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Vivir sin jefe

El libro que hará que ames trabajar por tu cuenta

Los 50 errores que cometen todos los emprendedores

 

 

Sergio Fernández

Plataforma Editorial

Barcelona

© Sergio Fernández López, 2009

© de la presente edición: Plataforma Editorial, 2009

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Tel.: (+34) 93 494 79 99 – Fax: (+34) 93 419 23 14

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ISBN EPUB:  978-84-15115-33-5

A mi madre, un regalo de la vida, porque ni en el mejor de los sueños hubiera podido imaginarme una madre mejor. Gracias por creer en mí y por apoyarme incondicionalmente en todo lo que hago cada día de mi vida.

 

Prólogo

 

Si esta crisis sirve para algo –que yo creo que sirve para mucho, porque, como dijo Albert Einstein en su día, «la verdadera crisis es la crisis de la incompetencia»–, es para cuestionarnos el modo de vida que llevamos, el entorno en el que trabajamos y nuestra propia actividad para labrarnos nuestro destino.

El libro que tiene en sus manos, querido lector, es un texto extraordinariamente práctico para emprender su propia vida. Sostengo que estamos en plena «edad de oro del management español», un momento dulce en paralelo con el éxito de nuestro deporte en el fútbol, el tenis, el baloncesto, el ciclismo, las motos, la fórmula uno, el fútbol sala, el balonmano y tantas y tantas disciplinas deportivas, en el que el pensamiento propio nacional sobre cómo dirigir organizaciones se ha desligado del modelo anglosajón y nos ofrece planteamientos más frescos, más actuales y mucho más cercanos, con la pasión de los latinos y el calado de los grandes intelectuales. Dentro de este management español, el libro que ha escrito Sergio es muy especial, no sólo por su temática –el emprendizaje ha merecido libros muy interesantes, como El libro negro del emprendedor de Fernando Trías de Bes, y pocos más de ese nivel–, sino también por su amplitud de miras, con la concreción de un recetario –que tan útil resulta a quienes se adentran en la cocina; en este caso, la cocina de su propia empresa– y la visión panóptica de un conocedor de la realidad económica y social a quien le apasiona pensar sobre la gestión y el liderazgo.

En estos momentos difíciles de la economía española y mundial, se ha creado un subgénero dedicado a la crisis, a su explicación, en el que destacan autores como Leopoldo Abadía, Enrique Alcat, Oriol Amat, Fernando Giner, Santiago Niño, Alberto Recarte, Carlos Salas, Carles Torrecilla o Fernando Trías de Bes, por citar a unos cuantos de nuestros compatriotas. Libros en general bien escritos, amenos, profundos, didácticos. Libros que se centran en el pasado –esta burbuja que ha estallado y algunas con pautas similares– y proponen soluciones para el futuro.

La ventaja del libro de Sergio es que no busca culpables –un concepto jurídico y religioso ante el que uno se suele defender viendo la paja en el ojo ajeno en lugar de la viga en el propio– sino responsables. Este libro que va a empezar a leer apela a su responsabilidad, a su capacidad de respuesta desde la idea del «talento como disfrute» –hacemos mejor aquello con lo que realmente disfrutamos–, la automotivación y el gran valor de la libertad –«vivir sin jefe», ser uno mismo el jefe de su trabajo y de su propia vida.

Hace más de una década, en dos períodos distintos de mi trayectoria vital, que no he de rendir cuentas, empresarialmente hablando, más que a mis compañeros y a la sociedad. No he de perder el tiempo en hacerle la pelota a un jefe caprichoso y/o impositivo –un jefe tóxico, como más de un tercio de los jefes en España– que me saca de quicio –y eso que he tenido jefes maravillosos, desde Carlos Galán, hoy presidente del Ateneo de Santander, hace casi treinta años. He de focalizar mi compromiso, mi esfuerzo, mi energía, en hacer de este mundo un sitio mejor, en ofrecer productos y servicios que ayuden a mis clientes, en echar una mano para conseguir que las organizaciones sean espacios de felicidad y no cuevas de sufrimiento.

Ojalá hubiera tenido este libro que ha escrito Sergio hace años. Habría anticipado obstáculos con los que me he topado. Habría encontrado fuentes de ayuda. Me habría quedado clarísimo qué es lo importante de todo esto: la libertad, la solidaridad, la generosidad, la felicidad.

Gracias, querido autor, por ofrecernos un texto tan valioso. Y a usted, querido lector, no le quito ni un segundo más para que pueda adentrarte en este gran libro. Léalo como si disfrutara de una buena copa de vino o de una comida exquisita. Aprenda de él, estúdielo, como si su vida dependiera de ello. Porque en cierto modo es así. El secreto de la felicidad es hacer lo que amas con las personas que amas, y en este sentido este libro le puede ayudar mucho.

JUAN CARLOS CUBEIRO

Director de Eurotalent

 

¡Bienvenido a bordo!

 

Antes de ser navegante he sido náufrago.

[Séneca]

 

A menos que se sepa absolutamente todo a los veinte,

no hay ninguna posibilidad de saber un poco a los cincuenta.

[Hemingway]

 

Esto es lo que se escucha en la calle: Mi trabajo es un rollo; Estoy cansado de mi jefe; Con lo que gano apenas puedo vivir; Detesto madrugar; Estoy cansadísimo; No me siento cómodo en mi empresa… Hay millones de personas que desarrollan trabajos por los que no sienten ninguna pasión, a los que van sólo por ganar un sueldo al final de mes. Todas estas personas dejarían mañana mismo su trabajo si económicamente pudieran permitírselo.

Por otra parte están los emprendedores, personas que han puesto en marcha una aventura empresarial y que suelen atravesar todo tipo de problemas, exceso de trabajo o dificultades hasta que llegan a levantar su sueño: Cada vez trabajo más horas; Necesito obtener beneficios ya; Me cuesta mucho encontrar trabajadores responsables… Y eso cuando salen adelante; un porcentaje muy importante de los proyectos se queda en el camino…

Es evidente que algo falla cuando sólo en España ocho de cada diez profesionales se sienten insatisfechos en su trabajo,* cuando el 59%* de los sueños empresariales de tantas personas fracasan en el primer año y el 85%* no supera los cinco años, cuando sacar su proyecto adelante se le hace cuesta arriba a tanta gente desde el primer día o, lo que es peor, cuando tantas magníficas ideas se quedan en el tintero porque ni siquiera llegan a ponerse en marcha. Nos falta cultura empresarial pero sobre todo nos falta cultura emprendedora.

 

* Datos de Inicia Negocios.

Tiene en sus manos un libro sobre los errores que cometen con mayor frecuencia los emprendedores. La mayoría de los libros de empresa tratan sobre la manera de hacer bien las cosas. Y yo lo agradezco. Sin embargo, analizar y reflexionar sobre los errores constituye una excelente manera de aprender que está infravalorada.

Apenas hay bibliografía sobre el error. Está desprestigiado. Aún así, la equivocación constituye una de las bases sobre las que con frecuencia construimos nuestro aprendizaje. Quizá este libro trata sobre los errores porque parte de lo que soy lo he construido sobre los errores que he cometido.

Ser emprendedor es un ejercicio de equilibrismo. Es un ejercicio de platos chinos. Y de eso va este libro: de cómo mantener el equilibrio en la cuerda floja. Trata de cómo los emprendedores se equivocan cuando tienen que tomar algunas decisiones; trata de cómo estamos obligados a ser creativos y a tomar decisiones las 24 horas del día; trata de nuevos enfoques a viejos problemas; trata de cómo ser el capitán de su vida profesional y disfrutar de calidad de vida al mismo tiempo; trata de cómo se aprueban las diferentes asignaturas necesarias para pasar de curso en la escuela de ser emprendedor; trata de su día a día y de la batalla que tiene que librar mañana. Trata de las meteduras de pata de los emprendedores y de cómo solucionarlas.

He escrito este libro porque me entusiasma trabajar por cuenta propia. También porque se trata de una manera digna y creativa de desarrollar un proyecto vital. Hasta donde recuerdo he sido siempre emprendedor de una u otra manera. También debo mucho a los trabajos por cuenta ajena, pero ser emprendedor me ha proporcionado otro tipo de satisfacciones. Ser emprendedor es una manera de tomar las riendas de la vida desde lo más básico. Y eso me apasiona.

Pero este libro lo he escrito fundamentalmente porque hay muchas personas que no se atreven a dar el paso, otras muchas que lo intentan y no lo consiguen, y otras que se ponen manos a la obra y encuentran millones de dificultades.

A todas ellas les dedico esta obra, con la confianza de que su trabajo mejore y de que lo haga también todo el conjunto de su vida. ¡Un placer iniciar este viaje juntos!

SERGIO FERNÁNDEZ LÓPEZ

 

Declaración de intenciones

 

Cuentan que Séneca, antes de suicidarse, adoptó esta actitud ante la adversidad: sin inmutarse pide las tablillas de su testamento, pero como el centurión se las niega, se vuelve a sus amigos y les declara que, dado que se le prohíbe agradecerles su afecto, les lega lo único pero más hermoso que posee: la imagen de su vida.

 

Dos caminos se bifurcaban en un bosque, y yo, yo tomé el menos transitado, y eso ha marcado toda la diferencia.

[Robert Frost]

 

 1.  Lo primero es lograr la armonía y el equilibro entre las diferentes áreas de la vida. Su vida es como una mesa. Puede tener el tablero y tres patas en perfecto estado, pero como la cuarta pata falle, esa mesa es inútil. Un fallo inutiliza todo el sistema.

 2.  Ser emprendedor es una manera de entender la vida y de estar en el mundo.

 3.  La honestidad es un valor. También lo son la integridad, la creatividad y la constancia.

 4.  Trabajamos para generar el máximo valor para todas las partes implicadas.

 5.  Todo lo que podría hacerse no se ha hecho. Todo lo que podría inventarse, tampoco.

 6.  El hecho de que todo el mundo le diga lo mismo sólo significa que todos ellos comparten el mismo punto de vista.

 7.  Imposible lo vamos a cambiar por ¿cómo podría ser posible?

 8.  Los problemas son inevitables. Nuestro trabajo es prevenir su aparición y minimizar su impacto. Son un reto y una lección y les estamos agradecidos por darnos la oportunidad de aprender. Lo importante no es si se cae o no. Lo que importa es cuántas veces está dispuesto a levantarse.

 9.  Si se lo está pensando, hágalo. Fallará el 100% de las canastas que no lance. ¡Atrévase a equivocarse!

10.  Tenemos dos ojos, dos orejas y una sola boca. Yo creo que debe ser por algo.

11.  Decir que «no» de vez en cuando es imprescindible. También lo es tener el coraje para decir que sí cuando es necesario.

12.  Una persona que no es capaz de pedir ayuda es alguien que no tiene nada que ofrecer.

 

Parte 1

Errores comunes en la planificación de su trabajo

 
 

Si no lo escribe, no existe
 
Error 1. Dedicarse a algo por lo que no sienta pasión

 

La finalidad del ser humano es crearse un alma. [Gurdjieff]

 

[…] cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad con que respiraste el día en que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aún. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve.

[Donde el corazón te lleve, Susana Tamaro]

 

Cuando tengas que elegir entre dos caminos, pregúntate cuál de ellos tiene corazón. Quién elige el camino del corazón no se equivoca nunca.

[Popol Vuh]

 

Todas las sendas son iguales; no conducen a ninguna parte […]. ¿Tiene corazón este sendero? Si lo tiene, el sendero será bueno. Si no, no sirve […]. Ambos senderos conducen a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no. Uno significará un viaje alegre; mientras lo recorras, serás parte de él. El otro puede arruinar tu vida. Uno te hará fuerte; el otro te debilitará.

[Don Juan, un guerrero yaqui,

según se lo contara a Carlos Castaneda]

 

Resulta fácil encontrar en Internet el discurso de Steve Jobs al comienzo del año académico 2005 en la Universidad de Stanford. Allí, delante de una audiencia compuesta por los estudiantes de esta Universidad, el creador del Mac pronunció un discurso que encuentro muy inspirador. Y a mí me sienta bien escuchar palabras inspiradoras de vez en cuando. Parece escrito especialmente para emprendedores aunque de hecho no fue así. Coincido plenamente con él cuando dice: Tenéis que encontrar lo que amáis y esto sirve tanto para el trabajo como para el amor. El trabajo llenará gran parte de vuestra vida y la única forma de estar satisfecho es hacer lo que consideréis un trabajo genial. Y la única forma de tener un trabajo genial es amar lo que hagáis. Si no lo habéis encontrado, seguid buscando. No os conforméis. Como en todo lo que tiene que ver con el corazón, lo sabréis cuando lo hayáis encontrado. Si no lo habéis encontrado, seguid buscando.

Sobre todo me quedo con lo de «seguid buscando». A lo que yo añadiría: siempre.

Todos los seres humanos somos especialmente buenos en algo. Ese algo suele ser desarrollando una actividad que nos apasiona. Incluso aunque piense que en su caso es diferente, no es así. Ahora bien, es posible que aún no la haya encontrado. Los seres humanos tenemos un gran potencial, que correctamente conducido nos permite lograr casi cualquier cosa que nos propongamos. Así que la fórmula es sencilla: si consigue trabajar de eso que le gusta y en lo que por tanto será bueno, trabajar será una experiencia gratificante. Seguro que conoce personas que han encontrado ese algo y tienen éxito en lo profesional. Por cierto ese algo no tiene porque ser EL ALGO. No se asuste. Si mañana no le gusta, puede cambiar.

Una diseñadora de moda me comentaba recientemente que desde que ha empezado su negocio y tiene una ocupación que la motiva, no sólo ya no se queda remoloneando en la cama por las mañanas sino que de hecho se levanta antes y deseando sentarse a trabajar porque desea lanzar su marca adelante. No es que necesite menos horas de sueño, lo que sucede es que simplemente ha encontrado la actividad que le estimula.

Así que ya se imagina lo primero que tiene que hacer: saber a qué se quiere dedicar. Si ya se dedica a algo que realmente le apasiona, este capítulo no le hará tanta falta. Aunque redefinir sigue siendo necesario de vez en cuando. No es fácil, pero la búsqueda merece la pena. Una vez que sepa qué quiere hacer, el resto del camino se dibujará delante de usted como por arte de magia. Tendrá que solucionar pequeños o grandes problemas, pero estos no le impedirán que vea la meta clara al final del camino ni le supondrán una merma de energía en su día a día. No hay nada que incremente más la energía de una persona que saber a dónde se dirige. No se me ocurre nada más estimulante que levantarse por la mañana con una meta clara en la vida.

Si está leyendo este libro es porque o bien es emprendedor y quiere mejorar determinados aspectos de su trabajo, o bien está pensando en empezar a trabajar por su cuenta. Sea cual sea el caso, tómese el tiempo que necesite para entender e interiorizar bien lo siguiente: el error más grande que puede cometer como emprendedor es dedicarse a algo que no le apasione hacer (mejor) cada día.

Antes de seguir leyendo, ¿ha comprendido bien lo anterior? ¿Sí? Entonces continuemos.

De hecho, si comete este error, aunque subsane el resto de fallos en los que pueda incurrir, dará absolutamente igual porque su trabajo seguirá sin ser satisfactorio para usted. Y sin ese algo que le apasione hacer mejor cada día, todo lo demás que pueda hacer pierde su sentido. Este es el peor error que puede cometer. Por eso hablamos de esto en el primer capítulo del libro. Encuentre lo que le gustaría hacer. Sueñe si es necesario. ¿Cuánto lleva sin soñar? ¿Cuánto lleva sin cerrar los ojos y decir «me encantaría hacer…»? No tenga vértigo, conecte con su yo interior, ése al que probablemente no escucha a menudo, y déjele hablar. Tómese su tiempo. El que quiera, pero hágalo. Concédase ese lujo.

Mejor aún. Vamos a darnos ese lujo ahora mismo. Tome su pluma, un papel y un rato sin móvil, sin pareja, sin familia, sin amigos y sin televisión y dispóngase a responder a la siguiente pregunta con todo lujo de detalles.

¿Cómo sería su día ideal?

No tema. Es sólo un juego. Defina su día ideal. Atención: no le he pedido que lo piense, le he pedido que lo escriba. Si lo escribe el ejercicio tiene mucho más efecto, así que manos a la obra. Cuando haya terminado, tendrá muchas pistas de por dónde tiene que empezar a buscar.

Con un poco de creatividad, es muy probable que pueda ganar dinero haciendo lo que le gusta o al menos haciendo algo muy parecido. Vivimos en una sociedad compleja y variada, donde cada vez más se demandan productos y servicios de lo más heterogéneo. Seguro que puede encontrar la manera de trabajar haciendo lo que le gusta. Y la experiencia demuestra que es más fácil de lo que pensamos.

Todos conocemos personas que se dedican a las profesiones más variadas e inexplicables. Conozco una persona que trabaja y vive de ser inventora. Otra que ofrece, al mismo tiempo, sesiones de coaching y de entrenamiento físico. Otra que lo que hace es asesorar a sus clientes sobre su manera de vestir y dónde pueden comprar la ropa que llevan. Cada vez hay más profesiones de lo más variado y esto es una tendencia que va en aumento. El hecho de que le digan que es imposible hacer lo que usted quiera, no significa nada. Bueno, de hecho, sí: que es imposible en la mente de quien lo afirma. Y eso vale también para usted si es el dueño de esa vocecita que le está repitiendo «es imposible, es imposible, es imposible…».

El otro momento que me gusta del discurso de Jobs es cuando dice: No dejéis que el ruido de las opiniones de los demás ahogue vuestra propia voz interior. Tened el coraje de seguir a vuestro corazón y a vuestra intuición. De algún modo ellos ya saben lo que tú realmente quieres ser. Todo lo demás es secundario. […] Seguid hambrientos. Seguid alocados.

Siga hambriento, siga alocado. No desperdicie su talento haciendo algo que no le motiva lo suficiente y que no le aporta bienestar –pero bienestar entendido en un sentido amplio y no sólo económico– a su vida y a la de los demás. Cuando esté a punto de morir, ¿estará orgulloso de lo que hace ahora mismo? Desarrolle una actividad que le apasione, una profesión cuya práctica le haga sentirse bien. Un trabajo que cuando surjan los problemas, porque siempre acaban por aparecer, le motive lo suficiente para no tirar la toalla. Tiene que encontrar el talento único que de todas las personas del mundo sólo tiene usted. Y créame cuando le digo que lo tiene.

Por favor, no vea el hecho de que nadie se dedique a lo que usted hace o quiere hacer como una limitación o como una prueba de que no hay mercado. Véalo más bien como una oportunidad. Esto lo aprendí en el libro Las 22 leyes inmutables del marketing, de Al y Laura Ries. Cada año nacen cientos de categorías nuevas de productos y, aunque no todas sobreviven, muchas acaban por consolidarse en el mercado. Lo mismo vale para las profesiones y los profesionales. Encuentre su hueco, o como suele decirse, nicho de mercado, y lidérelo. Invente, si es preciso, una nueva categoría y conviértase en el número uno de ésta. El que da primero da dos veces.

Es probable que se esté preguntando: Perfecto, ¿y cómo encuentro yo esa oportunidad? Le regalo otros dos ejercicios que le ayudarán en el caso de que el anterior no lo haya hecho.

Ofrece buenos resultados responder a la pregunta:

¿A qué me dedicaría si tuviera todo el dinero del mundo para mí y para mis seres queridos?

Es una de las preguntas más poderosas que conozco. Si la responde con sinceridad, el resultado será impactante. Sin duda. Quizá no quiera ni escucharlo. La buena noticia es que nunca es tarde. He visto a personas llorar cuando han respondido con sinceridad a esta pregunta.

Eso que ha apuntado es lo que debe empezar a hacer o hacia dónde debe empezar a orientar sus resultados. A veces hace falta desconectar un poco porque de repente no es fácil desarrollar la respuesta. Dedíquele un tiempo y escriba lo que piense. No tema, escríbalo. Luego, si es necesario, tire la hoja a la basura o a la chimenea, pero escríbalo. Cuando lo haga estará mucho más cerca de saber lo que tiene que hacer.

Recuerde que todos los trabajos tienen, por lo general, más margen de movimiento del que frecuentemente empleamos. Como emprendedor, este margen es mucho mayor. Aprovéchelo para hacer lo que tiene que hacer o para empezar a caminar hacia ese lugar.

El otro ejercicio que le puede resultar útil para encontrar eso que tiene que hacer es definir su misión en la vida, es preguntarse:

¿Qué haría si tuviera garantía al cien por cien de que voy a tener éxito?

Esta pregunta, si la responde honestamente, le dará una pista esclarecedora sobre el lugar al que tiene que empezar a encaminarse. De hecho, es el lugar al que tiene que encaminarse ahora mismo.

Escuché, si no recuerdo mal, de Vargas Llosa, hace ya tiempo, en una entrevista, algo que me impresionó. Hablando de su hijo, que había fallecido, decía de él que tuvo lucidez de vida por conciencia de muerte. Para mí, la única forma de vivir es lúcida y apasionadamente. Pero sobre todo, lúcidamente.

 

¿Quién va a elegir ser?

Error 2. No dejar sus objetivos por escrito

 

Para el que no sabe hacia dónde navega, ningún viento le favorece.

[Séneca]

 

Llevo encima las heridas de todas las batallas que he evitado.

[Fernando Pessoa]

 

Hablando con una pedagoga sobre la importancia de tener las cosas claras en la vida para lograr resultados sorprendentes, me contó una elocuente anécdota. Le pasó a ella misma mientras trabajaba como educadora en un campamento con niños. Una tarde les propuso un juego a los chavales. Les dejó media hora para volver con el objeto más grande que pudieran encontrar. La sorpresa aconteció transcurrida esta media hora: un trailer de veinte metros entró en el campamento tocando su potente claxon. El chaval había corrido hasta una carretera cercana al campamento y había hecho autostop a camiones hasta que un camionero se decidió a echarle una mano. Así que entró en el campamento con el objeto más grande que pudo encontrar: un trailer de veinte metros. Cuando tenemos claro lo que queremos en nuestra vida, suceden cosas maravillosas.

 

Hay dos tipos de errores. Los cometidos por algo que se hace mal y los que se cometen simplemente por dejar de hacer algo.

Puedo afirmar que uno de los errores que durante mayor tiempo cometí fue el de no dejar por escrito los objetivos para cada año. De hecho, ahora, me cuesta comprender cómo conducía mi vida sin hacerlo. Al fin y al cabo, ¿bajo qué criterio habría de tomar decisiones a diario si no sé a dónde quiero llegar? Trabajar, pero sobre todo vivir, sin objetivos es como conducir por una ciudad grande sin saber a dónde vas. Ya bastante difícil resulta conducir sabiendo a dónde se dirige uno como para hacerlo encima sin destino claro. Para mí, simplemente no tiene sentido.

Mi experiencia y la de otras muchas personas que escriben sus objetivos anualmente demuestran que funciona. Es más, el mero hecho de hacerlo tiene un componente casi mágico. Dejarlos por escrito activa en nuestro cerebro ideas que antes no teníamos y que logran resultados que simplemente no habíamos ni siquiera imaginado. ¿Por qué? Porque cuando focalizamos nuestra energía en conseguir algo, sea lo que sea, suceden cosas maravillosas. Surgen las coincidencias, las ideas y una manera de fluir diferente de la vida. Si no me cree, hace bien. Pero no hará bien en no probar usted mismo los resultados de esta increíble práctica.

Y además es tremendamente divertido. Uno de mis momentos favoritos del año gira alrededor de los días en los que empiezo a pensar en escribir, como yo lo llamo, la carta a los Reyes Magos. Es como volver al momento en el que era niño y me daban los regalos de Navidad o de cumpleaños. La sensación que experimento es la misma y aunque sólo fuese por ese momento de poder soñar ya merecería la pena hacerlo.

Es tan importante encontrar espacios para soñar e imaginar, y tiene unos efectos tan beneficiosos para la actividad profesional y vital, que a veces no entiendo cómo no está más extendida esta práctica.

Imagínese a usted mismo diseñando su propia vida y escribiendo lo que desea para ella. ¿No le apetece empezar ya mismo? Este ejercicio, además, le ayudará a estar más conectado con usted y con lo que desea de la vida. Y por si fuera poco, si hace esto, empleará mucho menos tiempo a lo largo del año en actividades que no le llevan a donde usted desea. Simplemente, las acabará por eliminar de manera natural.

Le puedo decir, sin temor a equivocarme, que, si no escribe sus objetivos, está cometiendo un gran error. Más aun cuando usted es el máximo dirigente de su empresa. ¿Se imagina trabajar en una empresa que no tuviese objetivos ni una meta clara? Pues si usted no lo está haciendo se está equivocando, incluso aunque su empresa sea usted mismo. Es evidente que para llegar a algún sitio debe saber antes a dónde quiere llegar. Por eso debe escribir sus objetivos profesionales, económicos, personales y de cada día para cada año. Esto, naturalmente, no es óbice para que permanezca abierto a las sorpresas que la vida, siempre tan juguetona, le ofrece y para que, si lo considera necesario, cambie sus objetivos.

Un ejercicio que funciona muy bien y que le propongo es ponerse un objetivo, y mejor si son varios, para cada día. Luego cúmplalos. Esta pequeña acción tiene un gran impacto en el carácter. Simplemente porque si lo hace se demostrará a sí mismo que puede, si se lo propone, hacer o dejar de hacer algo cada día durante un período determinado. Lo ideal es seguir hasta haber desarrollado este hábito. Lo más importante de este tipo de objetivos para cada día son los efectos colaterales positivos que conllevan. Una brillante freelance inventó un ejercicio para fortalecer su fuerza de voluntad. Me lo contó de pasada pero me pareció fascinante. La idea era dejar una caja de los mejores bombones de chocolate encima de su mesa de trabajo. La propuesta consistía en que sólo se podía permitir tomar uno los días pares. Los ejercicios en los que se proponga cumplir un objetivo al día le resultarán de gran ayuda para encontrar la fuerza y el carácter para lograr los «grandes objetivos».

En el escritorio de mi despacho siempre hay un documento que se llama como el año en curso. Ese documento incluye la lista de objetivos para ese año. Lo que hago es mirarlo a menudo: a veces para tomarme un descanso en mi actividad. Otras veces me sirve para ratificarme en lo que quiero cuando surgen las dificultades, y aún otras para recobrar la sensación de que las pequeñas cosas del día a día tienen un sentido al final del camino. La idea es situar sus objetivos en un sitio que vea a menudo: su cartera, su ordenador personal, su corchera o en el interior de su armario. Donde quiera, pero que los vea a diario.

Comparto con usted una metodología que le ayudará para plantear solidamente sus objetivos. Los objetivos tienen que ser SMART [inteligente en inglés], es decir, eSpecíficos, Medibles, Alcanzables, Retadores y acotados en el Tiempo:

 

–Específicos quiere decir que sean concretos. No puede ser algo abstracto, tiene que saberse cuándo se han logrado.

–Medibles. Si son cuantificables siempre es mucho más fácil saber si se ha conseguido algo concreto o si no se ha conseguido.

–Alcanzables. Si establece objetivos poco realistas no encontrará la motivación ni el sentido para ponerse manos a la obra. Determine objetivos que sea posible lograr con algo de trabajo y, por qué no, de suerte.

–Retadores. Si por el contrario sus objetivos son poco ambiciosos, se confiará o el resultado no le estimulará lo suficiente para ponerse a trabajar en su consecución. Busque algo que le motive y propóngase alcanzarlo. Resulta mucho más estimulante levantarse por la mañana para luchar por el sueño de su vida que para pagar por los pelos las facturas.

–Acotados en el tiempo. Es preciso que establezca un plazo para determinar si sus objetivos se han cumplido. De lo contrario no podrá evaluar su progreso.

Y, claro, es evidente que el hecho de tener sus objetivos por escrito no significa que deba ceñirse a ellos fanáticamente. Si la vida le ofrece algo mejor y a usted le apetece cambiar la ruta, valore los pros y los contras, y decida. En eso consiste esto de vivir y más aún lo de ser responsable de su propio negocio. Usted es el jefe, usted decide.

–No plantearse objetivos es uno de los errores más frecuentes de los emprendedores.

–Plantearse objetivos focaliza su energía y le proporciona sensación de bienestar.

–Escribir los objetivos es tremendamente divertido.

–Los objetivos que se plantee para cumplir cada día tienen un efecto muy beneficioso sobre su carácter.

–Debe verlos y revisarlos a menudo. Han de estar en un lugar fácilmente accesible para usted.

–Los objetivos deben ser SMART: eSpecíficos, Medibles, Alcanzables, Retadores y acotados en el Tiempo.

–Los objetivos funcionan generalmente mejor si se refieren a un período relativamente amplio. Esto le permite tomárselos más relajadamente.