellana, aunque no desechamos las otras formas como obsoletas o ilegítimas; por eso nos permitimos la libertad de ir escribiendo también, a lo largo de la obra, la antigua forma catalana, así como la centenaria forma castellana y la latina. Como historiador de oficio y lector asiduo de viejos textos lulianos en varias lenguas, confieso (acaso por deformación profesional) cierta cautela o resistencia hacia la moderna grafía que aplica una normativa ortográfica en contra de una larga tradición de más de medio milenio. Creo modestamente que asumir los planteamientos de Pompeu Fabra, sin duda útiles y necesarios, aceptados también por aquellos que los veían incompatibles con la larga tradición de una lengua milenaria, no debería implicar necesariamente una mutación gráfica de un nombre propio. Mutatis mutandis: sería inconcebible y ridículo que un alemán aplicase a Goethe, la ortografía actual y escribiese ‘Göte’. Cautela, por cierto, que comparten también quienes apuntan la (¿inconsecuente?) utilización del adjetivo ‘lul∙lià’ en lugar de ‘llullià’ o ‘lul∙lista’ por ‘llullista’. Por otra parte, la lengua es así y no evoluciona al gusto de todos.

Espero que estas reflexiones no supongan remover susceptibilidades ‘nacionalistas’ y entrar así en el punto de mira del ignorante reportero que con su pote de engrudo va colocando por doquier su reducido repertorio de etiquetas. Así, pude oír recientemente esta sorprendente afirmación (¡en boca de una señora decana en una prestigiosa universidad!): “Ramon Llull y no Raimundo Lulio, como se decía en el franquismo”. Es evidente que aceptar y usar un nombre repetido y aceptado durante siglos en una lengua concreta ha de seguir siendo una opción, como otra cualquiera, sin demonizar a su usuario haciéndolo enemigo del uso legítimo de una lengua o partisano de una opción política. Corramos un tupido velo evitando estúpidas polémicas y recordemos lo que contesta Fausto a Margarita cuando ella le pregunta por su nombre: Name ist Schall und Rauch, el nombre es eco y humo (J. W. GOETHE, Faust, 1808).

A MODO DE INTRODUCCIÓN

EXORDIO, PREÁMBULO, PROEMIO O PRELUDIO A ESTE LIBRO E INVITACIÓN A SU LECTURA

“Tres sabios hubo en el mundo: Adán, Salomón y Raimundo.”

(Dicho popular)

“Entre los pensadores de la Edad Media hay sin duda otros más grandes, pero, a pesar de sus «naivités» y sus extravagancias, Raymond Lulle es de todos ellos, sino el más moderno, aquél más cercano a nuestro corazón.”

Maurice de Gandillac

“EL MEJOR LIBRO DEL MUNDO

En Palma de Mallorca, en el paseo marítimo, a unos pasos de la catedral gótica, allí donde la ciudad vieja se encuentra con el mar, se puede ver una estatua del, sin duda, hijo más preclaro de aquella isla. Es una estatua de bronce sobre una base de mármol oscurecida por el tráfico intenso que allí se concentra en doble dirección, como en un embudo. Ramon Llull, un hombre de baja estatura, con larga barba, vestido de fraile franciscano (sin haberlo sido nunca), con un libro en una mano y una pluma en la otra, mira al mar, observa impertérrito desde hace casi cincuenta años el paso del tiempo. Esa estatua es todo un símbolo. Allí, como estorbando, en el nudo de tráfico más importante de la ciudad, en el centro histórico, frente a la Almudaina y la Catedral, en la vieja puerta de acceso a la Ciutat que lo vio nacer, pero con la sensación de estar allí como perdido, olvidado, ofreciendo a nadie su libro, su obra, por la que luchó y bregó toda la vida.

¿Quién fue, o mejor dicho, quién es ese Ramon Llull, Raimundo Lulio o Raimundus Lullus, como se le conoce en el mundo latino? El mallorquín universal, el filósofo español más leído y conocido allende nuestras fronteras, nació hacia 1232 y tanto durante su larga vida como después de su muerte contó con entusiastas seguidores que lo declararon sabio y con encarnizados enemigos que lo tacharon de hereje o de loco1. Ignorado por muchos pero siempre estudiado y apreciado por aquellos que buscaban la renovación de las ciencias, entusiasmó a pensadores como Nicolás de Cusa (1401-1464), Giovanni Pico della Mirandola (1463-1494), Giordano Bruno (1548-1600), Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716) y hasta nuestros días sigue encontrando seguidores entusiastas y detractores empedernidos. Alrededor de él se construyeron y pervivieron una serie de leyendas hasta llegar a ser considerado durante siglos el más grande y prolífico representante de la ciencia alquímica con todos sus misterios y extrañas representaciones.

1 La historia de la recepción de su obra es larga, controvertida y tan fascinante como su vida misma. Por ej.: CRISTÓBAL SUÁREZ DE FIGUEROA comienza una obra titulada Plaza universal de todas las ciencias y artes, publicada el año1630 en Perpiñán, con un ‘Encomio al arte del ilustrado Doctor Raimundo Lull’ en estos términos: “Compuso este señalado varón más de mil y quinientos volúmenes en lengua Catalana, Árabe, y Latina. En todos manifestó erudición tan exquisita, y profunda, y modo de demonstrar tan nuevo y sutil, que solicita admiración en los supuestos más curiosos y capaces…Tiénese haya sido el mayor Filósofo de los que se han conocido en el mundo… Júzgase comúnmente, sería acertado se enta-blase su dotrina en todas Universidades, por ser más perfeta, entera, y metódica que la introducida con título de Platónica, y Aristotélica. En esta conformidad afirmaba, sin otros, el doctísimo Fray Luis de León, haberse hallado en el mundo solos tres Sabios, Adán, Salomón, y Raimundo”. BENITO JERÓNIMO FEIJÓO, el ilustrado español, en sus Cartas eruditas y curiosas, Tomo I, Madrid 1742, en la carta núm. 22 dice textualmente: “Raimundo Lulio, por cualquiera parte que se mire, es un objeto bien problemático. Hácenle unos Santo, otros Hereje; unos doctísimo, otros ignorante; unos iluminado, otros alucinado… unos aplauden su Arte Magna, otros la desprecian. Pero en cuanto a esto último, es muy superior el número como la cualidad de los que desestiman a Lulio, al número y calidad de los que le aprecian. La Arte de Lulio, con todo su epíteto de Magna… después de bien sabida toda, deja al que tomó el trabajo de aprehenderla tan ignorante como antes estaba… sólo sirve para hacer un juego combinatorio, muy inútil… en lo que tiene de Metafísica, como en lo que tiene de Lógica, es sumamente inferior a la Lógica y Metafísica de Aristóteles. Así el Arte de Lulio en ninguna parte del mundo logró, ni logra enseñanza pública, exceptuando la Isla de Mallorca, de donde fue natural el Autor: por donde es claro, que acaso debe esa honra, no a la razón, sino a la pasión de sus Paisanos”.

Constituye, sin duda alguna, una de las personalidades más originales y contradictorias de esa época que Paul Verlaine denominó “le Moyen Âge énorme et délicat”2. Quizá también por ello una típica y real manifestación de aquel, a pesar de tantos tópicos y malentendidos, fructífero y decisivo período de nuestra historia. Su variopinta y fascinante personalidad se muestra en extremos opuestos: además de ser considerado uno de los grandes místicos medievales se le cita también como “el primer ilustrado” o el primer filósofo moderno. Fue, sin duda, el primer europeo que escribió obras filosóficas en lengua vulgar y también el primero que escribió novelas en prosa sobre temas contemporáneos. Él, que probablemente conocía mejor el árabe que el latín, se considera un pionero en la formación del catalán escrito. También se le cita como el primer teólogo laico, es decir, quien primero escribe sobre teología sin formación clerical específica, que no solo exigió un estudio racional del texto bíblico sino que osó inventar una ciencia nueva o nuevo método científico: el arte luliano, la ars magna et generalis (su grande y general arte, su obra de arte) cuyo objetivo era convencer racionalmente a los no cristianos de la verdad de la fe cristiana. Este nuevo método científico, fundamentado formalmente en círculos giratorios, acompañados de un extenso manual explicativo repleto de conceptos teológicos, ha sido considerado el primer intento de lenguaje cibernético. Un Arte que unos consideran un revolucionario sistema lógico y otros un inútil maremágnum de números, letras y figuras.

2 “C’est vers le Moyen Âge énorme et délicat…/ Loin de nos jours d’esprit charnel et de chair triste…/ Quel temps! Oui, que mon coeur naufragé rembarquât / Pour toute cette force ardente, souple, artiste!.../ Haute théologie et solide morale, / Guidé par la folie unique de la Croix / Sur tes ailes de pierre, ô folle Cathédrale! PAUL VERLAINE, Sagesse, I – X.

Ramon Llull nació en Mallorca, probablemente en su Ciutat, hoy Palma de Mallorca, dos años después de ser conquistada por Jaime I, bien llamado el Conquistador. Nació en el seno de una familia de ricos hombres catalanes recién instalada allí que había participado en la invasión cristiana de la isla. Jaime I, el rey aragonés, declaró esclavos a todos los habitantes musulmanes y repartió las tierras entre los fieles vasallos que lo habían acompañado, apoyando y financiando la conquista. Al padre de Ramon Lull le correspondió un buen predio donde creció su hijo rodeado de esclavos musulmanes y en una isla donde convivían numerosos judíos con profesiones liberales o comerciantes. Durante su infancia pudo Llull constatar una pluralidad de lenguas, religiones y costumbres en su entorno vital. Su amplia obra no sólo muestra la observación comprensiva de ese ambiente social, sino el respeto por las diferencias entre los diversos grupos religiosos.

Raimundo contrajo matrimonio con una mujer de su entorno social, hija también de una familia que participó en la conquista; tuvo al menos un hijo y una hija, pero en sus años de juventud llevó al parecer una vida “llena de aventuras y diversiones”.

Recibió la formación escolar que correspondía a la acomodada burguesía insular, con responsabilidades y obligaciones sociales difíciles de precisar. Cumplidos los treinta años tuvo una visión que él consideró una clara señal divina. La visión se repite cuatro veces, siempre que intenta terminar un poema amoroso a una dama a la que amaba con locura. A la quinta ocasión, tras “una terrible noche en vela”, cavilando sobre el significado de aquella visión tantas veces repetidas, entendió, por fin, con toda certeza ser voluntad de Dios que él dejara el mundo y se entregara por completo y con todas sus fuerzas al servicio de Cristo.

La necesidad de un cambio radical a su hasta entonces agradable y divertida existencia no lo atormenta tanto como el convencimiento de ser indigno de tal entrega. ¿Cómo ha de ser y con qué objetivo ha de organizar él su nueva vida? Lo normal hubiera sido hacerse monje o fraile de alguna orden mendicante que en aquel tiempo determinaban el ambiente ‘revolucionario’ en la sociedad cristiana. En cualquier caso este propósito de cambio radical de vida “se va formando en su corazón” como una exigencia inapelable.

Por ello se propone realizar tres cosas que se complementan entre sí: en primer lugar, y sobre todo, escribir un libro contra los errores de los infieles, y que ha de ser, según escribe Ramon de manera literal y sorprendente, el mejor libro del mundo. Cuanto más considera su absoluta incapacidad para tal tarea, más se reafirma en él este extraño propósito y tanto más se afianza la imperiosa necesidad de escribirlo. En segundo lugar, entiende que ese libro le impone una tarea misional y proselitista para la cual tiene que aprender el idioma de aquellos a quien quiere convertir, es decir, aprender perfectamente la lengua árabe. Pero no sólo se propone escribir aquel libro y aprender a la vez el idioma de sus destinatarios, sino que piensa ya en dimensiones más universales: escrito el libro tendrá que convencer a reyes y papas para que funden monasterios en los que los monjes aprendan bien los argumentos de su libro, además de estudiar la lengua y la cultura de los no cristianos. Así se cumpliría su tercer propósito, lograr adiestrar suficientes personas para que, con aquel su libro, puedan predicar en tierras de infieles.

Por sorprendente y curioso que parezca, toda la vida de Raimundo Lulio fue una lucha constante e incansable para conseguir estos tres extraños objetivos. No ha de extrañar que consiguiera más fracasos y desilusiones que éxitos, pero toda su vida perseveró y se obstinó en esos propósitos claramente ilusorios. Una actitud común a muchos personajes históricos tan convencidos de sus ideales que no dudan de su viabilidad aunque terminen al borde del fanatismo.

La singular aventura de Ramon Llull, su larga y productiva vida, tiene en esta visión su origen y razón de ser. Una experiencia que se aúna en la tradición de grandes conversos, como Agustín de Hipona o Francisco de Asís, y no solo en ellos, pues se muestra también como lugar común en la biografía de muchos grandes filósofos y pensadores. En el caso de Llull la decisión se toma de una manera concreta y con una radical consecuencia, a saber, que su propia conversión tiene que ir acompañada de la conversión de todo el mundo. No sólo su vida exige un cambio, también y sobre todo su mente, su pensar, y en consecuencia el pensar de todos aquellos cristianos y no cristianos que pensaban hasta ese momento como él. Ramon está convencido de haber encontrado el único y verdadero sentido de su vida: la verdad ha salido a su encuentro y la divulgación de esa verdad es la única tarea para el resto de su vida.

Pero frente a estas ilusiones y propósitos se encontró Ramon con la fría realidad: para escribir un libro tendría que aprender muchas cosas, pero sobre todo aprender latín y la ciencia de su entorno intelectual. Tras peregrinar a Santiago, al santuario de Rocamadour en el Limousin o al vecino Montserrat se propone ir a estudiar a París, centro por entonces de la erudición cristiana. El general de los dominicos, y después santo, el catalán Ramon de Penyafort, lo convence de que es más productivo volver a su tierra y dedicarse allí con paciencia al estudio. Ramon sigue su consejo: se viste de penitente, regresa a su casa y toma a su servicio como maestro a un culto esclavo musulmán. Casi diez largos años los pasará estudiando. Tras este intenso retiro y largo aprendizaje se dirige al monte Randa, que se alza solitario en el sur de la isla. Allí, alejado de los suyos, en una cueva y al raso, recibe Ramon su gran iluminación. El cielo le comunica la forma y estructura del “mejor libro del mundo” que se propuso escribir a raíz de su conversión. Nace allí y de ese modo aquel que será conocido en los siglos venideros como ‘doctor iluminado’.

Por revelación divina —así lo confiesa él y, más tarde, sus seguidores— y sin otro maestro que la soledad en el monte Randa, descubre Ramon Llull la ciencia madre de todas las ciencias, una clave para poner orden en todos los campos del saber humano, un artilugio para encontrar la verdad, un “arte o ciencia general” para todas las ciencias, un Arte tan fácil y universal que puede ser aprendido por todo el mundo:

“Aunque sea yo un hombre de pocas luces y poca valía, es posible, sin embargo, así como un pastorcillo o cazador puede encontrar en el campo una piedra preciosa que el mismo lleva a un profesional artesano para bien pulirla y hacerla brillar y hacer resaltar y relucir así la virtud y belleza de la misma piedra, así encontré yo, mediante la gracia de Dios, las verdades que aquí he expuesto.”3

3 Declaratio Raimundi… (op. 74), ROL XVII, p. 401.

Aquel libro —¡el mejor libro del mundo!— es sobre todo el instrumento para convencer al no cristiano de la verdad del cristianismo. Para lograr por medios pacíficos que todo el mundo sea cristiano. Cuando Lulio habla de este insólito, extraordinario y peculiar proyecto, se distancia radicalmente de los intelectuales de su entorno, tanto cristianos como no cristianos. ¿Para qué —argumentaría cualquier intelectual de la época y cualquier sencillo creyente— se necesita un nuevo libro para convertir a los infieles? La afirmación de tal necesidad sería sencillamente algo que raya la blasfemia, una ofensa al Dios cristiano, al Yahvé judío o al Allah musulmán, que nos ha dejado a los creyentes su palabra, la razón última de nuestra existencia, en un maravilloso y sagrado libro, base de todo nuestro discurso sobre Dios. El Evangelio de Jesucristo y los escritos sagrados aceptados por la Iglesia son “el mejor libro”, excelentes y suficientes medios para lograr la conversión del infiel y no las cavilaciones de un iletrado mallorquín. La comprensión cristiana del mundo, todas las manifestaciones de su cultura, el arte y la poesía tienen su fundamento en este libro sagrado. La razón por la que los infieles no disfrutan de esta divina ciencia y sabiduría es consecuencia de su falta de fe, que es la base de todo recto entender. Cuando Dios quiera, llegará el día en que esos no cristianos serán partícipes del regalo divino de la fe cristiana.

La respuesta luliana a esta piadosa argumentación es sumamente original y revolucionaria: los cristianos tienen un libro sagrado y los clérigos son los autorizados intérpretes del mismo. Lo mismo sucede en el Judaísmo y en el Islam. También ellos tienen un libro y sus intérpretes oficiales. Y es por eso que todos hablan en el lenguaje de su fe, un discurso atado al contenido del libro que cada uno considera sagrado e inapelable, frente al otro que es falso. Así es imposible el diálogo sobre Dios entre las distintas religiones. El libro que el laico Ramon propone está por encima de los libros sagrados y puede ser comprendido y leído por todos los creyentes. Se trata de un libro que no se basa en la autoridad de una fe sino en la autoridad de la razón que es común a todos los seres humanos.

En efecto, Lulio está convencido que el Dios cristiano se puede comprender y entender mediante argumentos racionales. Las afirmaciones sobre Dios son, por ello, más claras al entendimiento humano que las fórmulas matemáticas (así de claro, como que dos más dos suman cuatro o que un triángulo tiene tres ángulos). Si el ser humano piensa correctamente, si ejerce su natural y específicamente humana capacidad de pensar, puede y tiene que llegar al conocimiento de aquel Dios en el que los cristianos creen. El problema de la pluralidad de visiones sobre la realidad divina radica en el simple hecho de que la mayoría de los seres humanos no hacen un uso correcto de su capacidad de pensar y, lo que es peor, no saben amar, porque sólo se puede bien amar lo que biense entiende:

“Mucho se maravillaba de la gente de este mundo, de cuán poco conocían y amaban a Dios que ha creado el mundo y lo ha dado a los hombres con gran magnanimidad y bondad, para ser de ellos amado y conocido.”4

4 Libro de maravillas (op. 41), prol.

Del convencimiento que Dios es accesible al conocimiento humano, y aún más, que Dios quiere que el ser humano lo conozca a través de su humano entender se sigue, aparentemente, una devaluación del acto de creer, aunque no de los contenidos de esa creencia. Para Lulio está claro que el creyente puede equivocarse, su fe puede ser errónea. Como tal, el simple creyente no tiene una instancia donde comprobar la verdad de su creencia. La razón es, en cambio, el verdadero criterio de verdad, pues donde la fe cree sin dudar la razón duda, examina y comprueba. Raymundo, al contrario de la mayoría de los eruditos contemporáneos, se había encontrado y enfrentado con otros creyentes en su propio entorno social. Se dio cuenta de que los judíos y los moros creen tanto o más profundamente que los cristianos. Como cristiano creyente él estaba convencido de que lo que los otros creían no era verdadero, por eso era fácil concluir que la fe sola no puede ser criterio de verdad. Sin dudar de la propia creencia no puede haber diálogo entre creyentes. Así de claro lo formula Llull:

“La fe que los hombres recibieron de sus padres y antepasados está tan enraizada en sus corazones que es imposible apartarlos de sus convicciones ni por la predicación, ni por la discusión ni por cualquier otra cosa que el hombre pudiese hacer. Por eso, cuando alguien quiere discutir con ellos y mostrarles el error en que están, enseguida desprecian todo lo que se les explica y dicen que quieren permanecer y morir en la fe que han recibido de sus padres y antepasados.”5

5 Libro del gentil y los tres sabios (op. 11), epíl.

El diálogo entre las religiones sólo puede tener lugar sobre la base de un nuevo lenguaje neutral a todo discurso religioso, un lenguaje en el que los postulados de la fe de cada interlocutor no influyan para nada en la expresión de aquel diálogo. En lugar de hablar en los términos de la ‘sabiduría’ de los libros sagrados se ha de hablar en los términos de una nueva ‘ciencia’ al margen de esas revelaciones divinas. Será un lenguaje común a todas las religiones, una ciencia universal, un arte general (el ars lulliana generalis) la base ideal para semejante diálogo.

El “mejor libro del mundo” se expresará en un común idioma aceptado, asumido y naturalmente común a las tres religiones y que servirá de base a un diálogo fructífero. Las diferencias se diluirán en esa unidad y un consenso será posible. La acción y la escritura luliana se resumen en ese ideal de unidad y consenso:

“Y para todos es manifiesto que existe un solo Dios, un solo creador y un único señor, por tanto está claro que hemos de tener una sola fe, una sola doctrina y una única forma de alabar y honrar al altísimo creador, y que nos debemos amor y auxilio unos a otros, y que entre nosotros no debiera haber ninguna diferencia ni contradicción de fe y de costumbres. Y por estas diferencias y contrariedades son los unos enemigos de los otros, pelean, se matan y caen muchos en cautiverio. Y con tal guerra, muerte y cautiverio se impide la alabanza divina, el honor y la reverencia para lo cual se nos da la vida en este mundo.”6

6 Ib.

El “mejor libro del mundo” es un libro abierto a todas las creencias y opiniones, y en el que todo el saber humano se explica con tal claridad que todos los hombres en paz y concordia se pueden encontrar unidos en una única religión. Lulio, hombre optimista como pocos, está convencido que el ser humano a la larga no puede vivir sin aceptar los dictados de la razón, es decir, los fundamentos de su propio entender, y que las convicciones religiosas solo pueden perdurar y afianzarse con el apoyo de los postulados de la razón. También está claro que todos los dogmas de la verdadera fe han de derivarse necesariamente de los principios de su ciencia universal para despejar toda posible duda.

La teoría misional luliana rompía muchos moldes y era en muchos aspectos absolutamente revolucionaria. Su exigencia constante de rechazar la violencia en el encuentro entre las religiones es ya notable, pero más interesante es aún la exigencia de acercarse al no cristiano estudiando su lengua y su cultura antes de comenzar la acción misionera para mejor comprender su mundo interior y su idiosincrasia. Una acción misionera que solo se puede concebir como un diálogo y no como una imposición forzosa. Así, no puede extrañar el epílogo del Libro del gentil y los tres sabios (op. 11) donde el pagano no creyente, después de escuchar los alegatos de cada uno de los sabios creyentes (el judío, el cristiano y el musulmán), deja abierta una decisión a favor de cualquiera de las tres religiones con el pretexto de que ha de seguir reflexionando. Una reflexión que no solo compete a él, sino también a los otros sabios y, desde su fe, seguros interlocutores.

“Sería bueno […] que nuestra discusión dure el tiempo necesario para que los tres lleguemos a una única fe y a una única religión y que entre nosotros conservemos una forma de disputar de respeto y servicio mutuo y podamos llegar a un acuerdo, pues la guerra, el rencor y el vituperio impiden a los hombres estar de acuerdo.”7

7 Ibid.

Ramon Llull concibe el dialogo filosófico-teológico y la disputa como un “duelo espiritual” donde el adversario no es un enemigo, sino un solidario buscador de la verdad. Una disputa en la que ambos contrincantes, armados con “razones necesarias”, no buscan la muerte o la aniquilación del otro sino que luchan por dejar racionalmente en pie sus argumentos y derribar las falsas razones del contrario.

“Es propio de la verdad que arraigue en el alma con más fuerza que la falsedad. Puesto que la verdad y el ser concuerdan y la falsedad concuerda con el no-ser. Si la falsedad fuese duramente combatida por la verdad por muchos hombres y de forma continua, necesariamente la verdad vencería a la falsedad por la sencilla razón de que la falsedad no recibe ninguna ayuda de Dios ni grande ni pequeña. La verdad, en cambio, siempre recibe ayuda del poder divino que es poder increado y que creó la verdad creada para destruir la falsedad.”8

8 Ibid.

La experiencia mística de la divinidad tiene en el entender su punto álgido. Una fe entendida en su engranaje interno es un divino e inapreciable regalo. Este sumo “placer espiritual de entender”, es decir, el intenso placer del sabio, es el objetivo de todo esfuerzo intelectual que exige ir más allá de su percepción sensual, superar la línea de lo material. Una mística del conocimiento sin arrobamientos ni éxtasis. Sólo el que entiende puede gozar plenamente aquí abajo y en la otra vida, pues el placer luliano de entender, al contrario de la fe que se acaba con la muerte, se puede seguir gozando en un más allá, en otro mundo, en la imperecedera vida del hombre.

“Sí, en efecto, tenemos suficientes motivos para estar alegres pues nuestros cinco sentidos nos certifican que somos, que existimos, que estamos vivos. Tenemos ojos que ven, oídos que oyen, una nariz que percibe olores, una boca que nos hace percibir sabores y una piel que siente… Si a los hombres les causa placer y alegría ver a los árboles cargados de follaje, floridos y granados, ver riberas, prados y bosques, tanto mayor placer deben sentir viéndose y sabiéndose vivos y poseedores de un ser que vive. Porque, quien se alegra de la belleza y bondad que está fuera de uno mismo, bien se debe alegrar de aquella belleza y bondad que tenemos en nosotros mismos… Y tú, Señor, que tanta alegría has depositado en mi corazón, permite que todos los miembros de mi cuerpo, mi cara, mi boca, mis ojos, mis manos, todos se han de dejar inundar de esa alegría.” 9

9 Libro de contemplación (op. 2), cap.2, § 1, 4, 23.

El legado literario luliano se extiende en cerca de treinta mil páginas en más de doscientas cincuenta obras. Una obra escrita en medio de una incasable tarea viajera por Europa, África y Asia. Sus reflexiones rebosan tranquilidad a pesar de estar en actividad constante y febril, superando dificultades (naufragio, cárcel) y profundas depresiones. Lulio es a veces recio y seco filósofo, a veces entusiasta y embelesado poeta místico. Escribió obras de contenido teológico, filosófico, tratados científicos, novelas, arrebatos poéticos y místicos. Raimundus Lullus es, sin duda alguna, uno de los más importantes escritores medievales y, como lo demuestra la recepción posterior de su obra, una importante figura en la historia del pensamiento occidental.

Se viene afirmando que el Lulio autodidacta escribía en un miserable latín. Sus enemigos escolásticos en París y sus posteriores detractores podían despotricar a gusto: ¡este catalán sabiondo, ni escribir sabe! Bien podemos suponer que su inusual vocabulario, sus enrevesadas creaciones lingüísticas y la original redacción de sus —para el hombre de hoy casi siempre— intrincados escritos le costaron muchas simpatías entre sus contemporáneos y en la recepción posterior. Sin embargo, esa forma de escribir que tanto molestó y molesta, ese inconfundible lenguaje luliano, con sus figuras y siglas algebraicas, es una escritura que se desvió conscientemente del lenguaje usado por los intelectuales de su tiempo. Es su discurso, su marca original y su legado. Al contrario de aquellos profesores y letrados, Lulio aprendió latín como un segundo idioma muerto y académico. Como laico, al contrario de los clérigos de su entorno, no usaba el latín a diario. En efecto, Llull piensa en catalán y usa el latín por necesidad, como idioma común de comunicación escrita. La renuncia a finezas estilísticas es necesidad, no virtud, pero es, en todo caso, una llave para comprender su obra literaria, también la escrita en catalán. Él soñaba con un idioma universal comprensible para todos, un idioma fácil de traducir, fuera del sentimiento, un idioma dirigido directamente al entendimiento, con pocas florituras, al grano, cercano a las fórmulas matemáticas. En casi toda su obra filosófica escribir en latín o en catalán no suponía para él un esfuerzo especial. La sencillez matemática de su estilo hace fácil, casi superflua una traducción. Así se pudo hablar del “sueño aritmético luliano” (Ernst Bloch, mi maestro en Tübingen), hoy la industria número uno en nuestro entorno digitalizado. Él concibe su Ars magna como un metalenguaje que supera todas las diferencias lingüísticas.

Puede afirmarse que Raimundo, ni en vida ni tras su muerte, no tuvo éxito con sus proyectos. En las rígidas estructuras docentes clericales de las universidades medievales su voz no tuvo el menor eco. También entristece constatar que Ramon Llull fue muy venerado pero poco estudiado en su propia tierra. Él mismo se queja del poco interés que despiertan sus escritos:

“No me quieren oír y en poco aprecio tienen a mi persona y a mi obra, me tratan como si fuera hombre que sólo dice tonterías, un necio incapaz de hacer algo según entendimiento.”10

10 Lo desconhort (op. 63), vers. 80-82.

Y en su melancólico Canto de Ramon dice, entristecido:

“Soy hombre viejo, pobre, despreciado / por ningún hombre ayudado / y lo que emprendo es demasiado. / Mucho por el mundo he buscado, / muy buen ejemplo en él he dado, / poco soy conocido y amado.”11

11 Cant de Ramon (op. 79), vers. 43-48.

Como setecientos años atrás, es hoy actual su queja de que no se le toma en serio y se le tacha de iluso o loco:

“Si se estudiasen intensamente mis libros, y no fuesen estos olvidados a causa de otras ciencias, yo sería conocido; pero los leen sin fijarse, como gato que pasa sobre brasas, por lo que nada adelanto en mi negocio… Me encuentro solo y abandonado; y cuando los miro a la cara y quiero hablarles de mis planes, no quieren escucharme, y los más dicen que estoy chalado y que les deje en paz con mis sermones.”12

12 Lo desconhort (op. 63), vers. 258, 262, 187-189.

Con su monomaníaca fijación en su objetivo misional cosechó Raymundo Lulio, ya en vida, burlas y sarcasmo hasta el punto de terminar él mismo (op. 190) jugando con el mote de doctor phantasticus, con el que al parecer se le conocía. Llull puso al servicio de Dios toda su impresionante energía con tal consecuencia y constancia que a todos aquellos que no comprendían o compartían su ideario le tenía que sonar a locura o estupidez. Pero él, impertérrito, asumió consciente la extrema radicalidad de su lucha por un proyecto casi utópico y se define a sí mismo como Ramon el loco.

“Iba el amigo por una ciudad como loco…”13

13 Libro de amigo y amado (op. 21a), 54.

Probablemente, en las primeras semanas del año 1316, a la edad de 83 años, moría Ramon Llull, bien en el barco que le conducía a Mallorca desde Túnez o bien inmediatamente después de su llegada a la isla natal. Muerte que él describió como “hundirse en un mar de amor”. Sus restos mortales descansan en la iglesia de San Francisco de Palma. En su tumba escribieron sus sabios amigos y cincelaron en piedra el epitafio que el mismo Ramon había formulado:

“Aquí yace el amigo que murió por su Amado y por amor… amigo humilde, paciente, leal, valiente, razonable, magnánimo, piadoso y lleno de bondad que ha iluminado a muchos amadores a honrar y a servir a su Amado y a su amor.”14

14 Árbol de filosofía de amor (op. 77), Dist. V. 9.

ADVERTENCIAS AL LECTOR

UN HOMBRE DEL MEDIOEVO